El Dépor volvió a las andadas en Irún y completó un lamentable encuentro. Los coruñeses apenas inquietaron la meta rival y encajaron tres goles ante un equipo que detectó las debilidades deportivistas.

El conjunto blanquiazul completó una pobre primera mitad. El equipo fue de menos a más pero se mostró inofensivo e incapaz de generar una sola ocasión de gol.

Tras dominar los 10 primeros minutos, el Dépor desapareció del terreno de juego y permitió al Real Unión de Irún dominar y jugar a placer. Los locales encontraron el camino del gol en una acción en la que Solís superaba a Mackay con un disparo lejano que se colaba en la meta blanquiazul. El gol llegaba con algo de fortuna ya que la pelota quedaba franca al atacante tras dos rebotes.

El gol sentó fatal a un Dépor que volvió a mostrar una imagen inaceptable sobre el terreno de juego. De hecho estuvo mucho más cerca el segundo gol del Real Unión que el tanto blanquiazul. Lo intentó Oyarzún con un córner directo que a punto estuvo de colarse en la meta de Mackay.

Los coruñeses seguían mal posicionados y con jugadores absolutamente superados por la situación. En la última acción de la primera mitad pudo llegar el segundo tanto local, pero Escobar enviaba fuera un disparo en el punto de penalti.

Así se llegaba al descanso de un partido decepcionante para los intereses de un Dépor que trataría de revertir la situación en la segunda parte.

Pronto se disiparon las esperanzas. Los de Idiakez salieron igual de desenchufados y el Irún lo aprovechó para ampliar la ventaja. Un centro de Víctor Eimil, ex del Fabril, era tocado por Paris Adot y la pelota entraba en la portería de Mackay.

Si la primera mitad fue mala, la segunda se convirtió en una gran pesadilla. El Real Unión hizo el tercero en una contra en la que varios jugadores blanquiazules quedaron retratados. Solís, solo dentro del área, controlaba y superaba a Mackay para hacer el tercero.

Con el tres a cero en el marcador, Idiakez miró al banquillo y realizó un triple cambio. Ochoa, Villares y Balenziaga salían del terreno de juego y Ximo, Valcarce y Davo ingresaban en el campo. Los locales se dedicaron a dejar pasar los minutos, mientras que el Dépor intentó maquillar el resultado.

Davo lo intentó con un remate de cabeza que se marchaba cerca del palo izquierdo. Los minutos finales se convirtieron en un castigo para los aficionados deportivistas desplazados a tierras vascas. La mediocridad se ha adueñado de un Dépor que ha completado un lamentable inicio liguero.