ACTUALIZACIÓN (15 de mayo): La alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, ha aceptado la rectificación hecha pública por la dirección del Deportivo anunciando que el accionista mayoritario descarta su pretensión inicial de obtener la cesión del estadio durante 40 años y acepta también la llamada cláusula de arraigo que desde un primer momento propuso el Gobierno local, según trasladan fuentes municipales. Esto supone la renuncia también a la explotación económica del estadio fuera de la actividad deportiva. La alcaldesa valoró "muy positivamente su disposición a firmar el convenio para el uso gratuito de Riazor durante los próximos 25 años en los términos propuestos por el gobierno, muy semejantes a los ahora vigentes y que evitan cualquier tipo de especulación con el patrimonio público municipal".Inés Rey mantuvo este miércoles por la mañana una conversación del presidente del club, Álvaro García Diéguez, para retomar la relación entre ambas instituciones, aunque Rey lamenta que se haya privado a la afición de la merecida celebración en María Pita al día siguiente del ascenso.

Noticia original:

Apenas 18 horas ha durado la alegría del ascenso deportivista. La celebración del triunfo ha despertado viejos desencuentros entre el Dépor y el Concello de A Coruña con respecto al estadio de Riazor. El club anunciaba este mediodía que no acudiría a la recepción municipal en María Pita alegando una relación "no idónea", a lo que el Ayuntamiento contestaba que considera "intolerable que se impida a los deportistas gozar del recibimiento que merecen por intereses económicos que nada tienen que ver con el deporte".

El estadio como centro del conflicto

Se trata de una instalación de propiedad municipal de la que se han ido firmando convenios de cesión de uso gratuito. El último se firmó en el año 2000 por un período de 25 años, por lo que llegará a su fin el próximo año 2025.

Ambas partes han iniciado ya las negociaciones para la firma de un nuevo convenio, de lo que ya surgieron desencuentros hace algo más de un año, en marzo de 2023, por culpa del naming del estadio y los beneficios que se pudieran obtener a raíz de ello.

En los últimos meses, la propiedad del club (Abanca) y el Concello no parecen haber acercado posturas con respecto a la negociación del nuevo convenio de cesión, con varios puntos calientes en los que ambas partes discrepan, según afirman fuentes municipales:

  • Duración del convenio: el Concello quiere mantener una duración de 25 años, la misma que la del que está vigente, mientras que la pretensión de Abanca es que dure un total de 40 años.
  • Explotación comercial: Abanca quiere la cesión total y exclusiva de la explotación comercial del estadio de Riazor. Es decir, que cualquier evento o actividad comercial que se lleve a cabo en el recinto repercuta directamente en las arcas del banco, en vez de las del Concello.
  • Posible venta: el gobierno local quiere incluir una cláusula por la que, en caso de una futura venta del club por parte de la propiedad, el convenio pierda su vigencia y se deba negociar uno nuevo; algo a lo que Abanca se niega.

Muchos aficionados se han posicionado en contra del club y de Abanca en redes sociales, sintiéndose como los principales afectados por no poder celebrar el ascenso junto a los jugadores en la plaza de María Pita. La Federación de Peñas ha emitido un comunicado en el que hacen un llamamiento que club y Concello "intenten arreglar sus diferencias por el bien del Deportivo, la ciudad, y lo más importante que tiene este club que es su afición".