La odisea del Liceo y la competición de liga de hockey vivió un nuevo capítulo lamentable este fin de semana. El equipo de Juan Copa se desplazó hasta Reus para medirse al equipo de esa localidad. Como suele ser habitual, algunos aficionados del Liceo residentes en Cataluña decidieron acudir al pabellón a animar al conjunto coruñés.

Tal y como explica el club en redes sociales, los aficionados recibieron insultos y desprecios por parte de la grada local. Resulta especialmente desagradable al comprobar a través de la fotografía que ilustra el tweet que entre esos aficionados se encontraban niños cuyo gran pecado era portar una camiseta verde.

En la publicación el club deja claro que "llevar nuestra camiseta no es ninguna provocación. Tampoco una razón para terminar apartados. Nuestra afición se merece que se le trate con respeto. El mismo que nosotros le damos a las que visitan nuestra casa. Muchos pasos aún por dar".

Antón Baldomir, miembro del banquillo del Liceo fue más allá y en una publicación en su perfil de Twitter ofrece más detalles. "Que una familia decida irse en el descanso de un Reus – Liceo cansada de soportar insultos, y después de sentarse en una grada separada por llevar la camiseta de su equipo es lamentable a la vez de muy triste. Nuestra gente merece el mismo trato que damos a los que visitan en Riazor".

El encuentro acabó 4-0 favorable al equipo local pero el resultado casi es lo de menos en un partido marcado por estos tristes hechos. El conjunto catalán ha respondido a través de las redes sociales negando los hechos y asegurando que "disponemos de una grada destinada al público visitante. En este encuentro había poco público rival y se permitió una vez empezado el partido cambiar de grada. Estas actuaciones de separar aficionados se realiza por protocolo de seguridad".