"Tito forever": Monte Alto y la fuente de los surfistas recuerdan al coruñés
Flores, velas, carteles con mensajes de cariño y hasta una carta han llenado el taller de reparaciones del "padre gallego del surf" y las inmediaciones de la playa de Matadero
28 noviembre, 2020 18:29Hay gente que deja huella en la vida de los demás y sin duda eso hizo Roberto Fariña García, "Tito", considerado el "padre del surf gallego" y un pionero de este deporte cuyo fallecimiento ha sumido en la tristeza a familiares, amigos y vecinos. Prueba de ello son los numerosos recuerdos y flores que están llenando distintos puntos de A Coruña muy vinculados a su persona, como su taller de reparación de tablas de la calle Adelaida Muro y como no, la fuente de los surfistas ubicada en el Paseo Marítimo.
"Murió el señor de las tablas, solo tenía 70 años, una pena". Así se expresaban sorprendidos algunos vecinos del barrio de Monte Alto que paseaban esta tarde frente al taller del coruñés cuya puerta estaba cerrada y plagada de emotivos carteles y coloridas flores. "No sabes cuanto te vamos a echar de menos viejiño", "Tus vecinos no te olvidan, descansa en paz Tito forever" o "Grande Tito" son algunos de las dedicatorias que varios vecinos colocaron espontáneamente para rendirle homenaje al veterano surfero, que en vida se ganó el cariño de centenares de deportistas a los que les arregló sus tablas.
A su vez, la fuente de los surfistas lucía un cartel en el que se podía leer "DEP Tito", acompañado de un ramo de flores blancas y una vela encendida que llamaron la atención de decenas de coruñeses que caminaban esta tarde por la zona. A pocos metros, en la playa de Matadero, grupos de aficionados al surf disfrutaban de la pasión de "Tito", las olas, y algunos hasta se pararon frente a la fuente para observar en silencio unos segundos el cartel en homenaje al hombre que apadrinó muchas de sus jornadas en el agua con sus sabios consejos.
Carta a "Tito"
En la puerta de su taller, además de las flores y los mensajes, alguien bajo el nombre de k-Puch-As, escribió una carta y en ella asegura que conocía al fallecido "como vecino y no como surfero". En el texto cuenta que "sabe que Tito ayudaba mucho a los surferos de A Coruña, Galicia y España y que era pura pasión por el surf, los surfers, la gente y la vida", al mismo tiempo que rememora que la gente acudía a su taller y le gritaba "viejo", tras lo cual él abría la puerta para atenderles.
Este vecino define al veterano surfero como "un chaval de unos 70 años de edad con mascarilla desde hace ya muchos años" y recuerda con pena que anteayer "le dio los buenos días con una sonrisa mientras iba en su bicicleta". "Nunca nos tomamos un café juntos pero somos amigos", asegura el autor de la carta, que añade que "la tabla que preparaba Tito en el taller era para la ola perfecta, esa ola para la que todos se preparan y que es para la mejor tabla".
"Ayer el viejo pilló su última ola y lo hizo con la mejor tabla que él mismo se preparó, la de millones de sonrisas, millones de buenos días, de millones de llamadas a su puerta y de millones de veces que ayudó a la gente", apunta el vecino, que reconoce que "Tito hacía el mundo mejor", a la vez que concluye dirigiéndose al fallecido y expresándole que "se queda más tranquilo imaginándole en una ola eterna".