Adrián Ben ya está en las semifinales de sus primeros Juegos Olímpicos

El atletismo mundial no se olvida de dónde está Viveiro. Adrián Ben Montenegro fue el único español que superó las eliminatorias de las 800m en los Juegos Olímpicos de Tokio. El atleta gallego finalizaba en 3ª posición en su serie con un tiempo de 1:45:21, la mejor marca española de la historia en esta cita.

El atleta del FC Barcelona saldría valiente, fiel a su estilo, y colocándose en la cabeza de carrera desde que tomaron la calle libre. A falta de 200 metros lanzó un ataque al sprint para intentar romper el grupo del todo, pero finalmente todo se decidió en los últimos 50 metros. Con el ácido láctico apretando entraría tras los africanos Amos y Saruni, pero llegaría a sacar fuerzas para levantar el puño al cruzar la meta, ya con el billete.

El gallego reconocía que el clima de Doha, donde fue sexto del mundo hace dos años y debutó en la Diamond League recientemente; era más duro que el de la capital nipona. Sin embargo, la aclimatación esta semana había sido difícil y no había conseguido descansar bien.

Su clasificación en la cuarta serie supuso además el adiós de Pablo Sánchez Valladares y Saúl Ordóñez, quienes se despedían de las opciones de acceder repescados por tiempos. Mientras que su compañero de entrenamiento fue cuarto en la primera serie con 1:46:06; el actual récord de España se conformó con 1:45:98.

Adrián Ben en las eliminatorias de 800 de los Juegos de Tokio

Junto con Ana Peleteiro, Ben mantiene las opciones de ser finalista en los Juegos; aunque él ha dejado que va a pelear hasta la última gota de sudor. El siguiente paso, mañana a las 13:35

Galicia trasnochó para mandarle su #vamoscarallo

El horario no era el más adecuado para conseguir una buena audiencia, pero los gallegos no quisieron dejar de arropar a su tercer atleta en liza.

A las 3:14 de la madrugada se daba el pistoletazo de salida en Tokio, mientras en Galicia las redes se llenaban de mensajes con el #vamoscarallo que Ben lanzó como lema para estos Juegos.

Y aunque las medidas de la Xunta para frenar la quinta ola evitaron que se vivieran escenas como las de Mugardos, Viveiro también se volcó con su vecino más ilustre.