El surfista coruñés Dani Souto: "El surf me enseñó a guardar la calma durante la enfermedad"
El deportista perdió la visión de un ojo a raíz de un cáncer y acaba de ganar el campeonato de Europa de surf adaptado en la categoría V2
14 julio, 2023 05:00El surfista coruñés Dani Souto se proclamó el pasado fin de semana como campeón de Europa de surf adaptado en la categoría V2 – visión baja parcial- en Valdoviño. El deportista perdió la visión en uno ojo a causa de un melanoma coroideo que le dejó un año en cama y después de cuatro años de recuperación y mucho trabajo de readaptación ha podido volver a surfear y a competir.
Souto transmite por la vida un amor y una fuerza habtiual en quienes han sobrevivido a experiencias muy difíciles. El surfista gallego se encuentra de celebración tras ganar el campeonato europeo después de duros años de preparación, en los que ha tenido que reaprender casi todo: volver a moverse, a ganar fuerza en los músculos, pero también volver a mirar, literal y metafóricamente.
El deportista aprendió a surfear en los años 80 de la mano de míticos como Roberto Fariña, "Tito", y vivió la era dorada del surf en los 90, cuando la costa gallega acogía competiciones en las que se fraguó aquella hornada de entusiastas sufistas. Tras acabar sus estudios de aparejador se alejó de la competición durante varias décadas, pero nunca del surf, que le acompaña desde siempre.
Ahora, tras su enfermedad ha retomado con más fuerza e ilusión que nunca los dos -el surf y la competición-, y se prepara para las próximas citas sin exigencia y con muchas ganas de disfrutar de lo que la vida y el cuerpo le permita. De hecho, este mismo fin de semana participará en La Liga Gallega de Surf que se celebra en la playa de Pantín.
Vienes de ganar el Europeo de Surf Adaptado, imagino que habrás pasado una semana de muchas emociones, ¿cómo te sientes?
¡Sí! En los 90 competía y lo tuve que dejar por los estudios y el trabajo, y después la enfermedad… Soy un apasionado del surf, pero también de la competición y durante 20 años no había podido competir. Se conjuntaron los astros y fueron a poner una prueba del campeonato de Europa que llevaban cinco años sin hacer, y lo fueron a hacer en España, y en concreto en Galicia, en Valdoviño. Y justo después pusieron una prueba que es puntuable para el Mundial. Pude acudir a los dos eventos en la misma semana y ganar los dos. Es… puf! ¡Una satisfacción enorme!
Además, todo el proceso de adaptación y preparación ha sido duro y tenía que cumplir con un doble reto: estar en condiciones físicas para surfear y sacar notas decentes, y también leer el mar correctamente. Poder interpretar lo que hace el mar casi que me satisface más que la propia de la competición, es un reto muy difícil y desenvolverme ahí fuera sin pasar apuros es como que aún te da más energías. Sabes que lo está pasando mal todo el mundo, incluso la gente que estaba allí surfeando sin ninguna discapacidad, y yo me encontraba en mi salsa, sin ningún tipo de problema. Me animé a ir de caddie justo al salir de mi manga con el cinco veces campeón del mundo en otra categoría, que estaba muy preocupado por las difíciles condiciones, y superé el reto de llevarlo atrás de todo y hacerle estar tranquilo y seguro y coger olas suficientes para ganar en su categoría. Entonces, bueno, fue como un cúmulo de retos que después de una preparación mental de dos años y una física de otros dos, pues salieron a la perfección… es un regalo de la vida.
Estas victorias se producen después de pasar unos años duros tras el diagnóstico de tu enfermedad. ¿Cómo ha sido el proceso de readaptación? ¿Qué ha cambiado?
Todo esto empezó en la cama del hospital recién operado y de aplicarme la radioterapia. Me metieron dentro del globo ocular una plaquita cargada de radiación y diez días después me volvieron a abrir el ojo para retirarlo. Y eso es lo que machacó al melanoma. Pero toda esa radiación durante año y medio fue dando efectos secundarios. He tenido la gran suerte de que el centro especializado en tumores oculares está en Santiago. Es un gran hospital y tiene muy buenos medios y siempre me fueron dado lo que necesitaba para paralizar o retener el avance de esos daños de la radiación. Es increíble la capacidad que tienen, y eso también me me contagiaba de energías y de ganas. Pasé un año en reposo absoluto tumbado en una cama y tuve mucho tiempo de pensar en todo y, bueno, una parte de mi vida es la pasión por el mar y solo la ilusión de volver al agua ya me motivaba…
La idea de volver al agua ¿"te mantenía a flote"?
Exacto, cuando yo internamente estaba convencido de que iba a conseguir volver al agua, me planteaba qué iba a tener que hacer para volver y poder surfear bien, y ahí comenzó el proceso de adaptación visual, de sensaciones… luego el físico, porque cuando estás dos años en cama el cuerpo lo nota y me metí 20 kilos más, con los músculos quietos… Fue un proceso duro de entrenamientos diarios, con pequeños ajustes de las distancias, de coger objetos, de pequeños retos visuales… Luego me dejaron empezar a hacer ejercicio, pero leve, es decir, caminar y algunos ejercicios de estiramientos, tablas de ejercicios básicos. Entonces fui activando cada uno de los músculos de mi cuerpo con el conocimiento que tenía de 30 y tantos años de surf. Y casi dos años y medio después de aquello pude volver al agua. El comienzo durante muchos meses fue difícil porque mi vista me engañaba, me decía que estaba en una posición y la realidad era otra y entonces me caían las olas encima. Luego físicamente pues no respondía y me agotaba.
Cuando me ocurrió lo que me ocurrió, mis propios médicos tenían incertidumbre. Hasta que pasase un tiempo con TACs de rastreo de metástasis, analíticas con marcadores… ellos no podían garantizar que su intervención y su radioterapia me hubiera salvado de la metástasis. Entonces, bueno, han pasado ya cuatro años y da una cierta tranquilidad. Aún así, en cualquier momento puede activarse en las células metastásicas que han llegado a salir del melanoma. Pero bueno, la probabilidad ya es menor cuatro años después y salir cada seis meses libre de rastreo de metástasis a mucha fuerza, da muchísima fuerza. El perder la vista es una minucia comparado a cuando estás en el borde y los especialistas que están a tu alrededor te llegan a decir: "Oye, no seas tan excesivamente positivo porque en cualquier momento puede empeorar". Bueno, pues yo prefiero ser excesivamente positivo.
Ha sido un proceso lento…
Sí, al principio comencé con pequeños entrenamientos de muy pocos minutos, 20 minutos durante un mes, luego media hora, luego una hora… y tres años y medio después de la operación recuperé la forma física y me empecé a adaptar, a reeducarme en en mis movimientos con antelación, porque todo lo veo más cercano de lo que realmente está, e incluso los ángulos y los colores varían un poquito. Tuve que reaprender a interpretar lo que mi nueva visión me decía y a la par iba recuperando tono físico. La Federación Gallega y toda la gente del mundo del surf en Galicia iba viendo mi evolución y me animaron a a entrar en esto de las competiciones de surf adaptado. Y el año pasado me animé a ir al Campeonato de España que se celebró en Nigrán, y conseguí ganar. Poco después se celebraba el Mundial en Pismo, pero la validación de mi discapacidad en la Federación Internacional no llegó a tiempo para poder ir convocado con la selección. Hice todo lo que estaba en mi mano para llegar al Mundial de 2022, pero por otras circunstancias no pude.
Pero aquello me llevó a ir convocado a la primera concentración de la selección española en Santander, coincidiendo con un congreso europeo de surf adaptado y en Somo nos juntamos casi 600 personas y fue maravilloso. Ahí se preparó la selección con los técnicos y la participación en el Europeo de selecciones que acaba de ocurrir. Y bueno, pues nos ha ido fabuloso a todos porque hemos ganado en muchísimas de las categorías en el equipo. Es un equipo muy muy potente, hay gente con con unas habilidades increíbles más allá del grado o de la capacidad que tengan. Hay una cultura del surf brutal y un conocimiento del mar excelente, incluso me atrevo a decir que mucho mejor del que tienen muchas de las personas que practican surf desde hace cinco o seis años. La gente del equipo sabe leer muy bien lo que hace el océano. Tanto es así que el primer día de competición del Europeo la organización decidió cancelarlo porque las olas eran muy grandes y acto seguido todo el equipo en conjunto quisimos entrar a esas olas, y con compañeros ciegos totales, compañeras sin piernas… Bueno, todos entramos con olas de casi dos metros ese día. Entonces es un equipo muy lanzado, muy técnico, y un candidato a ganar el Mundial, que ya va a ser más difícil que el Europeo porque hay selecciones muy potentes como Sudáfrica, Australia o Estados Unidos.
¿Cómo te ves para esos mundiales?
Pues el nivel de los competidores es mucho más alto, pero en la competición no simplemente cuenta el nivel que tenga el surfista, intervienen muchas cosas, como la gestión del tiempo que dura la manga, el conocimiento del mar, la anticipación, la las decisiones claves… En mis finales vi las condiciones que había y me decanté por ir solo a por las dos olas que puntúan, con lo cual me administré bien el tiempo, elegí bien y me fue fenomenal, con notas altísimas. Entonces las estrategias que sigas competición te pueden dar una victoria sobre alguien que tenga más nivel que tú. En mi caso, tengo meses por delante para prepararme físicamente, para no lesionarme por el camino, averiguar si en mi enfermedad surge algún problema… O sea, trataré de ir cada día haciendo lo que está en mi mano, sin precipitarme y sin estrés ni presión. Y si llegado el momento todo se cumple y puedo acudir pues será una gran felicidad cumplir ese sueño que el año pasado no pudo ser.
Viajando un poco atrás en el tiempo… llevas surfeando toda la vida. ¿Como fueron esos inicios?
Sí, desde el año 86. O sea, al poquito de aprender a nadar ya me fascinó ver a los a los primeros surfistas que había en Galicia. En la parte del Matadero aquí en A Coruña era habitual ver a unos pocos que estaban siempre, como Tito Fariña, que falleció hace unos años y es uno de los pioneros del surf en Galicia y en A Coruña. Fue fundamental en la cultura del surf que tenemos. De hecho, hoy fui hacerme una foto en su placa con todos los trofeos que le prometí que iba a conseguir en menos de un año. Es como un una ofrenda. Hablo muchas veces con él en mi cabeza porque nos marcó a todos. Tito se me acercó y me habló y a partir de ahí me enganché. Empecé primero con tablas de bodyboard, tumbado, y como yo era muy delgadito, y muy ligero, me podía poner de pie en esas tablas. Luego probé ya con tabla como tal en el 90 y a los seis meses de empezar me apunté al primer campeonato gallego junior. Recuerdo que iba en autobús desde Mera hasta A Coruña, de A Coruña a Carballo y de Carballo a Razo… eran como tres horas. Y conseguí quedar subcampeón gallego. A partir de ahí me enganchó tanto el surf como la la competición. Luego tuve la suerte de ser uno de los que estuvo en la Asociación Gallega de Surf, que luego se convirtió en Federación Gallega de Surf, y de participar en las primeras ligas en los circuitos gallegos y nacionales. Fue una década de explosión de eventos de surf en toda España y yo tuve la fortuna de vivirla. Pero luego estudié una carrera como la de aparejadores… y era incompatible con seguir compitiendo. Ahí paré de competir, pero nunca dejé de surfear.
El surf ha estado siempre ahí…
Sí, el surf siempre ha estado ahí en todas las etapas de mi vida. Siempre he tenido la suerte de poder vivir en frente al mar, incluso la suerte de poder bajar a surfear con el traje puesto desde casa. Simplemente ver el mar ayuda. El surf es el que me ha enseñado a guardar la calma y a tener la confianza en el momento que me vino el bache de salud. Quien practica surf vive siempre alguna situación peligrosa, alguna situación angustiante y el propio mar, después de darte un zarandeo por una serie grande que te hunde y te da vueltas, se pasa y entonces pasa un tiempo hasta que venga otra serie. Eso es como en la vida, ¿no? Hay rachas muy malas, pero pocas veces duran siempre. Hay siempre un momento en que asoma una buena racha y hay que aprovechar a moverse en esas buenas rachas.
Llevando tantos años en el surf, habrás visto muchos cambios en este deporte, cómo ves el panorama del surf ahora, ¿vuelve a haber un boom?
Realmente va todo vinculado con la economía mundial. En los 90 había una bonanza económica y las marcas de surf y las administraciones se implicaban muchísimo.Todo el mundo quería montar un circuito, salían en las televisiones los resúmenes, había prensa, revistas especializadas, había un tirón tremendo. Y eso se traducía en que había ayudas económicas y premios en metálico en los campeonatos. Había surfistas que venían, por ejemplo, a Malpica en furgonetas y pasaban aquí cinco días, y con el premio pagaban los gastos. Pero a partir del 98 llegó el primer batacazo económico mundial, quebraron un montón de marcas, las administraciones se quedaron sin dinero y al no haber dinero pues no había patrocinios y se fue muriendo… Todo aquello que se vivió en los 90 fue desapareciendo. Ahora ha vuelto a empezar el boom y se ha reactivado un poquito. Las marcas no pueden patrocinar, pero sí que hay administraciones públicas y autonómicas que dan ayudas. Las federaciones hacen lo que pueden y están fomentando que haya ligas de todas las categorías. Aún falta más ayuda de las administraciones, que la hay, pero normalmente no llegan antes de que haya un evento, entonces muchas veces los deportistas no se pueden planificar un calendario del año porque no tienen cubierto ese mínimo de gastos de viaje y dietas. Pero todos confiamos en que poco a poco vaya a más. Además se están consiguiendo muy buenos logros a nivel internacional con el surf español, que está está dando un paso al frente en todas las modalidades. Después de haber estado un tiempo así aletargado, poquito a poco vamos en todas las modalidades dando un paso al frente.
¿Qué destacarías de lo aprendido durante estos años?
Que hay que saber salir de las preocupaciones que realmente no son preocupaciones. Lo que me ocurrió me ayudó a optimizar el tiempo que le dedico en la vida a las cosas, a saber qué cosas son importantes en la vida y cuáles son simplemente pequeños inconvenientes o pequeños disgustos, pero que no hay que machacarse uno mismo con cosas que realmente no tienen tanta importancia. Esa es la principal lección que aprendí. La gente que me conoce me me transmitía "qué pena, qué putada que te haya tocado". Y yo les decía, no, al revés, o sea, como no me he quedado por el camino, a mí me ha tocado la lotería. Estoy pudiendo vivir con mi mujer, con mis hijos, con la familia, con los sobrinos, tiempos que antes no podía y más aún con el surf. Ahora soy amo de casa y durante el curso tengo la suerte que mientras mi mujer está en su trabajo y los niños en el cole, pues puedo disfrutar del mar un ratito cada día y disfrutar desde pasear por él a pillar olas yo solo, o ver a los amigos y hacerles unas fotos. Y eso es mejor que la lotería, es vida.