Gerardo Belisario atiende en el Sáhara a un niño con otitis.

Gerardo Belisario atiende en el Sáhara a un niño con otitis. Cedda

A Coruña

Un viaje solidario: De Galicia al Sáhara para atender a 120 personas con problemas auditivos

Gerardo Belisario y Santiago García pusieron 81 audífonos a otros tantos pacientes para ayudarles a volver a oír y comprobaron que las infecciones derivadas de otitis no curadas a los más pequeños o las perforaciones timpánicas ante las que no se usan tapones son un problema en el desierto

14 julio, 2023 05:00

Lo ha vuelto ha hacer. Gerardo Belisario Sánchez ha viajado un año más al Sáhara, donde ha atendido a más de un centenar de personas con problemas auditivos de todo tipo. El audioprotesista y el visitador médico Santiago García, junto con un equipo de profesionales del hospital donde trabajaron, lograron poner 81 aparatos.

La aventura comenzó con una campaña de micromecenazgo entre familiares y amigos, que difundieron el mensaje, mientras que el Grupo Pablo Durán, el fabricante de audífonos GN Resound y Audicost contribuyeron con materiales y audífonos. Grupo Lourido y Prado, Elepé, Alejandro Prado Coaching, Circo Kids y Océano Alfa, que documentó el día a día de la iniciativa a través de Instagram, también se unieron al proyecto.

Un viaje "complicado" con pérdida de maletas incluida

Un proyecto que continuó con un viaje "realmente complicado" hasta el Sáhara. "Como vamos cargados de materiales, en las aduanas argelinas es un auténtico caos: nos paran en cada control y nos hacen sacar todo de las maletas. Para que te hagas una idea, solamente en el aeropuerto de Argel pasamos 12 controles", señala Gerardo Belisario.

El desconocimiento del árabe y del francés, además, provocó "algunas situaciones de tensión" que aumentó al llegar al aeropuerto de Tinduf y descubrir que se habían perdido las maletas facturadas. "Lo bueno es que siempre llevamos el material imprescindible (los audífonos, el audiómetro y el ordenador) con nosotros, precisamente por miedo a que pase esto", señala el audioprotesista.

Así, Gerardo Belisario y Santiago García se vieron obligados a recibir a los pacientes durante la primera jornada sin alguno de los materiales que llevaban y que les "habrían venido muy bien". La situación cambió a partir del segundo día, cuando las maletas fueron localizadas y ambos pudieron comenzar a trabajar "como es debido".

Un calor "asfixiante" y solo 40 minutos por paciente

Los responsables de esta iniciativa pudieron poner durante su viaje 81 aparatos y atender a 120 personas con problemas auditivos de todo tipo, desde malformaciones hasta infecciones, pasando por los típicos tapones de cera. Una labor para la que contaron con la ayuda de los técnicos del hospital, Salama y Said, a los que dieron formación: "Sacamos el trabajo como podíamos, haciendo jornadas de 14 horas sin parar ni para tomar un café".

El enfermero Salama realiza una toma de impresión para un molde (Cedida).

El enfermero Salama realiza una toma de impresión para un molde (Cedida).

Y es que tal y como Belisario explica, el trabajo en los campamentos es agotador: "El calor es asfixiante y la cantidad de personas que acuden a la consulta es demencial". El audioprotesista explica que en su consulta de A Coruña dedica hora y media a atender a cada paciente, al que se le realiza un estudio completo de audiología a partir del que se solicitan los audífonos que precisa.

Un proceso al que siguen varias citas de adaptación durante un par de semanas para comprobar que el paciente oye y entiende en las distintas situaciones a las que se expone. Esto, sin embargo, resulta imposible de hacer en el Sáhara: la gran demanda lleva a que cada persona sea atendida en 40 minutos en los que se hacen las pruebas, se tratan las patologías, se retiran los tapones y se ponen los audífonos.

La falta de cribados auditivos y las complicaciones de las patologías son comunes

"Lo que más llama la atención en los campamentos, desde mi punto de vista, es la pérdida derivada de la guerra. Los chicos de 16 años ya pueden ir voluntarios a la guerra, donde a causa de las explosiones y ruidos intensos quedan lesionados con unas grandes pérdidas auditivas", señala el coruñés sobre el origen de muchas de las patologías que tratan.

Algunas de ellas, sin embargo, son de nacimiento y se detectan de forma tardía. Esto es así porque los bebés no son sometidos a un cribado auditivo como el que se realiza en España. "Si un niño o niña tiene pérdida auditiva nadie lo sabe hasta los 3 o 4 años, al presentar dificultades, e inicialmente  no le dan ninguna importancia, aunque este periodo es fundamental para el desarrollo del lenguaje", explica Belisario.

Un niño con poco desarrollo del lenguaje debido a la pérdida auditiva que mejorará con audífono y ejercicios de logopedia (Cedida)

Un niño con poco desarrollo del lenguaje debido a la pérdida auditiva que mejorará con audífono y ejercicios de logopedia (Cedida)

La falta de cribados no es el único problema al que se enfrentan los pequeños nacidos en el Sáhara. La otitis, muy frecuente en la infancia, no se trata y los niños "pasan días con fiebre en cama", de forma que las infecciones "se abren paso" y acaban generando secuelas como una pérdida auditiva importante, que puede llevar a un aislamiento de la sociedad o incluso a un mal desarrollo del lenguaje.

"Las infecciones y otras patologías auditivas son muy comunes a cualquier edad en el desierto y normalmente presentan complicaciones. Allí no hay una buena alimentación ni un acceso a sanidad o medicamentos, el agua es de una calidad pésima y la arena se mete en todas partes", indica Belisario sobre la situación en la que viven sus pacientes.

Todo ello tiene graves consecuencias. Un ejemplo que da el audioprotesista son las perforaciones timpánicas, ante las que se suele recomendar el uso de tapones a medida para evitar que el agua entre en el oído medio. Algo, señala Belisario, de lo que no disponen en el desierto: "Al hacer una otoscopia a las personas que presentaban una perforación timpánica, encontrábamos el conducto lleno de arena, lo cual daba lugar a las infecciones"

Un bonito reencuentro con los pacientes del año pasado

Gerardo Belisario y Santiago García aprovecharon su viaje para ver de nuevo a los pacientes que habían tratado el año pasado, que acudieron a hacerse una revisión. Un bonito reencuentro que fue "muy gratificante" para ambos, ya que comprobaron la "gran evolución" que experimentaron algunas de las personas que pasaron por sus manos en 2022, especialmente en el caso de los más pequeños.

"Tuvimos a una niña que el año pasado acudió a consulta y que nos comentó que tenía muy malas calificaciones en el cole. Este año, vino a hacer la revisión con el audífono y el padre nos dijo que la situación en el cole había cambiado drásticamente: pasó de ser la peor del aula a estar entre las mejores. Según ella dice, ahora le resultan más fáciles las clases porque puede escuchar a su profesor", comenta Belisario.

Otro caso que destaca el audioprotesista es el de un pequeño que el año pasado "no pronunciaba una palabra" y que este 2023 ya hablaba. Una evolución que también se nota en los pacientes de mayor edad, enormemente agradecidos con la labor de estos gallegos: "Muchos nos dijeron que están contentos por poder volver a sentirse integrados en la familia y poder participar en el día a día".