Visita a la instalaciones en el campus de Ferrol.

Visita a la instalaciones en el campus de Ferrol. Xunta de Galicia

Sostenibilidad

Arrecifes artificiales para la protección de ecosistemas marinos en la costa de Galicia

Las conselleiras de Mar y Medio Ambiente visitaron el Centro de Investigacións Tecnolóxicas de Ferrol donde se ha desarrollado el proyecto.

6 julio, 2021 19:48

FERROL, 6 Jul. (EUROPA PRESS) –

El Centro de Investigacións Tecnolóxicas del Campus Industrial de Ferrol avanza en el diseño del módulo de arrecife artificial adaptado a la geomorfología de los fondos marinos gallegos, un proyecto desarrollado por 13 investigadores de la Universidade da Coruña, coordinados por Luis Carral, y en el que la Xunta ha invertido 100.000 euros a través de un convenio de colaboración firmado el año pasado.

Las conselleiras de Mar, Rosa Quintana, y Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, han realizado una visita este martes a este centro ferrolano, en donde han animado a profundizar en la senda de la colaboración entre Administración autonómica e institución universitaria a través de proyectos que redundarán "en beneficio de la mejora del medio ambiente marino".

Así, la titular de la Consellería do Mar ha expresado su satisfacción por "ver cómo, desde diferentes ámbitos del conocimiento, los técnicos han sido capaces de trabajar en conjunto para desarrollar en Galicia el mejor arrecife artificial con el objetivo de recuperar los ecosistemas marinos".

Para Quintana, la importancia de este proyecto es "fundamental" por el papel que cumplen los arrecifes "en la protección y el crecimiento de las especies, al funcionar como refugio de los recursos marinos".

Sostenibilidad

Por su parte, la conselleira de Medio Ambiente ha indicidido en que la Xunta "avanza" para "cambiar el modelo productivo lineal, basado en usar y tirar, por uno circular en el que se prime la reutilización, el reciclaje y la recuperación".

Ángeles Vázquez considera este proyecto de la Universidade da Coruña un "ejemplo" de esa economía circular, por apostar por "un diseño ecológico para reducir los posibles impactos de la fase productiva" y por la "reutilización de materiales inertes relacionados con el mundo marino, pasando de ser un residuo a tener una segunda vida como materia prima sostenible", como es el caso de los restos del procesado de la industria conservera.