La Granxa Maruxa de Monterroso y la Granxa A Cernada de Palas de Rei formaron la cooperativa As Vacas da Ulloa con el objetivo de producir, procesar, envasar y comercializar leche y sus derivados, siempre en ecológico y desde el respeto por el medio ambiente. El proyecto comenzó a gestarse en 2015, pero no fue hasta octubre del año pasado cuando Leite Sen Máis comenzó a llegar a los hogares de los gallegos, directo "del teto a la nevera".
"Durante esos años, de forma colaborativa y asociativa, hemos intentado buscar una fórmula para darle valor a la leche. Las dos trabajamos en ecológico y somos de la comarca de A Ulloa", indican Ana María Corredoira Vázquez (Granxa A Cernada) y Marta Álvarez Quintero (Granxa Maruxa). Estas emprendedoras explican que en el sector primario "es complicadísimo" vivir solo de la leche, por lo que ellas decidieron aunar fuerzas para llevar adelante una iniciativa con la que diferenciarse y ofrecer a los consumidores productos frescos y de calidad.
Una apuesta por lo ecológico y lo sostenible
Granxa A Cernada lleva unos 20 años trabajando la agricultura y la ganadería en ecológico y los padres de Corredoira iniciaron en 2012 un pequeño obrador porque creían que el futuro pasaba, precisamente, por comercializar su propia leche. "El que era el obrador antes, es ahora el despacho y los vestuarios", explica Marta Álvarez sobre el germen de una iniciativa que no da la espalda a la tradición.
Las impulsoras de Leite Sen Máis defienden la vida en el rural y demuestran con su apuesta que es posible vivir dignamente en un entorno natural que se respeta y se cuida. Los miembros del equipo, además, se han formado en diferentes ámbitos: Ana María Corredoira es bióloga, su hermano Julio acaba de doctorarse cum laude en química y Marta Álvarez estudió empresariales. "El rural es vanguardia. Es un mensaje para la gente joven que vive aquí, decirle que hay que formarse para quedarse en el campo y hacer cosas interesantes", explican las emprendedoras.
Las ganaderas insisten en que hay futuro en el rural de Galicia. "Somos el origen. Alimentamos a la sociedad, a las ciudades. Debemos sentirnos importantes, alimentar el orgullo propio y la autoestima porque el futuro es una alimentación sana, de calidad y segura, y eso pasa por personas como nosotras, haciendo un trabajo que es bueno para nuestro entorno pero también para la gente que vive fuera", explican las responsables de Leite Sen Máis.
Mujeres con TalentA
El Programa TalentA nació en 2019 con el objetivo de capacitar a mujeres emprendedoras que necesiten apoyo para poner en marcha sus proyectos innovadores en el rural y este año Corteva Agriscience y Fademur han reconocido la labor de As vacas da Ulloa, finalistas en la tercera edición. "El apoyo de Fademur es clave con su acompañamiento no solo en lo profesional sino también en lo personal. Las mujeres rurales sufrimos una doble discriminación: una por desarrollarnos en un entorno rural y otra por ser mujeres", explican Álvarez y Corredoira, que recomiendan a las emprendedoras del rural que se pongan en contacto con la entidad.
Una de las medidas que ha aplicado siempre la marca es el retorno de las botellas, que poco a poco ha ido calando en el consumidor y generando conciencia sobre la importancia de reutilizar. "Envasamos en vidrio y abonamos al cliente que nos devuelve las botellas limpias. Hay gente que nos manda mensajes en ellas. Esa es una forma de volver a la tradición y ha sido uno de los valores que nos ha hecho ganar el reconocimiento de TalentA", explican las responsables de la iniciativa.
"Del teto a la nevera"
"El nombre Sen Máis es nuestra filosofía. Ahora hay tanta información sobre leche de pastoreo, con vitamina D… Nuestra leche lo tiene absolutamente todo, es ecológica Sen Máis, nuestras vacas salen a pastar", indica Álvarez. La primera en salir al mercado fue la leche entera fresca pasteurizada, pero la gama de productos se ha ampliado hasta ofrecer leche semidesnatada, leche desnatada y leche sin lactosa.
Leite sen Máis solo realiza un trayecto, que es el que va desde la granja hasta el comercio o la nevera de los consumidores. "Normalmente, la leche que se consume en tetrabrik la recoge un camión en la granja y la junta con todas, la lleva a una central donde es tratada y desde ahí a otra de distribución y a otra de compras", explican las impulsoras de As vacas da Ulloa, que indican que "es urgente" que se reduzca la huella de carbono antes de que se produzca un colapso.
"Nosotras lo hacemos todo: desde el ordeño, hasta el envasado y la distribución. Es decir, del teto a la nevera. Lo que estamos observando es que hay muchos niños que nunca han probado leche fresca, nos sentimos como educadoras cuando decimos que se mete en la nevera", explica Álvarez. Así, las promotoras de esta iniciativa destacan la importancia de la comunicación con las consumidoras, a las que trasladan las características y cualidades de una leche que "nunca se estropea, porque se transforma".
Granxa A Cernada tiene un centenar de vacas, de las cuales 60 están en ordeño, mientras que Granxa Maruxa tiene 60 cabezas de las que 25 producen. Ambas generan en total alrededor de 500.000 litros al año. "Nuestro objetivo a corto plazo ya no es solo vender esa leche líquida, sino también transformados de valor añadido como pueden ser el yogur o el batido. Buscamos la innovación y el desarrollo en el rural, porque se puede hacer, y lo que queremos es darle valor a nuestro producto a pie de granja, porque no tendría sentido hacerlo en otro lugar", indica Corredoira.
Leite Sen Máis busca de esta forma que la leche fresca vuelva a ser una de las protagonistas de las neveras. Corredoira y Álvarez explican, por ejemplo, que los ciudadanos están habituados a ir a comprar el pan fresco, pero no hacen lo mismo con la leche, un hábito que podría cambiar. "Con nuestra leche se hacen unas croquetas o un arroz con leche fantásticos", explica Álvarez.
El trato directo y la cercanía
No solo la calidad y el hecho de que sea ecológica diferencian a Leite Sen Máis de otras opciones disponibles en el mercado, sino también todo lo que está detrás de su producción. Las responsables de la firma aseguran que disponen de unos sueldos dignos y conciliación familiar, entre otros aspectos vinculadosa una buena situación laboral y a la calidad de vida que se reflejan posteriormente en las botellas que llegan a casa del consumidor.
"Este proyecto pasa por esa sostenibilidad ambiental y social, no solo por la parte económica. Proyectos así generan un impacto en el territorio que es positivo porque fija población, es un modelo de ganadería e industria que crea empleo y riqueza en el entorno, al mismo tiempo que promueve un modelo de consumo que es bueno para el comercio local", indican Corredoira y Álvarez.
Y es que las responsables de esta firma contactan de forma particular y personal con cada uno de sus clientes, desde establecimientos de hostelería hasta pequeños locales donde se comercializa la leche. El trato cercano es fundamental para esta marca que cuida no solo la salud de quien bebe la leche y de las vacas de A Ulloa, sino de un entorno natural en el que hay cabida para numerosos proyectos con alma rural.