Apotheca, la ONG que apuesta por el pequeño negocio y los agricultores locales de Santiago
Jordy y Dusty, sus fundadores, se han propuesto reactivar la economía local de la ciudad animando a la gente a comprar a vecinos en vez de a grandes supermercados
25 diciembre, 2023 05:00Jordy y Dusty se conocieron en Nicaragua, donde juntos empezamos a emprender proyectos de desarrollo comunitario dentro del país, y también en Estados Unidos. El destino los trajo hasta Santiago de Compostela justo antes de la pandemia, en la descubrieron que aquí también hacían falta este tipo de iniciativas.
La crisis provocada por el Covid-19 debilitó a los pequeños negocios y agricultores de la zona, que se vieron en graves problemas para colocar sus productos, sobre todo en locales de hostelería como consecuencia de las restricciones y los cierres constantes. Fue entonces cuando surgió Apotheca.
“Nuestro enfoque es promover la economía social e invertir en pequeñas empresas, empresarios y personas que utilizan sus habilidades para beneficiar a la comunidad. Nuestra visión es ser un colectivo que se preocupa por el bienestar mental, físico y espiritual de los demás”, cuentan sus socios.
El nombre "Apotheca" proviene del latín y significa almacén. Y es que fue precisamente en uno de estos donde, inicialmente, las personas compartían recursos y necesidades para el bien común.
Empezaron con sólo una persona en la tienda, que fue su primer proyecto. Hoy, la cooperativa cuenta, sólo en esta vertiente, con aproximadamente diez: tres agricultores, dos personas que atienden en el comercio, una trabajadora a tiempo completo, una voluntaria y los dos socios.
Una red de apoyo entre vecinos
Bajo el paraguas de Apotheca actualmente llevan a cabo varios proyectos, como el Mercado Apotheca, donde colaboran con los propietarios de A Horta da Avoa para servir a todo el vecindario; la elaboración de una cesta de productos locales en colaboración con agricultores locales de Santiago; o la fabricación de jabones artesanales por mujeres víctimas de violencia de género.
“Creemos que amando y ayudando a tu vecino puedes lograr un impacto en la sociedad. A través de Apotheca, hemos invertido de manera sostenible en pequeñas empresas utilizando capital reciclado. Esta inversión se destina a negocios locales y proyectos comunitarios, brindando ventajas estratégicas a nuestros socios y contribuyendo al crecimiento sostenible de la comunidad”, explica Jordy. Desde su creación, hace más de dos años, Apotheca no ha parado de crecer y ayudar, consiguiendo recaudar fondos para mujeres de abusos, y también para familias que viven por debajo del ingreso mínimo vital, a quienes donan parte de las ganancias del Mercado en forma de alimentos.
Visibilizando lo invisible
El primer producto con el que empezaron fueron las cestas agriculturales, cuando una granjera les explicó que todos los productos se le estaban echando a perder. Se propusieron entonces tratar de vincular a la gente local de Santiago con los pequeños agricultores. “Conocí a Teresa y sus padres, Mercedes e Ignacio, de 89 y 92 años. Fue mi primer acercamiento a la cultura gallega. Me sentí tan acogido por ellos que quise crear unos talleres para que más gente pudiera vivirlo”, relata Jordy.
De esta manera surgieron unos “obradoiros” donde, personas de todas las edades, se familiarizan con la agricultura local mientras conocen gente nueva y practican idiomas: “muchos estudiantes eran Erasmus y hablaban sólo inglés, y muchos agricultores hablaban sólo gallego, así que empezamos a traducir unos a otros y se acabó formando una especie de intercambio”.
Luchando contra la violencia de género
Otra de sus líneas es la fabricación de jabones. Megan, la esposa de Dusty, lidera la elaboración de este tipo de productos artesanales como medio para financiar un grupo de apoyo mutuo para mujeres sobrevivientes de violencia doméstica.
No sólo el dinero conseguido a través de las ventas les sirve como ayuda, sino que el hecho en sí mismo de reunirse de forma periódica para trabajar en ello ha conseguido formar una red de cuidados y escucha entre ellas. “Es un problema grave, una de cada tres mujeres sufren de violencia doméstica. Actualmente, tenemos una recaudación de fondos activa para este propósito. Además, el proyecto crece cada día, hoy contamos con una empleada y otras dos voluntarias que colaboran, pero queremos seguir”, explica Jordy.
La gente joven, la más concienciada
Desde Apotheca aseguran que la mayoría de los voluntarios, pero también de los clientes, son estudiantes y personas menores de 30 años. “Los voluntarios son, sobre todo, alumnos de máster interesados en economía social o desarrollo comunitario, educadores sociales, gente de marketing o personas interesadas por lo medioambiental”.
Cada miércoles reparten cerca de 30 cestas con productos de agricultores locales, una cifra que, según explican, se debe a la calidad de los productos y la labor social que sus clientes saben están haciendo con su pedido:
“Actualmente podemos encontrar grandes empresas que tratan de ofrecerte productos que no son de buena calidad. De esta manera, además de tener un impacto positivo en el planeta estás reconociendo el trabajo de tu vecino, de alguien que podrías encontrarte por las calles de Santiago, y estás consumiendo productos sin químicos, buenos para tu salud”, exponen.