El cuidado del medioambiente, las personas y los pueblos son los tres ejes de Alloa, una marca de cosmética 100% natural con sede en el municipio ourensano en Sarreaus que usa las plantas medicinales para crear productos que miman la piel. Una propuesta detrás de la que está Ana Álvarez, que encontró en la paz y los recursos de la aldea la excusa perfecta para poder desarrollar un proyecto que la hace feliz.
La responsable de la marca nació en Ourense pero se mudó a Almería con sus padres cuando era pequeña. "Todos los años volvía a Galicia en verano y en Navidad. Parte de mi familia es del rural, cada vez que venía veía que había menos casas y gente", explica Álvarez, que no entendía este éxodo rural y el abandono de las viviendas: "Era como perder mis raíces".
Esta emprendedora asistió en 2019 a la Feria para el repoblamiento de la España rural del Presura, algo que marcó un antes y un después en su trayectoria profesional. Entablar contactos con una entidad que se ofreció a ayudarla para emprender en el rural de Galicia hizo que Ana Álvarez se plantease seriamente lanzar su propia marca, que decidió centrar en la cosmética natural.
Tres pilares fundamentales
"Tengo problemas de piel como dermatitis y me hacía mi propia cosmética en casa", señala Álvarez, que pensó que probablemente hubiese más gente con el mismo problema y que esta era una forma de ayudar tanto a esas personas como al medio ambiente y a los pueblos rurales que se quedaban vacíos. Estos fueron, y son, los pilares de Alloa.
La responsable de la firma ha conseguido demostrar que vivir en las aldeas con un modelo de negocio como el suyo es posible. "Los pueblos están vacíos de personas pero llenos de un montón de recursos. Quería demostrar que a través de un e-commerce como el mío puedo gestionar el negocio, llegando a toda España y, si me lo propusiese, también fuera", indica Álvarez.
La emprendedora señala que intenta formular siempre en formato sólido para ahorrar agua y plásticos de un solo uso, ofreciendo productos más concentrados, duraderos, sostenibles y económicos. "En la fabricación de mis productos utilizo un 4% de agua, frente al 90% que se usa en un champú convencional u otros productos en formato líquido", ejemplifica la responsable de la firma.
Un importante ahorro de agua que no solo se da a la hora de fabricar sino también en cuanto a la durabilidad de los artículos con alma gallega que elabora esta joven marca. El cuidado de la piel y del medio ambiente van de la mano gracias a los productos naturales, libres de ingredientes tóxicos procedentes del petróleo.
"Es empezar a usar lo que nuestras abuelas han usado toda la vida, que son plantas medicinales que vemos cuando vamos caminando por el monte", explica la ourensana, que concreta que la cosmética se incluye en el ámbito farmacéutico y que por ello los ingredientes están muy controlados. Así, Álvarez adquiere su materia prima a proveedores locales siempre que puede.
"Lo que hago es usar plantas locales y autóctonas que sean típicas de ese pueblo, como la milenrama que hay por toda Galicia", señala la ourensana. Una apuesta por lo local y lo rural que se refleja en el lugar en el que tiene la sede la marca, Sarreaus, desde donde Álvarez desarrolla cada uno de sus productos: desde su formulación hasta el diseño de la caja donde se envía.
Dos colecciones con historia: Sarreaus y La Noguera
Esta marca gallega tiene actualmente dos colecciones: Sarreaus y La Noguera. Sarreaus fue la primera propuesta que lanzó Ana Álvarez. "Es una colección con tres productos en formato sólido: un champú, un gel de ducha y un acondicionador", explica la responsable de la marca, que concreta que todos ellos tienen plantas típicas del municipio ourensano como la malva, la melisa y la milenrama.
"Son plantas que se usan muy poco en cosmética natural pero que tienen propiedades medicinales increíbles como puede ser antiinflamatorias o ayudar a mejorar la circulación sanguínea", enumera Álvarez. La firma, además, trabajó por personas que viven en el ayuntamiento para escribir un tarjetón en el que explica qué es el vergalleiro, un personaje típico del Entroido de Sarreaus.
Y es que el objetivo de esta emprendedora no solo es acercar un producto de calidad a sus clientes, sino que conecten con sus orígenes y los vecinos del pueblo. Vinculado a esto y dentro de esta colección está su colaboración con Retorna – Memoria Rural, con la que creó un código QR que permite acceder a testimonios sobre cómo la gente vivía el Entroido.
La Noguera está inspirada en el bosque mediterráneo en homenaje a muchos de los que han ayudado a Álvarez a que Alloa fuese una realidad. "Saqué un limpiador facial en formato sólido y una crema hidratante con ácido hialurónico vegano", indica la creadora de la marca sobre una colección en la que ha usado romero, tomillo, salvia y olivo.
"En ello hablo del último forcaire, Casimir Brescó, un hombre que se dedicaba a hacer horcas. De esa zona salían como unas 70.000 horcas al año y hoy en día es un oficio perdido que está intentando recuperar su nieto. Cuento este oficio, por qué es tan valioso, y para ello creamos otro código QR con Retorna-Memoria Rural, para que la gente conecte con el taller de Casimir Brescó", explica Ana Álvarez.
Artículos más allá de la cosmética
El champú y la crema hidratante son los dos productos que más éxito tienen. "El champú funciona genial. Gente que tenía costras en la cabeza por culpa de la psoriasis, con caspa o con el cabello graso, problemas que considera que son su día a día y normales, al empezar a usar el champú flipa", explica Álvarez.
La responsable de la firma señala que el éxito de la crema hidratante, por otro lado, está en que es muy ligera, se absorbe rápidamente y da frescor a la cara. Este producto, además, aporta ácido hialurónico, lo que gusta mucho entre los clientes de la firma, que lo pueden usar a diario también por los beneficios del romero y el tomillo, seborreguladores que ayudan a la hidratación de las personas con piel grasa.
Alloa dispone, además, de portajabones impermeables y de algodón orgánico y de una jabonera de madera de haya hecha en colaboración con Néboa na Ría. "Tenemos una bolsa totebag en la que ponemos la definición de pueblo que hemos creado, porque para nosotros los pueblos son lo más importante: es donde están nuestras plantas, nuestra gente y nuestra cultura", indica la artesana.
Álvarez considera fundamental mantener colaboraciones con otros artesanos y artistas para enriquecerse de la especialidad que cada uno tiene. "Siempre se ha visto al artesano como la persona individual, pero si nos juntamos todas, y más las de las zonas rurales, podemos ser más fuertes, tenemos más voz y más contactos y llegamos más lejos en menos tiempo", explica la responsable de la firma.
Un trabajo mano a mano con otros artesanos que Ana Álvarez también traslada a los clientes de la firma, a los que asesora y explica las propiedades medicinales de las plantas que usa. Este contacto continuo existe tanto con los que compran a través de la web como con los que adquieren sus productos en los puntos de venta de toda España o en la tienda de Creativas Galegas en Santiago de Compostela.