"Los que estamos ahora mismo somos tercera generación. La empresa la fundaron mis abuelos paternos. Tienen un hijo y una hija que continúan en la firma", explica Luis Rodríguez Álvarez, uno de los cinco miembros de esta familia que sigue adelante con un negocio fundado hace 70 años. La panadería Santa Cruz 1951 nació en 1951 en la calle Viñas de Babilonia del municipio coruñés de Oleiros y se ha ido adaptando a lo largo de los años para ofrecer a los consumidores un producto de calidad que comer.
Inicialmente, la gente de la zona cultivaba trigo y centeno y llevaba a cocer las masas que elaboraba en casa hasta la panadería. La abuela de Rodríguez fue la primera persona al frente de la empresa, ya que su marido trabajaba en la construcción. El negocio fue creciendo poco a poco y sus propietarios comenzaron a hacer el pan al mismo tiempo que los ciudadanos dejaban de cultivar sus propios cereales.
Del caballo a la venta ‘online’
"El medio para llegar a los vecinos fue primero a caballo, después pasamos a la bicicleta y ahora vamos en furgoneta", explica Rodríguez. El obrador principal siempre acogió una pequeñita tienda donde se vendía el pan, aunque la segunda generación trabajó en el entorno de Santa Cruz y Dorneda con tres repartos. "A medida que fue creciendo y Santa Cruz se convirtió en ciudad dormitorio, fuimos dejando el reparto a domicilio y hoy, de los tres que teníamos, queda uno", indica el gerente de la panadería.
El modo de vida cambió y también lo hizo la forma de consumo, por lo que Santa Cruz 1951 se adaptó. El impulso de las tiendas hasta convertirlas en cafeterías y la ampliación de los productos en venta con las empanadas hechas con harina de trigo del país y diferentes pasteles, así como la comercialización de comida para llevar, son algunos de los cambios que esta familia adoptó con el paso de los años. La apertura de la tienda online fue el último paso tomado y ahora los clientes también pueden disfrutar de sus productos favoritos directamente en casa.
Cercanía y calidad
"Lo que intentamos hacer es estar en el momento que toca y la situación que toca. Si cuando empezaron tocaba repartir a caballo y ahora vender por internet, pues nos vamos adaptando", resume el responsable de Santa Cruz 1951. Así, a la venta de pan se unió la comercialización de pasteles para hacer del negocio un medio de vida más rentable y poder ofrecerle al consumidor algo más que una barra o un bollo cuando acudían a estas tiendas de toda la vida.
El panadero se enfrentaba antiguamente al problema de aumentar su capacidad de producir pan frente a la gran oferta que existe actualmente debido, en parte, a que este producto se vende en muchas superficies comerciales a un precio muy bajo. "Hace 20 o 30 años el consumo de kilos de pan al año en España estaba cerca de os 80 kilos por persona y hoy estamos por debajo de los 30. Esto significa que se está consumiendo menos", lamenta Rodríguez, que indica que esto se puede deber, en parte, a cierta "la mala fama" creada alrededor de este producto que muchos califican de insano.
"La primera forma de compra de pan es por comodidad, por inmediatez", explica Rodríguez. La manera en la que las panaderías tradicionales compiten actualmente con los grandes productores y los supermercados es a través de la calidad y la formación continua de sus trabajadores. La cercanía y un producto diferenciado ayudan a que los consumidores no acudan a los grandes espacios a comprar todo, sino que también se paren en las tiendas de barrio para confiar su alimentación a las empresas pequeñas.
Santa Cruz 1951, mucho más que pan
Rodríguez es el mayor de los miembros de tercera generación que ahora están al frente del negocio, cuya pastelería comenzó a tomar impulso a comienzos de los 90. El primer producto dulce de Santa Cruz 1951 fueron unas milhojas que hoy se han convertido en uno de sus mayores reclamos. Las materias primas, al igual que en el caso del pan, juegan un papel fundamental para que los dulces tengan un sabor diferente y único, que también consigue jugando con las texturas y las formas.
Uno de sus partenaire es la marca de chocolates francesa Valrhona, un producto muy conocido en el sector profesional por su gran calidad con el que llevan años trabajando. "Lo que nos aportan es formación y estar al día, porque tienen muchos formadores por todo el mundo", explica Rodríguez.
Las carrot cake o las coberturas Guanaja son un ejemplo de diferenciación en este negocio familiar que mantiene algunos pasteles o bizcochos durante todo el año y que también respeta las tradiciones de épocas como Pascua o el Día de Reyes. "En verano se intenta trabajar con productos más frescos, más frutales, y en invierno con pasteles con frutos secos, por ejemplo", explica el administrador.
El uso del gallego en las redes y en los eslogan, entre otros ámbitos, es una forma de diferenciarse de las franquicias, defender la cultura y promover la venta de productos autóctonos como su brioche gallego. Conocido como Caroleiro porque está hecho con nueces, lleva mantequilla y materias primas de Galicia y también existe la versión con chocolate y naranja: Laranxeiro.
No todo es pan o dulce en esta empresa que ha querido ampliar su oferta y ahora también prepara platos de comida para recoger o pedir a domicilio. Lacón asado, callos, croquetas de boletus o jamón ibérico y salpicón forman parte de los productos con los que los clientes pueden disfrutar de una sabrosa comida o cena.
Locales con degustación
Las cafeterías de Santa Cruz 1951 son un lugar perfecto para acudir a desayunar o a tomar la merienda. Los dos locales de degustación de la firma están situados en la calle Viñas de Babilonia de Santa Cruz (Oleiros) y en la Padre Feijóo de A Coruña y permiten a los consumidores conocer con calma los productos de esta empresa familiar. Las otras dos tiendas de la panadería están en el municipio de Oleiros: una en la calle Emilia Pardo Bazán, en Santa Cruz, y la otra en República Argentina, en Dorneda.
Santa Cruz 1951, sin embargo, no solo se dirige a los particulares sino que también trabaja con el sector de la restauración. "Intentamos que todos los restaurantes de Santa Cruz sean clientes nuestros, y casi todos lo son. En A Coruña también tenemos algún restaurante", explica Rodríguez. "Hacer las cosas bien" es uno de los secretos de esta marca para ganarse la confianza de los consumidores y las empresas, que adquieren no solo el pan sino los dulces de esta firma familiar que lleva 70 años llenando los estómagos de los ciudadanos de Oleiros con una propuesta diferente y de calidad.