El barrio coruñés de Los Rosales cuenta desde hace un par de meses con su primer y único estudio de tatuajes. Se trata de Front Line Tattoo, en la calle Manuel Azaña. Al frente de este proyecto está el mostoleño Marko González, que se embarcó en esta aventura tras casi seis años en Coruña Tattoo.

"Empecé a trabajar con Flecha después de haber sido artista invitado en su estudio varias veces. Cuando me vine de Madrid, me fui con él directo. Antes había estado haciendo colaboraciones en un estudio de Madrid y poco más, pero desde hace ocho años me dedico al 100 % al mundo del tatuaje", comenta Marko.

¿Cómo acabó un joven de Mósteles en A Coruña? Ahí entra en juego un factor que poco tiene que ver con los tatuajes. "Me vine a Galicia por mi chica. Nos conocemos por el fútbol desde que teníamos 18 y ahora llevamos casi ocho años juntos", señala Marko. Su relación sentimental comenzó en paralelo a la de los tatuajes.

"Siempre me gustó el diseño gráfico y ya dibujaba antes, pero no me había planteado dedicarme a ello. Tenía una tienda de juegos de mesa con mis hermanos en Móstoles cuando decidí apostar por el tattoo", comenta.

Hora de arriesgar

Tras el traslado de Coruña Tattoo, decidió dar un giro a su profesión y abrir su propio estudio. "Tenía ganas de cambiar de aires y dar un paso adelante. También por mi novia, que es la que más me ha apoyado en esto y sé que le hace muy feliz que tenga mi propio negocio", afirma Mark.

Así nació Front Line, que abrió el pasado 1 de marzo. Su nombre tiene tres significados. Por un lado su pasión futbolera como aficionado del Rayo Vallecano, por otro sus inclinaciones políticas y, por última, por su novia, que está "en primera línea, luchando siempre". Su logotipo da pistas sobre el tipo de tatuajes que hace.

"Me gusta el tatuaje tradicional. Aunque mi estilo no es el más convencional. Hago de todo, en realidad. Como quien dice, soy un novato todavía, porque solo llevo cinco años dedicándome a esto de manera profesional", señala. Eso sí, en A Coruña tiene claro cuál es el tatuaje más demandado. "He hecho miles de Torres de Hércules. De hecho, me flipa hacerlas porque es un tatuaje que se adapta muy bien a mi estilo. Hace unos días se lo hice a un vecino del barrio", comenta.

Buena toma de contacto

Estos primeros meses de Front Line han servido como toma de contacto para Marko. Además del estudio, él es distribuidor de material para tatuajes desde hace años a nivel local y en Internet. "Tuve trabajo todos los días, así que no me puedo quejar. Abrí en un momento complicado, pero al llevar varios años tatuando, la gente ya me conoce y mis clientes fijos siguen viniendo", comenta.

Sobre el barrio, afirma que poco a poco sus vecinos lo van conociendo. "Yo vivo a dos calles, así que esta ubicación es perfecta para mí. Se está animando mucha gente de la zona, la verdad. Es algo que me sorprendió", señala.