Ainara Cereijo, la responsable de La Pelu de Mi Hermana.

Ainara Cereijo, la responsable de La Pelu de Mi Hermana. Quincemil

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Las nuevas peluquerías coruñesas: listas de espera de 100 personas, sin prensa ni estética

En la primera semana de reapertura el negocio coruñés ha atendido a 40 personas que han demandado sobre todo trabajos de color y corte y se han introducido nuevas rutinas como dos desinfecciones del local diarias

12 mayo, 2020 06:00

El estado de alarma ha dejado claro para muchos la importancia de la labor que realizan las peluquerías, ya que la inmensa mayoría de los gallegos ha acudido en masa a estos negocios durante su primera semana de apertura (el gobierno permitió que reanudasen su actividad el pasado 4 de mayo) para cortes de pelo, tintes y demás cambios estéticos que reclamaban con urgencia ya que, como algunos usuarios bromeaban en redes sociales, "las canas ya asomaban". En A Coruña, la Pelu de Mi Hermana, ubicada en la calle Cordelería y que abrió sus puertas en 2012, no ha sido menos, y su dueña Ainara Cereijo ha vivido una intensa vuelta a su peluquería tras varias semanas cerrada a causa de la crisis sanitaria del coronavirus.

El regreso no ha sido fácil, ya que se ha tenido que enfrentar a una lista de espera de más de 100 personas y cambios drásticos en la manera en la que habitualmente trabajaba, ya que ha eliminado la prensa escrita que ofrecía a sus clientes mientras les atendía, la zona de espera con sillones, ha incorporado unas marcas en el suelo con vinilos para delimitar las zonas de seguridad, ha inhabilitado un lavacabezas y un tocador para mantener la distancia entre personas y hasta nuevo aviso no está disponible la cabina de estética.

En la primera semana, Cereijo asegura que ha atendido a alrededor de 40 personas y comenta que lo más demandado han sido "trabajos técnicos de color y corte". Antes de iniciar su actividad ha gestionado las citas de su clientela mediante llamadas en las que advertía de las nuevas normas a seguir en el local: imprescindible ir con mascarilla y guantes, esperar el turno fuera de la peluquería, ser puntuales "ya que sólo puede permanecer una persona por profesional dentro del negocio" y que antes de ser atendida cada persona se aplique el hidrogel que se le facilita.

Las semanas de parón confiesa que no han sido fáciles de sobrellevar porque "gastos inherentes al local como la luz, el agua o el teléfono han seguido corriendo a pesar de que no hubo facturación" y admite que hay muchas cosas que "le parecen irrecuperables" porque, por ejemplo, en un corte de pelo estos días "se está realizando el trabajo de dos o tres meses en una sola sesión".

En cuanto a las medidas sanitarias para la reapertura, la peluquera detalla que la inversión realizada asciende aproximadamente a los 400 euros ya que "muchas cosas de las que necesitaba ya las tenía en el salón" y detalla que entre los principales cambios en la forma de trabajar que ha introducido para afrontar la rutina que tendrán que vivir a partir de ahora tanto ella como su plantilla se encuentran: la realización de dos desinfecciones profundas diarias y del puesto de trabajo después de cada servicio, la higienización profunda de las herramientas después de cada uso y el lavado intensivo de las toallas a 60 grados.

A parte, el personal está equipado con pantalla protectora, guantes y mascarilla además de que el uniforme se lava al final de la jornada a 60 grados (y trabajan también con un delantal especial) y, por su parte, los clientes deben colocar sus pertenencias en el lugar habilitado y llevar puestos los guantes y la mascarilla durante su estancia en el interior de la peluquería (se les facilita a su vez una capa desechable).

"Estamos trabajando a la mitad de nuestra capacidad"

Cereijo se muestra satisfecha por poder reabrir su negocio pero es consciente de que "si continúan estas malas condiciones no darán los números". "Estamos trabajando a la mitad de nuestra capacidad", lamenta, a la vez que apunta que durante las semanas de cierre ofreció su labor como profesional a "las personas solas que necesitaban ayuda", sobre todo dependientes, pero finalmente no realizó ninguna visita a domicilio porque no se lo demandaron.

Sobre la vuelta de su clientela, Cereijo comenta que "están volviendo sin miedo, pero sí preguntaron previamente por las medidas que se iban a tomar". "Como siempre ofrecemos máxima limpieza y desinfección están acudiendo sin problema. La gente viene tranquila, entienden perfectamente la situación y a pesar de la tardanza están esperando pacientemente su turno en la lista de espera", concluye.