Susana llegó a Correos con 18 años y, desde el primer momento, tuvo claro que quería trabajar en zona rural. Su padre había sido cartero en la localidad de Cedeira (A Coruña) y ella decidió seguir sus pasos porque el rural es "máis auténtico e cercano".
Aproximadamente 1.000 profesionales de Correos ejercen su labor en zonas rurales de Galicia, según datos facilitados por la empresa pública y, precisamente, esta semana el Parlamento de Galicia aprobaba una proposición no de ley en la que insta a reforzar el servicio público postal, "claramente insuficiente en la actualidad, en el próximo plan de prestación" que tendrá que aprobar el Consejo de Ministros, de forma que se "asegure un servicio de calidad para el conjunto de la ciudadanía".
La iniciativa, una propuesta del PP de Galicia, incluía una propuesta para que se "actualicen y mantengan" las oficinas auxiliares y unidades de reparto existentes en las zonas rurales, "claves en la reversión" de la denominada España vaciada.
La empresa pública, por su parte, ha salido al paso de estas declaraciones asegurando que "non se está a pechar ningunha oficina nin centro de distribución" y cifra sus servicios en 166 oficinas postales, 138 unidades de repartición y 160 puntos de atención en el rural.
Ajena a estas cuestiones, Susana continúa desarrollando su labor diaria en San Sadurniño (A Coruña) y recibe a Quincemil en la oficina, situada en O Casal, para explicarnos de primera mano las principales claves de un trabajo que resulta indispensable para sus vecinos.
Siempre en zona rural
Susana cuenta que, a lo largo de su carrera, ha trabajado en otros puntos del país como, por ejemplo, Zaragoza y siempre ha tenido claro que su sitio estaba en el rural. En el año 1992 sacó la plaza pública y recaló en San Sadurniño, municipio adoptivo de esta cedeiresa que afirma que "aquí síntome coma na casa".
Sobre las principales diferencias del trabajo en zona rural y urbana, Susana detalla que en una ciudad haces la ruta sin tener ese trato de proximidad con los vecinos, algo que, para esta cartera, es fundamental.
El sonido de las campanas llamando a muerto, las cifras de la pandemia y otras cuestiones de importancia para los vecinos de la localidad forman parte del día a día de Susana que ejerce una suerte de corresponsalía periodística en San Sadurniño, trasladando la información que va recopilando en su ruta diaria.
"As portas sempre están abertas", determina esta cartera que más que el buzoneo practica una relación de tú a tú con unos vecinos que, en la mayor parte de los casos, "teñen o meu número de teléfono e senón poden pedirllo ao veciño de ao lado".
Cartera todoterreno
Susana explica, en relación al proceso de digitalización que ha ido implementando Correos, que ha ido aprendiendo progresivamente todas las transformaciones que se han producido y su manejo con la PDA a lo largo de la ruta, será la mejor prueba de ello.
No obstante, la experiencia siempre es un grado y esta cartera siempre lleva a mano papel y bolígrafo para poder dar el mejor servicio a los vecinos incluso en aquellos días en los que la tecnología falle. Otro de los cambios más destacados que percibe Susana, en su día a día, es el aumento del peso que ha ido ganando el envío de paquetería procedente de la compra-venta por internet.
A su oficina se acercan, además, personas de otros municipios cercanos como Narón o Ferrol porque San Sadurniño "é máis tranquilo e aquí non hai que facer colas", apunta Susana.
No hay que confundir este trato personalizado y calmado con parsimonia porque Susana no para desde que inicia su jornada laboral hasta que la termina. Con ella hacemos un pequeño fragmento de su ruta diaria que le permite "aforrar en ximnasio", como ella misma señala, porque la velocidad es una de sus señales de identidad.
Para poder prestar la atención debida a todos los vecinos, Susana enfila con rápidez las escaleras del concello para tramitar la correspondencia del día y dispone, así, de algunos segundos para bromear con los vecinos que se encuentran en las dependencias municipales.
"Non a coñezo, no é a nosa carteira", reflexiona con retranca uno de los vecinos de San Sadurniño al percatarse de nuestra presencia. La realidad es que Susana es mucho más que una trabajadora de Correos y especialmente "para todas aquelas persoas que viven soas e o panadeiro, o leiteiro e máis eu son toda a xente coa que poden falar no día", determina esta cartera todoterreno que se muestra dispuesta a ayudar en lo que pueda a los vecinos que le solicitan, por ejemplo, que "lles explique o contido dunha carta que non entenden".
Se chove que chova
Llega el turno de atender a las empresas de la localidad y hacemos con Susana una parada en un a agro-tienda en la que esta cartera rural pone de manifiesto su conocimiento de la localidad. "Correo electrónico?, ¿o de sempre, verdade?", detalla esta profesional mientras teclea de memoria los datos en su PDA y explica, al tiempo, el procedimiento que hay que seguir para cursar un envío.
Terminadas estas diligencias llega la parte de "subir ao monte" para acercarse a las viviendas de los vecinos de la localidad, aunque antes habrá que hacer unas últimas paradas. "Vou parar nesta nave porque esta parella ten unha carta, pero a esta hora non están na casa que traballan os dous e así facemos sempre", determina Susana que conoce perfectamente las rutinas diarias de sus clientes.
Vamos a despedirnos para dejar que continúe su trayecto cuando suena su teléfono móvil: "Finola? Si, si. Sen problema, paso agora por alí", resuelve la cartera ante la voz con la que se comunica al otro lado de la línea telefónica. Susana va a acercarse a una de las asesorías de la localidad para tramitar un envío y allí, una vez más, nos confirman su buen hacer.
Comienza a llover en San Sadurniño y preguntamos a Susana por las inclemencias del mal tiempo y nos responde con seguridad que "non me molesta a choiva", mientras señala, por medio de gestos, que no utiliza la capucha porque "a choiva nin encolle, nin despinta", palabra de cartera.
Una cartera de la familia
Susana explica a Quincemil la relación que mantiene con los vecinos en su trabajo. Con ellos ha vivido de todo, incluidas una pandemia y las incursiones de ‘Rambo gallego’ por la localidad, y esas relaciones se han convertido en algo especial.
"Cando vou ter vacacións, vou avisando para que non lles pille por sorpresa", detalla Susana que rememora con cariño que "nunha ocasión tiven que coller unha baixa e recibín visitas de veciños na casa", además de incontables llamadas para asegurarse de que esta cartera que es como de la familia estuviese en perfectas condiciones para seguir acudiendo a su cita diaria con los vecinos de San Sadurniño.