La parcela de la antigua fábrica de Aceites Bunge de A Barcala (Culleredo), cerrada en 2009 y desaparecida de la faz de la tierra poco después, se encuentra en venta por más de 5 millones de euros en varias webs inmobiliarias. El solar se vendía inicialmente al precio de 6.627.500 euros (exactamente 100 euros por metro cuadrado), pero la oferta se ha rebajado un 20% hasta los 5.302.000.

Se trata de una parcela industrial de 66.275 metros cuadrados situada en un lugar verdaderamente curioso, enclavado entre la vía de ferrocarril que va desde A Coruña a Betanzos (y pasa por O Burgo, Cecebre y más localidades) y rodeada por el último meandro del río Mero antes de su desembocadura en la ría de O Burgo. Se encuentra justo al otro lado de la salida 7 de la autopista AP-9, y a apenas unos metros de los bloques de A Barcala.

Parcela a la venta y zona donde se encuentra

En el anuncio se indica que la parcela es de uso predominantemente industrial, con usos permitidos de comercial, equipamiento, oficinas, garaje y vivienda para guardia. El solar acogió durante décadas la fábrica de Aceites Bunge, nacida en 1967 como Kelsa (como un negocio a medias entre Koipe y Elosúa) y cerrada en 2009 cuando todavía daba empleo a casi 40 personas.

En esos 42 años la fábrica cambió varias veces de nombre y en algunos momentos llegó a contar con 120 trabajadores, siendo entonces una de las principales industrias de la provincia de A Coruña. Cuando se cerró se puso como motivo la "falta de competividad" de la planta, de donde salía buena parte del aceite usado por las conserveras gallegas. Meses después del cierre definitivo de la planta, el solar pasó a estar completamente vacío, pero con un suelo marcado por los edificios desaparecidos.

Proyectos públicos que nunca vieron la luz

En su momento, el Concello de Culleredo valoró diferentes proyectos públicos que nunca han llegado a ver la luz. Entre ellos un apeadero para la cercana vía de tren, un proyecto de estación intermodal o incluso un parque fluvial aprovechando el río Mero. Ninguno de esos proyectos ha llegado a salir adelante y el suelo continúa clasificado como industrial.