Según informan desde el ayuntamiento, la Policía Local de Ferrol interpuso, la pasada semana, medio centenar de denuncias por incumplimiento de la normativa sanitaria en vigor. De ellas, 18 fueron por no usar mascarilla, 15 por reuniones de personas no convivientes, 12 más por consumo de alcohol en la calle y 5 por no respetar la distancia de seguridad mientras se fumaba.

Una de las intervenciones, explican fuentes oficiales, se produjo, el pasado jueves, en un piso de la calle Velázquez en el que se celebraba una fiesta ilegal. Allí se identificó a un total de nueve personas de edades comprendidas entre los 17 y los 18 años.

El ruido, procedente de la vivienda, alertaba a los agentes que realizaban, en ese momento, un control de tráfico. En el instante en que las personas que se encontraban en el interior del domicilio se apercibieron de la presencia de los agentes, apagaron las luces y la música.

Tras intentar, en vano, establecer comunicación con el interior del inmueble, lograron contactar con su propietaria que aseguró encontrarse fuera y se comprometió a dar aviso a su hija para que saliese a atender a los agentes.

Pasada media hora, una joven que se identificó como hija de la propietaria salió acompañada de otra mujer, argumentando que se encontraban solas en la vivienda. Los agentes, que habían visto a más personas a través de la ventana, contactaron, nuevamente, con la madre que, según explican fuentes oficiales, insistió a su hija para que los ocupantes de la vivienda se identificasen en su totalidad.

La propietaria se desplazó a su vivienda y, antes de su llegada, salieron a la puerta dos varones y tres mujeres más, contra los que se interpusieron las correspondientes denuncias por saltarse la prohibición de compartir espacio con personas no convivientes.

Pasadas las cuatro de la madrugada, la propietaria se personó, finalmente, en la vivienda que fue, además, abandonada por todas las personas participantes en la fiesta, portando dos de los ocupantes bebidas alcohólicas.