Centenares de estorninos pintos se desplomaban muertos de manera fulminante sobre el firme del barrio ferrolano de Caranza, el pasado 26 de noviembre. La causa del fallecimiento, detalla la Consellería de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia, se debió a un impacto "de orixe descoñecida" que causó a las aves numerosos politraumatismos que les provocaron hemorragias internas. No obstante, entre los 127 estorninos muertos, se hallaron 6 ejemplares vivos que fueron trasladados al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Oleiros. Dos de ellos han logrado reponerse y se encuentran ya en libertad.

Desde Medio Ambiente han detallado a este diario que los estorninos supervivientes se encontraban "decaídos, incapaces de voar, con traumatismos en ás e patas, e con dificultades para manterse en pé" y tan solo un día después del suceso dos de los seis ejemplares vivos perdían también la vida.

Los ejemplares que permanecían con vida, detallan los expertos, continuaban sin poder volar "debido aos traumatismos sufridos que lles ocasionaron mesmo algunha fractura" y, finalmente, otros dos estorninos terminan falleciendo.

Las aves, exponen desde la Consellería de Medio Ambiente, fueron mantenidas con un tratamiento de alimentación forzada y alineación e inmovilización de las fracturas.

Dos de ellos lograban reponerse del impacto y según ha trasladado Medio Ambiente a Quincemil se encuentran ya en libertad, poniendo fin a este suceso que conmocionó a la ciudad de Ferrol y sobre el que se barajaron múltiples teorías en relación a las causas más plausibles para esta muerte masiva y en el que, finalmente, el choque entre dos bandadas de aves parece ser el desencadenante más verosímil.