A César, al frente de la Administración de Lotería de la calle Galiano de Ferrol, no se le olvidará este 22 de diciembre. Toda una hazaña la de este lotero primerizo que vendió un cuarto premio, tan solo dos meses después de adquirir este negocio. El número 42.833, premiado con 200.000 euros a la serie, ha sido el responsable del revuelo vivido esta mañana en la pequeña administración del ferrrolano.

"Tengo la consignación en casa y no puedo decir cuantos décimos se han vendido del boleto", explica César. "Estoy muy nervioso porque empecé en octubre y todavía no estoy muy rodado", confiesa este lotero que se decidió a ponerse al frente de la Administración tras encadenar múltiples contratos temporales.

El lotero, con formación en Recursos Humanos, decidió apostar por emprender por cuenta propia y, detalla a Quincemil, "aproveché una herencia y pedí una hipoteca para poder adquirir este negocio".

Esta mañana había decidido cerrar con motivo de la huelga del sector, a causa de las bajas comisiones percibidas y entonces recibió un WhatsApp que lo cambiaría todo.

"Me avisaron mis colegas"

A través de un grupo de WhatsApp que tiene con sus amigos, César fue consciente de que se avecinaba una mañana ajetreada y decidió acudir a su Administración, pese a la huelga.

César aguardando a conectar en directo con la TVG. Foto: Quincemil.

Allí, arropado por los curiosos que se acercaron hasta la Administración adyacente al Café Sevilla, César atendió a los medios de comunicación, reiterando su condición de primerizo. "¿Lo he hecho bien? Es que estoy muy nervioso", apuntaba César a los compañeros de la TVG que conectaban en directo desde la calle Galiano.

Curiosos mostrando su apoyo a César. Foto: Quincemil.

Nervios al margen, ha sido esta una mañana que quedará para el recuerdo del ferrolano que se comprometía a revisar en la hoja de cálculo que tiene en casa, el número de décimos premiados vendidos.

"Espero que esto se note en el Sorteo de Reyes", confiesa el responsable de la Administración de Galiano que puede presumir de haber llegado y besado el santo, en su primera Navidad como lotero y que encara el próximo sorteo del Niño con energías renovadas.