Agentes de la Policía Local de Ferrol identificaron en la tarde de ayer al propietario del rottweiler que el pasado martes atacó a dos perros en el barrio de Ultramar y que fallecieron a causa de las heridas producidas.

El día de los hechos, y dado que lo sucedido puede ser constitutivo de un delito contemplado en el artículo 337 del Código Penal, en la modalidad de comisión por omisión, el cuerpo municipal abrió una investigación que los condujo a un edificio de la calle Perú, donde identificaron a dos hombres que estaban en los espacios comunes del inmueble pero que manifestaron no residir en el mismo y justificaron su presencia alegando que estaban realizando trabajos de pintado en una de las viviendas. La información facilitada resultó contradictoria para los agentes, por lo que se les invitó a acudir de forma voluntaria del refugio de animales de Mougá, donde se encuentra el rottweiler, para comprobar la reacción del perro al verlos, algo a lo que accedieron. Una vez allí, no se detectó ninguna reacción concluyente por parte del can que determinase si alguno de los hombres era el dueño.

En la jornada de ayer, la unidad de Medio Ambiente de la Policía Local, prosiguió la investigación que llevó a los agentes a otro piso del mismo edificio. Uno de los dos hombres identificados el martes abrió la puerta junto a su pareja. Ambos presentaban un visible estado de nerviosismo y las contradicciones entre ambos llevaron a la mujer a explicar que el perro era de un familiar que minutos más tarde se presentó en el lugar. El hombre, reconoció los hechos y quiso presentarse de forma voluntaria en las dependencias de la Policía Nacional, hasta donde fue acompañado por los agentes.

La Policía Local recuerda que los propietarios de animales deben atender en todo momento las obligaciones que les marca la ley, especialmente aquellos que estén en posesión de perros potencialmente peligrosos. En este sentido, en base al artículo 337 del Código Penal, afirman que causar la muerte de un animal puede implicar penas de seis a 18 años de prisión e inhabilitación especial de dos a cuatro años para el ejercicio de profesiones que tengan relación con animales.

Asimismo, la Ley sobre el Régimen Jurídico de la Tenencia de Animales Potencialmente Peligrosos tipifica como infracción grave dejar a un perro de estas características suelto, no tenerlo inscrito en el registro o que no porte bozal, y puede implicar sanciones económicas de entre 300 y 2.404 euros. Las multas pueden llegar a los 15.025 en caso de tener un animal potencialmente peligroso sin licencia.

La Ley de Protección y Bienestar de los Animales de Compañía en Galicia considera como muy grave no adoptar las medidas necesarias para evitar que los animales causen daños a la salud público o animal o a la seguridad pública. En este rango las multas oscilan entre los 5.001 y los 30.000 euros.