Cuanto peor lo pasamos, más se vuelca la sociedad
Cómo la responsabilidad social de las empresas contribuye al esfuerzo común en los momentos más duros
Somos realmente solidarios cuando más se necesita. Eso lo hemos podido percibir en las últimas emergencias sanitarias como la del volcán de La Palma. En pocos días logramos ayudar a las familias afectadas con ropa, mantas, juguetes… Y eso ha sido posible por la solidaridad que como sociedad hemos decidido tener con aquellos que en segundos vieron cambiar su vida por completo.
Algo parecido sucedió el año pasado durante las diferentes recogidas de alimentos en plena crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19. Desde las entidades sociales se hacía un llamamiento porque a nuestro alrededor muchas personas tenían dificultades para poder cubrir sus necesidades básicas. Personas que nunca antes se habían visto en una situación así. Lo vimos en las largas colas que se formaban en los comedores sociales.
Una respuesta que no sería posible sin los voluntarios y equipos de tienda que hacen posible llevar a cabo este tipo de campañas y sin duda, gracias a ti, que haces tu aportación a través de productos o donación económica. Esta última, es una nueva modalidad de colaboración que se ha puesto en marcha por petición de FESBAL (Federación Española de Bancos de Alimentos) para la mejor gestión de los productos alimentarios. De este modo, el banco puede canjear las donaciones de los clientes según las necesidades que tienen que atender de las familias. Con este método se consigue evitar el desperdicio alimentario de productos que no tienen salida antes de su fecha de caducidad.
Una vez más queda patente que el desarrollo sostenible une diferentes variables siendo en este caso la acción social y el cuidado del medioambiente. Aportamos a la sociedad colaborando con quienes más lo necesitan y a su vez, promovemos la sostenibilidad al evitar el despilfarro de alimentos y su posterior traslado logístico.
En Vegalsa-Eroski contamos con la responsabilidad social como valor y lo llevamos implícito en nuestro día a día. Sabemos que somos un agente mediador entre las personas en situación de vulnerabilidad y aquellos que con poco pueden cambiarlo todo, y actuamos como altavoz. Así es que además de colaborar con campañas como La Gran Recogida, tenemos nuestra propia recogida de alimentos: el Zampakilos Solidario. Gracias a ellas el año pasado logramos alimentar a 132.798 familias. También contamos con donaciones habituales a entidades locales y hacemos comidas especiales en fechas señaladas como puede ser el día de Reyes.
Además, ponemos en marcha proyectos como el Céntimo Solidario que nos ayudan a acercar diferentes realidades a nuestros clientes como la discapacidad, la salud, la infancia, enfermedades…
Serán las nuevas generaciones las que disfruten de un mundo mejor del que tenemos ahora si todos aportamos nuestro granito de arena para cambiarlo. De este modo también conseguiremos que se involucren y asuman su responsabilidad social propia para aportar su granito de arena también. Estamos en las malas apoyando al de al lado, pero no podemos olvidarnos que en muchos casos podemos evitar esas situaciones vulnerables en nuestro día a día. Por nuestra parte, tenemos claro que “somos o que facemos” y eso lo trasladamos inculcando la responsabilidad social en todo lo que hacemos.