El precio de la energía, las Pymes y la Agenda 2030: los tres puntos clave del cambio climático
La CEO de We Mean Business Coalition reflexiona sobre el reto energético que deben afrontar las pymes para lograr que sus negocios sean sostenibles en el tiempo
La comunidad empresarial ha realizado grandes esfuerzos por recuperarse de la pandemia del COVID-19, a la vez que lidia con la inflación y la interrupción de la cadena de suministro. Ahora uno de los retos más acuciantes es, sin duda, los costes de la energía. Y esto afecta, sobre todo, a más del 95% del tejido empresarial español, conformado por pymes, con menos recursos para hacerle frente.
Con recursos limitados para gestionar el aumento de los costes energéticos, las pymes se encuentran entre los grupos más vulnerables a la hora de afrontar la crisis energética mundial. Las pymes suelen tener una base de clientes local y operan con cadenas de suministro pequeñas, por lo que en momentos de interrupción de servicios, aumento de los costes o cambios en la demanda de los consumidores, tienen menos posibilidad de adaptarse.
A medida que aumentan las presiones de la crisis energética, las pymes pueden sentir la necesidad de priorizar otras cuestiones y relegar la inversión en sus planes de acción climática mientras se centran en las necesidades inmediatas. Sin embargo, esto sólo perpetúa un ciclo de inestabilidad. Adoptar medidas climáticas y cambiar a fuentes de energía limpias ayudará a las pymes a ser más resistentes y a capear crisis sistémicas similares en el futuro.
Es esencial que las empresas de todos los tamaños sigan invirtiendo en soluciones climáticas incluso en medio de la crisis. Sin embargo, no se debe esperar que las pymes hagan esta transición solas. Los gobiernos, las organizaciones climáticas y las empresas que dependen de las pymes para su actividad deben proporcionarles los recursos que necesitan para actuar.
Las emisiones relacionadas con la energía representan el 76% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Para mantener el objetivo de 1,5oC debemos incorporar a las pymes en el recorrido hacia el objetivo cero, empezando por la transición hacia una energía limpia. Para las empresas, la transición hacia la energía limpia y la reducción de las emisiones ofrecen oportunidades para reducir costes, acceder a incentivos financieros, conseguir nuevos clientes y gestionar el riesgo empresarial. Abordar simultáneamente las crisis climática y energética aportará una mayor estabilidad económica, más puestos de trabajo y una mejor salud pública.
Para beneficiar a su negocio tanto a corto como a largo plazo, las pymes deben agilizar tres acciones clave. Por un lado, es necesario establecer objetivos netos para reducir las emisiones a la mitad en 2030 y tomar medidas inmediatas. Para ello, iniciativas como el PYMES Climate Hub reconocida por la campaña Race to Zero de Naciones Unidas, simplifican el proceso para las pequeñas empresas, con herramientas de cálculo de huella de carbono que desglosan las principales fuentes de emisiones, los recursos para reducir las mismas y herramientas que permiten medir el progreso de su reducción anual.
Por otro lado, una vez que las pymes se han fijado un objetivo, la mejor manera de reducir los costes y las emisiones es limitar los residuos en su origen. Desde el control de los residuos de materiales y el uso de materiales reciclables, hasta el apagado de los sistemas de calefacción y refrigeración cuando no se utilizan. Con estos cambios sencillos se obtiene un impacto financiero y climático sustancial.
Por último, limitar la dependencia de los combustibles fósiles. Esto incluye intervenciones menores, como el uso de envases sin plástico, planes de uso de la bicicleta en el trabajo o la subvención del uso del transporte público.
También hay diferentes formas en que las grandes empresas y los gobiernos pueden apoyar a las pymes a afrontar este reto energético como, por ejemplo, ayudando a facilitar el acceso a energía renovable a gran escala. Si una empresa puede acceder a energías renovables para alimentar sus propias operaciones, pero las empresas de su cadena de suministro y las fábricas siguen dependiendo de los combustibles fósiles, los objetivos climáticos tanto corporativos como nacionales quedarán fuera de su alcance. En Europa ya hay empresas como IKEA, por ejemplo, que ofrece a sus proveedores, pymes, apoyo para que adopten soluciones de energías
renovables.
La coalición We Mean Business Coalition publicó recientemente un estudio sobre las oportunidades económicas que ofrecía la eliminación de los combustibles fósiles y establecer una política que acelere la transición hacia una energía más limpia. El estudio concluye que adoptar políticas hacia fuentes de energía más limpias puede suponer un ahorro de 2.000 dólares al año para una familia de cuatro miembros. Dado que las pequeñas empresas suelen tener tarifas similares a las de los hogares, estas políticas supondrán sin duda un ahorro para las pymes.
En definitiva, tanto las pymes, como las grandes empresas y los gobiernos, deben trabajar en una rápida transición a un sistema energético limpio, diversificado y fiable, ya que es la forma más rentable de construir comunidades más estables, reducir la volatilidad de los precios de la energía y reducir las emisiones. Dado que las empresas se enfrentarán a una mayor incertidumbre en los meses y años venideros, es imperativo dar prioridad a medidas que promuevan esto y hacer que las empresas de todos los tamaños se sumen a un futuro de cero emisiones.
Aunque ya hay pymes que lideran esta transición, es importante que muchas más se sumen y que las grandes empresas y gobiernos lo apoyen, ya que corremos el riesgo de no alcanzar los objetivos climáticos globales y de continuar con un ciclo de volatilidad energética y climática que afecte a todas nuestras comunidades. Juntos, debemos defender que las pymes de todo el mundo dispongan de los recursos que necesitan para que sus negocios tengan éxito y sean sostenibles en el tiempo.