Lo primero que debemos tener en cuenta son los aspectos que afectan al precio. Tanto en el caso del alquiler como de la hipoteca, a parte de la ley de oferta y demanda, uno de los principales rasgos que le influye es la reciente subida de tipos de interés acometida por el Banco Central Europeo (BCE). El objetivo único de este incremento es paliar los efectos de la gran inflación que está asolando a toda Europa.
La subida de estos tipos que se ha acometido ha sido de un 1,25% en total (0,5% en julio y 0,75% en septiembre, récord de la entidad). Esto implica que las hipotecas de tipo variable verán incrementado su pago en unos 2.500€ al año. El Euríbor, parámetro de referencia para los precios de los bienes inmuebles, se sitúa ahora mismo cerca del 2,5%, un dato que hace años que no veíamos.
Teniendo esto en cuenta, los precios por comprar una casa con hipoteca se van a multiplicar en los próximos meses, puede que incluso años, al igual que lo harán también los del alquiler, ya que, si la persona que alquila la casa está pagando una hipoteca, también tendrá que hacer frente a más gastos. El factor diferencial aquí también es la duración ya que, pese a que ambas operaciones van a subir de precio y serán caras, una hipoteca es un pago mucho más extendido en el tiempo que un alquiler.
Solo con un puesto de trabajo fijo y con vistas a mantenerlo a través de muchos años, se puede acometer la compra de un inmueble
Para poder hacer frente a esta nueva situación, desde AEPF aconsejamos no destinar más de un 30-35% de nuestro sueldo a pagar el hogar en el que vivimos, ya sea hipoteca o alquiler. En España, la inversión más fuerte a la que se va a enfrentar una persona durante su vida es la compra de una vivienda, por lo que es una decisión primordial que hay que tomar con cautela y con serenidad. Solo si tenemos un puesto de trabajo fijo y con vistas a mantenerlo es recomendable plantearse acometer la compra de un inmueble. En una situación de contrato temporal o sin tener muy seguro la estancia en la empresa correspondiente en los próximos años, es una operación de muy alto riesgo que nos va a endeudar muchos años y que debe hacernos buscar en el alquiler una solución de vivienda.
Si en tu caso aún no tienes estabilidad financiera, ni un colchón para poder afrontar la entrada de la vivienda y los primeros pagos, lo ideal es que vivas de alquiler hasta que te puedas permitir dicha inversión. Pese a que también suban los precios, siempre será más barato que pagar la hipoteca del mismo inmueble.
Como opinión final, está claro que una vivienda en propiedad da una libertad financiera y una seguridad (al término de pagarla) que no da el vivir de alquiler (nunca llegas a poseer el inmueble en propiedad). Pero para ello hay que estudiar muy bien nuestra situación y todas las posibilidades, ya que no solo es la hipoteca mensual (teniendo en cuenta las condiciones de intereses y mensualidades), sino también la entrada, la duración, etc. Como siempre, recomiendo que esta planificación la hagan junto a un educador financiero que les aconseje durante todo el camino que supone afrontar una compra de esta envergadura.