La investigación marina y el vertido del Prestige
El investigador del Instituto Español de Oceanografía (IEO CSIC) de A Coruña reflexiona sobre los estudios llevados a cabo tras el vertido de fuel que tiñó de negro la costa gallega
El 13 de noviembre de 2002, el petrolero Prestige naufragó en una tormenta mientras navegaba cargado con 77.000 toneladas de fuel pesado frente a la Costa da Morte, en Galicia. Tras varios intentos infructuosos de alejamiento del buque de la costa gallega, se acabó hundiendo a unos 250 km de la misma. El vertido de fuel pesado causó un gran impacto medioambiental, tanto por la cantidad hidrocarburo liberado como por la extensión del área afectada, desde el norte de Portugal hasta la costa Francesa. Gran cantidad del fuel pesado impactó contra la costa, afectando a cientos de km de costa y otro parte del fuel se hundió y formó agregados densos y viscosos en los fondos de la plataforma continental gallega.
El vertido supuso un hito en el número de colaboraciones y sinergias entre los distintos equipos de investigación de varias universidades e instituciones de investigación españolas. En nuestro caso, los investigadores del Instituto Español de Oceanografía (IEO), hoy Centro Nacional del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), trabajamos estrechamente con equipos de investigación de varios centros costeros del IEO, así como con distintos institutos de investigación marina del CSIC e universidades. Colaboramos estrechamente equipos científicos de geología y cartografía, de hidrología, de pesquerías pelágicas y demersales, de crecimiento y potencial reproductivo, de ecología trófica y bentónica, así como muchos otros equipos cuya enumeración haría demasiado larga la lista.
Respecto al tipo de estudios que se realizaron tras el accidente cabe destacar los siguientes: la distribución del fuel sedimentado y sus derivados sobre el fondo, su impacto sobre la estructura de las comunidades de fondo, las variaciones espacio-temporales en la distribución y abundancia de las principales especies de interés comercial, la ecología trófica de las especies más importantes, la evaluación del impacto del vertido de fuel sobre el crecimiento y el potencial reproductivo y el seguimiento de los impactos directos e indirectos sobre las principales pesquerías.
En cuanto a los resultados obtenidos de estos años de investigación fueron menos alarmantes de lo que preveíamos: se encontraron bajas densidades de agregaciones de fuel pesado sobre el fondo marino y las mayores concentraciones se dieron en la plataforma continental frente a la Costa da Morte (>300 kg•km -2 en Enero de 2003), detectándose fuel hasta la región oriental del Mar Cantábrico. Se observó una disminución progresiva de las concentraciones medias de fuel en la plataforma gallega, desde un máximo de 57.9 kg•km -2 en Enero de 2003 hasta 1.43 kg•km -2 en Septiembre de 2004, siendo indetectable con los equipos de muestreo utilizados a partir de esta fecha. Las comunidades de peces e invertebrados de fondo no se vieron afectadas aunque se registró un descenso en algunos grupos en 2003 seguido de un aumento importante de su abundancia en años posteriores. Tampoco se detectó ninguna anomalía reseñable en las principales especies comerciales de peces e invertebrados y, además, las medidas de gestión adoptadas tras el vertido no tuvieron impactos sobre las tasas instantáneas de explotación.
En definitiva, se investigó mucho y bien, pero los resultados no fueron tan dramáticos como se esperaba debido a la baja biodisponibilidad de los agregados de fuel pesado en el ecosistema. Esta es, probablemente, la explicación más plausible de estos resultados. Pese a estos magros resultados, se profundizó y progresó significativamente en este tipo de estudios de impacto. Además se abrieron nuevas líneas de investigación y se potenciaron otras que ya existían con nuevos recursos humanos y con material más moderno y sofisticado.
Posiblemente volveremos a sufrir en el futuro algún vertido accidental de hidrocarburos, ya que seguimos dependiendo de los combustibles fósiles, y su transporte por vía marítima sigue siendo la más utilizada. Pero para entonces, aunque todos deseamos que sea lo más tarde posible, la comunidad científica estará más preparada que veinte años atrás, cuándo tuvo lugar el vertido accidental del Prestige.