El positivismo tóxico no me deja estar triste
La psicóloga y fundadora de Marea Psicología reflexiona sobre cómo la presión por estar siempre bien nos puede hacer estar peor, y explica qué es el Malestar Limpio y el Malestar Sucio
Hoy en día la psicología está por todas partes, especialmente en redes sociales. Dudo que puedas abrir Instagram o TikTok y no ver contenido relacionado con salud mental o autocuidado, bien sea tu página principal, tu explora, o en las historias que comparte la gente a la que sigues. Que todo el mundo tenga acceso a contenido psicoeducativo me parece maravilloso, pero siempre que sea impartido por alguien formado y con unas bases fundamentadas en la evidencia. Pero como no todo puede ser positivo, en relación con este BOOM de la psicología surge un pequeño problema…
En la última década se ha puesto muy de moda el enfoque del positivismo tóxico, que se puede apreciar en forma de mensajes del estilo de:
¡Simplemente sé feliz!
¡Tú puedes con todo!
¡Si puedes soñarlo puedes lograrlo!
¡Hasta en el peor día hay algo bueno!
Ya sea en forma de producto con diseño cuqui, como tazas, libretas, agendas, camisetas etc. O en una conversación con alguien donde tú expresas cómo estás y la otra persona invalida tus emociones con frases como: todo pasa por algo, piensa que hay gente que está peor que tú, no hace falta llorar por eso, alegra esa cara que me da pena verte así, entre otras. El mensaje es el mismo:
Está mal que estés mal, deberías estar bien.
¿Y cual es el problema? Pues que la gente empieza a sufrir el doble, me explico:
En primer lugar ya estabas pasando un momento difícil porque algo en tu vida te genera malestar (ya sea un duelo, un alto nivel de estrés laboral, una ruptura sentimental, la enfermedad de un ser querido, o un cúmulo de cosas), esto se conoce como Malestar Limpio, y es completamente normal.
Después de que alguien o algo invalide tus emociones (ya sea tu pareja, tu familia, tu entorno laboral, o la oleada de frases invalidantes de positivismo tóxico que vemos en productos), empiezas a estar mal por estar mal, a sentirte culpable por no estar bien, a esforzarte en ocultar en tu día a día cómo estás realmente, y en lugar de pasar por una etapa difícil acompañada, lo pasas tú sola. Esto es lo que se llama Malestar Sucio, y es totalmente innecesario.
Te recomiendo revisar tu día a día en busca de Malestar Sucio, el Malestar Limpio no lo puedes evitar, pero quitando el sucio podrás limitarlo sólo a los motivos que realmente merecen la pena.
Quiero por último destacar que vivir siempre feliz no es el objetivo, en mi opinión, sería muy frustrante vivir un día a día donde sólo pudiera tener emociones que se etiquetan como “buenas” o “positivas”. Quiero poder estar triste si alguien que quiero sufre, quiero poder cabrearme si veo algo que es injusto, quiero sentir miedo que me alerte de si estoy en una situación peligrosa, y quiero sentirme culpable si he hecho algo mal y poder enmendarlo. En resumen, la vida sería mediocre si sólo viéramos el lado positivo de las cosas.