Una ciudad apagada y sin vida
La IA ha determinando el final de nuestras ciudades, pero ¿qué pasaría si hubiera un fin del comercio local?
La IA este último trimestre se ha puesto las pilas (o nos las ha puesto…) determinando el final de nuestras ciudades, pero ¿qué pasaría si hubiera un fin del comercio local?
No lo hemos consultado con la IA, pero creemos que se vería como “Alguien ha robado la Navidad”
Sin comerciantes, sin luces de navidad… ¿quién va a querer pasear por el centro? Ni siquiera bajar a tomar algo…
Alguien ha robado la navidad, y la realidad es que podemos ser nosotros mismos.
Y para que la IA no pronostique tan terrible final en nuestra ciudad, ¡aquí venimos a intentar seguir viendo la ciudad llena de luces, vida y espíritu navideño!
No os vamos a hablar del espíritu navideño de nuestros comerciantes: de un feliz navidad, felices fiestas, feliz año… o de su esmero por poner los escaparates cada año mejores e insuperables. Tampoco de que las calles se vistan de gala por ellos… Pero sí podemos hablar de otros aspectos un poco más objetivos y para todos los públicos, hasta quienes se identifican con “El Grinch”:
Una compra más acertada:
Sabemos que no somos las únicas a quienes les toca regalar y se les viene una idea clara… “A mi padre le encanta el vino…” Pero le gusta a tu padre, no a ti ¿verdad? (bueno, si tienes tanto paladar como él…). Visualízate en una gran superficie… y ahora en una pequeña tienda de tu ciudad. ¿A que todo tiene mucho más sentido? El asesoramiento y consejo que recibirás hará que tengas un 100% de probabilidades de que tu regalo se convierta UN REGALAZO y en todo un acierto.
En el comercio local, olvídate de “lo repe”:
Desde amigos invisibles hasta esos modelitos para fechas señaladas (incluídas cenas de empresa). Visitar las tiendas que tenemos en nuestra ciudad, ayuda a que podamos asegurarnos de que no habrá regalo “repe” o modelito igual (o, al menos, habrá menos posibilidades). Desde una taza de cerámica única, a ese vestido de fondo de armario precioso que se sale de las compras anuales para estas fechas.
Regalos mucho más originales:
Comprar algún detalle está bien: a veces necesitamos ciertos productos. Pero otras también necesitamos ciertos servicios y experiencias. ¿A quién no le gustaría un poco de autocuidado por Navidad? Desde una manicura, a unmasaje relajante; Un día de spa o una cena para dos con un buen vino (¡siempre local, claro!)
Compras más ecológicas:
Desde el hecho de que comprar en el centro es mucho más accesible que desplazarse a zonas más lejos de la ciudad hasta los productos que podemos encontrar allí. Piensa en la procedencia del producto en origen, y qué pasa cuando compramos en tiendas fuera de nuestros negocios locales (o en algunas tiendas por internet). La huella de carbono solo de transporte: tanto tuyo como de los productos que vas a comprar. Eso sin tener en cuenta que también podemos pasar a por ese regalo “de paso que vamos a”… ¡Si es que también ahorramos tiempo!
Y también más sostenibles:
Podemos hablar de la sostenibilidad ambiental, como hemos nombrado, pero también de la sostenibilidad económica y social: Nuestros vecinos, amigos, familia… forman parte muchas veces de estos negocios, cuyas ganancias revierten directamente en sus familias, empresas locales de alrededor y en nuestra propia ciudad.
Tus cenas y comidas navideñas: inolvidables.
Puede que cocinemos cada vez menos (una pena perder algunas tradiciones…) pero si lo sigues haciendo: la compra en los mercados y en tiendas de barrio de alimentación no puede faltar. Porque la calidad es incomparablemente superior, además de que en este caso la atención puede hacer mucho: montar un menú y calcular para las personas necesarias puede ser un quebradero de cabeza para muchos. Y nuestros negocios locales, te ofrecen ese servicio extra gratis 😉
Y sabemos que muchos diréis “ya, pero el precio…”
Pues bien… os animamos a comparar precios: pero no en las grandes tiendas de siempre, sino precios de vuestros sitios habituales comparados con esos pequeños negocios que cada vez están más abandonados. La diferencia de precio muchas veces no existe, ¡pero sí el resto de los beneficios!
Nos aseguramos un buen regalo (que no lo va a repetir nadie) y un estilo inigualable. Además, seguimos apoyando a nuestros vecinos, a esos negocios que levantan su verja cada mañana, sin importar el tiempo y el día. No podemos dejar que nos roben ¡que les robemos! la navidad… ¡Por unas navidades con un espíritu más local!