La modificación de la ordenanza de movilidad de Santiago ha sido de lo más controvertida: pese a que partió de una moción presentada a instancias de la Asociación Cívica Composcleta para favorecer el uso de la bicicleta, los usuarios denuncian que, lejos de mejorar su situación, la empeora.

Ante su debate en el pleno ordinario de este miércoles 30 de junio, la asociación volverá a movilizarse para denunciar que esta ordenanza de circulación y uso de la vía pública es "una política deliberadamente antibicis".

Así, Composcleta ha convocado una concentración este martes a las 20.30 en la Praza do Obradoiro, ante el Pazo de Raxoi, donde se realizará una sentada y se leerá un manifiesto contra la aprobación de esta iniciativa.

Demandas

El cartel de la movilización convocada por Composcleta.

"Queremos que la movilidad y la bicicleta estén en la primera línea de la agenda política en Santiago y que la ciudad deje de ser un caos circulatorio de tráfico de automóviles", explican desde la asociación.

En este sentido, la voluntad de Composcleta es que todo aquel que quiera "pueda desplazarse por la ciudad en bicicleta sin miedo a los coches", lo que debe ir acompañado de "políticas del siglo XXI", enmarcadas en un contexto de "emergencia climática y crisis energética y de recursos naturales".

La reivindicación principal, más allá de la reclamación de "respuestas a la necesidad inminente de alternativas de movilidad", para por pedir a los distintos partidos con representación en Raxoi un "no" a la modificación de la ordenanza.

El pleno municipal había aprobado en su momento una moción presentada por el BNG a instancias de Composcleta para demandar que la ordenanza de circulación fomentase el uso de la bicicleta. Salió adelante con el voto favorable de los nacionalistas, el PP y Compostela Aberta.

"El Gobierno local hizo deliberadamente lo contrario, sin diálogo social y sin conocimiento en la materia: el concejal de Mobilidade, Gonzalo Muiños, muy vinculado al sector del automóvil, propone una política sancionadora sin una sola medida que favorezca el uso de la bicicleta", sentencia la asociación.

La anterior manifestación contra la ordenanza de movilidad (Xaime Cortizo).

Composcleta ya había protagonizado otra gran movilización el pasado 17 de abril, cuando unos 200 ciclousuarios recorrieron las calles de la ciudad en el marco de una campaña en la que también se recogieron más de 1.000 firmas contra este cambio de normativa.

A esta movilización atribuyen el hecho de que se modificase el borrador inicial de la ordenanza para pasar de prohibir la entrada de bicicletas en el Casco Histórico a establecer unas zonas aptas para su circulación, nunca por encima de 10 kilómetros por hora.

Diálogo

En paralelo a esta movilización, la asociación ha denunciado que el diálogo con el Gobierno local ha sido "imposible", toda vez que no habían recibido respuesta a sus demandas de una reunión para abordar esta cuestión.

"Finalmente obtuvimos una respuesta y nos convocaron para una reunión este lunes de forma precipitada, a 48 horas de la votación, para decirnos que la sociedad civil tiene su momento para participar después de la posible aprobación en pleno", lamenta Composcleta.

Así, su propuesta pasa por "volver al diálogo social" y sentar en una mesa "a todos los agentes sociales implicados" para diseñar "un plan estratégico para una nueva movilidad en Santiago."