La Librería Galí abrió sus puertas en el número 66 de la compostelana Rúa do Vilar en 1876 y permaneció abierta hasta 130 años después, en 2006. Antes de su cierre, la librería que en 1915 publicó la primera edición de "La Casa de la Troya" llegó a ser la más antigua de España.

La estampa del local a día de hoy es bien distinta: desde principios del mes de julio las dos vitrinas de exposición situados a ambos lados de su escaparate están totalmente cubiertas por dos enormes carteles de Tabacos.

La aparición de estos carteles sobre un edificio histórico que, además, está protegido por el Plan Especial da Cidade Histórica, ha despertado una gran polémica en redes sociales.

"Estes días, as históricas vitrinas da desaparecida libraría Galí teñen este aspecto; fundada en 1876, pechou en 2006, pero as vitrinas resistiron", ha relatado el editor Henrique Alvarellos en su cuenta de Twitter, donde ha denunciado que "dende este mes de xullo, as vitrinas están así na que foi rúa das libraría".

El revuelo fue tal que la propia concejala del Casco Histórico, Mercedes Rosón, manifestó que "hai xente que tira para adiante con présa sen solicitar os permisos correspondentes", montando "esta rotulación prohibida, totalmente inapropiada para calquera cidade e menos para Compostela, Cidade Patrimonio da Humanidade".

"Pois non lle queda nada a tabacos", sentenció la teniente de alcalde, quien también tiene competencias en las áreas de Urbanismo, Vivienda, Acción Cultural e Igualdad.

Respuesta municipal

El exterior del establecimiento en la Rúa do Vilar 66.

Todo apunta a que los carteles sobre las vitrinas de la antigua Librería Galí tienen los días contados: el Concello de Santiago le va a abrir un expediente al establecimiento por no haber solicitado la licencia pertinente.

Así, tal y como han detallado a Quincemil desde el Concello, la colocación de este tipo de cartelería tendría que haber pasado por la Comisión Asesora de Patrimonio Histórico, toda vez que la zona en la que se encuentra el local está incluida en el Plan Especial da Cidade Histórica.

Una vez solicitado el permiso por parte del establecimiento, la comisión tendría que decidir si informar favorablemente sobre la pertinencia de la colocación de la rotulación, así como sobre las condiciones en que se podría producir.

"En este caso, esa licencia no la pidieron, por lo que está previsto abrirle un expediente", han precisado esas mismas fuentes.