#CoruñaSecreta: Manga made in Coruña en CreArte
¿Te gusta el manga? ¿Te atreves a dibujarlo? En la escuela CreArte enseñan las nociones básicas para que aprendas y sueltes tu melena japonesa. ¿Te animas a probar?
3 mayo, 2019 08:00Cuando Tamara Sánchez incluyó el manga dentro de las disciplinas que enseña en sus clases de arte, nunca pensó que tendría tanta aceptación en una ciudad como A Coruña. Lo que empezó como un gancho para que sus alumnos entraran en el mundo del arte mediante algo que les gustara de antemano -mejor un anime que un bodegón-, se convirtió en un camino que alguno de sus alumnos se toman tan en serio que hasta se apuntan a la Escuela de Idiomas para aprender japonés.
“Cuando era niña me gustaba mucho el anime (los dibujos animados japoneses) y dibujaba manga (el dibujo en papel, en series y comics), me atraía este tipo de dibujo. Crecí con ello”, nos cuenta Tamara en su escuela, CreArte, un espacio diáfano, plagado de trabajos variopintos de sus variopintos alumnos y de luz, mucha luz. “Cuando monté la escuela quería incorporar clases diferentes y pensé: ¿qué tipo de cosas puedo usar para que niños y adolescentes puedan desarrollar su creatividad y las técnicas con algo que les motiva? Y me acordé del manga. Me dije, igual es una buena manera”.
Esta forma de afrontar el proceso de aprendizaje forma parte del ADN de esta mujer, natural de Paiosaco, que pasó por el Bachillerato Artístico de Adormideras, la escuela de Bellas Artes en Pontevedra, y un doctorado en Realidad Asediada, Posicionamientos Creativos en Barcelona. En su viaje por el conocimiento de su materia, el arte, descubrió que una vez superada la técnica -que hacer falta hace-, le interesaba cómo cada persona podía llegar a conectar con su propio interior, encontrando y dejando fluir la creatividad personal y empleando elementos artísticos en el proceso. En resumen, esta coruñesa entiende el arte como una forma de autoconocimiento, con mucha libertad y dejando que el alumno se exprese y vaya encontrando su propio camino. Una forma de vivr la enseñanza que no casó demasiado bien con su experiencia como profesora de Bachillerato en Barcelona – “la enseñanza reglada es muy rígida, no es lo mío”- y que la llevó a volver a casa y lanzarse a crear su propio espacio, con sus propias normas.
De Coruña a Japón
Es por eso que Tamara ofrece en su escuela clases particulares pero impartidas en grupo y, cuando te apuntas, no lo haces para aprender un tipo de técnica en concreto. Cada alumno podrá tantear y experimentar las formas que quiera de expresarse, ya sea manga, modelaje o expresionismo francés. Ella le acompañará en el proceso. “Hay niños que empezaron con manga y luego se fueron hacia el realismo… Es un gancho para desarrollar tanto la creatividad como habilidad técnica”.
Ahora bien, no todos son esquiroles del manga: el anzuelo oriental lanzado por Tamara ha creado pequeños grandes monstruos. Como una alumna vietnamita, que pese a su relativamente corta edad que tiene clarísimo que quiere ser mangaka (aquellos profesionales que dibujan o hacen historias manga). “Quiere irse a Japón. Y le ves talento, un potencial”. O ese otro chaval brasileño, que desarrolló su pasión durante unos cuatro años en CreArte también con la vista puesta a viajar al país dónde se consume manga a todas las edades y como si fueran rosquillas.
En Occidente, la pasión por el manga está más centrada en la infancia, adolescencia y juventud. “Tiene bastante afluencia, sobre todo en niños y adolescentes, aunque también he tenido algún adulto en clase”, nos dice la profesora, que más o menos calcula un tope -al menos en su histórico de alumnos- de unos 30 años.
Haz tu propia historia… o disfraz
En sus clases de manga, término acuñado por el dibujante japonés Hokusai que literalmente significa dibujo informal, Tamara dejará tu imaginación volar libre. Podrás reproducir tus personajes favoritos o inventarte los tuyos propios, a los que podrás además dotar de historia y hacerte tu propio manga. En su país de origen, este tipo de comics se publican en su mayoría en blanco y negro y en revistas o papel de una calidad no excesiva.
En CreÁrte se trata de aprender lo básico y dejarse llevar. Si tienes alma de anime y te tiras al color, podrás aprender a usar los rotuladores tipo Kopic, que se van aplicando por capas y dejan un acabado casi digital. Aunque si tu manga fluye al lienzo o a las acualeras, ¡bienvenido sea!. Eso si, irás aprendiendo sus peculiaridades, como las medidas específicas y proporciones, como es el caso de los ojos.
“No todos los manga tienen ojos grandes, hay muchos como hay muchos tipos de manga diferente”, nos relata Tamara, mientras echamos un vistazo a un libro sobre cómo dibujar ninjas y samurais. De hecho, contando rápido y sin entrar en subgéneros, sus alumnos pueden dibujar shonnen (manga para niños, con pruebas y aventuras, por ejemplo Son Goku), shojo (más para chicas, con historias más románticas, véase Candy Candy), kodomu (más infantil, con animalitos tipo Sin Chan, Doraemon o la maravillosa Arale), o incluso algo de seinen, que es un manga más enfocado a adultos con tramas y dibujos más realistas o dramáticos.
“Descubrí todo un mundo yo también. No sabía que había tanta afición en Coruña”, nos confiesa. Por estos lares también se hace cosplay (disfrazarse de sus personajes de manga y/o anime favoritos, que en ocasiones han llegado a diseñar en clase), se va a ferias y también a convenciones. No en vano Coruña acoge este mes la ExpOtaku, una feria de anime, cosplay y gaming que se celebra del 24 al 26 de mayo.
Y tu, ¿te atreves a probar?
Foto Manga 09 (no se si sus medidas son válidas) – Un manga made in Coruña