Así fueron los fuegos artificiales de la Batalla Naval de A Coruña

• Artículo elaborado por Brais Capelán y Loreto Peteiro

"¿Se verán los fuegos?", era la pregunta que muchos coruñeses se hacían a lo largo de la tarde de ayer. La lluvia y la niebla hicieron temer con una Batalla Naval a medio gas, en la que no se pudiese apreciar con nitidez todo el repertorio de luz y color de la pirotecnia. No fue así.

Ni llovió ni había una pizca de niebla. Y A Coruña respondió. Miles de personas se desplazaron a los arenales de Riazor y el Orzán y colapsaron el Paseo Marítimo. Hubo algún que otro momento de tensión, como cuando los conductores que tenían sus vehículos en la explanada del Palacio de los Deportes se quedaron atrapados por el corte de la vía. El Paseo estuvo cortado desde las Esclavas.

La Batalla Naval comenzó a las 23.00 horas y solo hicieron falta 20 minutos para conseguir que el sanguinario Francis Drake ordenase a las tropas británicas retroceder ante la bravura de la defensa coruñesa, comandada por María Pita. Los fuegos acuáticos fueron unos de los que más gustaron, tal y como se pudo escuchar a muchos de los presentes.

¿Y las figuras detalladas en el programa previo de los fuegos? ¿Y Doraemon? Al final, no se llegaron a distinguir, salvo alguna con forma de flor. Eso sí, las diferentes explosiones fueron de lo más colorido, con una amplia gama de tonos.

La traca final fue espectacular. Cuentan varias personas que la vibración del suelo se sintió hasta en Matogrande. Más cerca, por la avenida Finisterre, temblaban los cristales de las ventanas. En la playa y el Paseo, la intensidad de esta última remesa de fuegos hizo que, cuando el espectáculo llegó a su fin, la Batalla Naval se cerrase con un gran y fuerte aplauso de los presentes. La gente quedó satisfecha y se desplazó sin incidencias hacia sus casas o a disfrutar de la noche previa al puente del 15 de agosto. Las fiestas de María Pita han llegado a su ecuador.

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