María Pita atacando a un soldado inglés.

María Pita atacando a un soldado inglés. Patrimonio de A Coruña

Vivir

#Koruñoadolor La verdadera historia de María Pita, a pitonazos con los ingleses

Koruño a dolor recuerda como vivió en 1589 la bulla entre María Pita y Drake

15 agosto, 2019 13:48

Buenas, chorvitos y chorvitas, pavos y pavas, notas y jas. Tengo que contaros una movida. Resulta que ayer fui a ver los fuegos artificiales de la Batalla Naval y la peña estaba allí haciéndose la espabi y contando una película sobre María Pita y la bulla que tuvo con un pirata inglés. Nel del panel, neno! No fue así la movida y os lo digo yo, porque estaba allí.

Me acuerdo perfect, fue en 1589, a principios de mayo, hacia solete y latamos a clase, estábamos fumando unos petas en Salesianos y burlando unas pachangas a rey de pista (2 goles – 10 minutos). Entonces, apareció Cuco y nos dijo:


– ¿Oisteis, chorvos? Me acaban de avisar que la María y el Gregorio tienen movida en la Ciudad Vieja con unos ingleses muy chungos.


– Pero mamoneo de ful o movida chunga? – Dijo el Chunay.


– Movidón del 15 me dijeron, neno – dijo el Cuco.


– Vamos entonces, neno. ¿Cómo no? – Dijo el Pumuky, que le tocaba quedarse de portero y prefería ir a meterles a los ingleses.

Así que en un plis, recogimos las movidas y tiramos pallí a gambas. Algunos llevaron las runners y la Derby Variant del Chispi para la Maestranza y quedamos de juntarnos cerca del Hospital Militar.

La María y el Gregorio eran colegas nuestros de siempre, se habían casao hacia un par de tacos o así y habíamos liado una gordísima en el Playa Club, después pribamos unos jarrillos en el Cheva, en Santa Cristina, y acabamos en el karaoke. Unas risas muy guapas con la de Como una ola y las del Nino Bravo. Al Polli tuvimos que meterlo en un taxi y darle 10 pavos y la dirección al taxista, que era de mi barrio, para que lo llevara pal kel. ¡¡¡Tremendo colocón llevaba el chorvo!!!

Cuando llegamos a la Ciudad Vieja, ya vimos que el Cuco tenía razón, era una movida de las gansas, poca broma, neno… ¡Movidón guapo! Así que cogimos los pitones, los cascos y las maripas y nos fuimos pa los ingleses. Antes de llegar a donde estaba María nos bajamos a unos cuantos a cascazos y pitonazos, creo que un par de ellos también llevaron una mojada en el bul, los chorvos no sabían ni por dónde les caían. Eran muchísimos pero la María no se abucharaba fácil y les estaba dando un tundón curioso. Cuando llegamos hasta ella nos contó que querían quedarse con el barrio porque decían que eran piratas y que ese era su rollo, saquear ciudades por las bravas y jumear a los que intentaban pararlos. Pero esta vez estaban equivocados, neno. No sabían bien con quién se la estaban jugando.

De repente uno de los ingleses le dijo a María:

-I am Drake, the Pirate. I will kill you!


– ¿Cómo pirate? ¡Pírate tú, neno, que este es mi barrio! Además, ¿a quien vas kilar tú? ¿A mí? Estás flipao, vas pillar la de tu vida, mongol. Si estás más blanco que la lista de títulos del Celta, neno. ¿Dónde vas con esa golfería? ¡Te voy reventar! – le dijo María.

En cero coma se remangó la camisa y le metió un viaje al Drake que le saltaron dos empastes y una endodoncia, armó la basta otra vez y del segundo recao que le mandó casi le parte la tocha. Así que el chorvo se tuvo que guillar porque si no María iba a cumplir su promesa y lo iba a reventar. En una de esas se giró y nos dijo:

– Quen teña honra que me siga!

– Que dijiste? – le preguntó el Valdano.

Valdano era de Buenos Aires y acaba de llegar de Madrid, no puchaba ni papa de gallego, pero en castellano… ¡¡¡Rayaba a dolor!!! Pesaría 50 kilos como mucho, eso sí, cuando había movida, se curtía con cualquiera como el que más aunque eran más peligrosas las chapas que te daba cuando te cogía por banda que un trucazo con uno de sus brazos de desnutrido.

– ¡¡¡Que les vamos a reventar la cabeza a estos julays, Valdano!!! – le gritó María

– Mucho, Mary – le dijo el Valdano y le reventó la boca con el pitón a un inglés gordo que tenía al lado y que no sabía muy bien de dónde cojones había salido el camión que acababa de atropellarlo.

Pero, en una de estas, en medio de la bulla uno de los jefes de los ingleses le dió una mojada a Gregorio y lo mató. Abur, neno. ¡Se lió la Mundial! La María vio a Gregorio, se le cruzó el cable y trincó una bandera de los Blues que había por allí y atravesó a un notas con ella. Estaba fuera de sí, empezó a repartir y los ingleses no sabían donde meterse, los estaba poniendo tibios ella sola. Un casco en una mano y un pitón en la otra parecía una tombola de las fiestas dando premios a dolor y los ingleses tenían todos los boletos premiados…

"Y otro pitonazo en el palmo,
y otra cabeza abierta,
ahora te reviento un brazo,
después te parto una pierna"

No tocaba la chochona, ni el perrito piloto, pero la María repartía vacaciones en la UCI del Chuac en régimen de todo incluido y analgésicos pagados para una semana a dos manos entre los agraciados hijos de la Gran Bretaña. ¡¡¡Vaya escabechina, neno!!!

El pavo al que acababa de atravesar con la bandera de los Blues era el plas de Drake. Al ver que la cosa se ponía fea, el pirata y su banda, en cuanto vieron el percal, se abuchararon y se chindaron al agua para llegar a los barcos. No daban hecho a darle al remo para escapar, no se vieran en una así en la puta vida. La mitad ya se dieron de baja de la seguridad social como piratas, no quisieron saber nada más y acabaron montando negocios de souvenirs, un cyber, dos cafeterías, una tienda de ropa de niños… Y de conquistar Coruña, olvídate, no volvieron a pisarla ni en vacaciones, por miedo a encontrarse con María Pita y que los reconociese…

¡¡¡Era mucho la pava, neno, era mucho!!!