Marine llegó a España hace más de dos décadas.

Marine llegó a España hace más de dos décadas. Cedida

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Marine Nikoghosyan, armenia afincada en Ferrolterra: "Huyes de la guerra sin mirar atrás"

Afincada en Narón (A Coruña), esta ciudadana armenia pone el foco en el auténtico significado de la palabra refugiado y detalla como a sus 50 años se ha decidido a estudiar una carrera universitaria con el objetivo de seguir ayudando a los demás

9 marzo, 2022 06:00

Marine Nikoghosyan lleva más de dos décadas viviendo en Ferrolterra y recaló en la comarca huyendo del conflicto permanente en el que se encontraba su país natal, Armenia. Aquí ha conseguido encontrar la "seguridad" que tanto ansiaba cuando tuvo que dejar atrás su vida, su título universitario y todos los logros que había cosechado a base de esfuerzo. Aunque la historia de Marine pone el foco en la capacidad de reinvención de las mujeres porque su tesón la ha impulsado a matricularse en el grado de Podología, que la UDC imparte en Ferrol, con el objetivo de formarse para poder ayudar a los demás.

Porque Marine, a la vista de lo que está sucediendo en Ucrania, quiere destacar lo que se esconde detrás de la palabra refugiado y explica que "huyes, sin mirar atrás" y, en muchas ocasiones, esta armenia recurre a esos momentos duros para "demostrarme a mí misma que puedo".

Volver a la casilla cero

Marine había estudiado Derecho y siempre había destacado por sus buenos resultados académicos, según ella misma relata. Su partida significó regresar a la casilla cero y tener que aprender un idioma "del que no conocía una palabra".

Recuerda todavía el momento en el que puso los pies en Barcelona, ciudad en la que residiría durante unos años, y se dio cuenta de todo lo que estaba por venir: encontrar un trabajo, enfrentarse a la burocracia para poder regularizar su situación y, sobre todo, procurar que sus dos hijos menores de edad lograsen integrarse en el lugar de destino.

Ardua tarea para una sola persona que Marine recuerda con sus luces y sus sombras, aunque destaca que la prioridad era siempre la de "sacar una sonrisa" para darles seguridad a sus hijos.

No rendirse nunca

"Galicia y Armenia se parecen mucho", detalla Marine que se ha convertido ya en abuela y presume de sus dos nietas que son "100% galeguiñas" y le recuerdan que todo el camino recorrido ha valido la pena.

"Es triste ver a una mujer llorando, es triste tener que abandonar tu patria por obligación", determina esta armenia que detalla a Quincemil que sus primeros años en España los recuerda con largas jornadas de trabajo y "noches en las que leía un diccionario de Español" para poder irse familiarizando con un idioma que aprendió en "dos o tres meses".

Su vida se fue asentando y eso la llevó a implicarse en el tejido asociativo de la comarca para poder brindar su ayuda a personas que se enfrenten a la situación que ella mismo tuvo que experimentar. "No soy de pedir ayuda y entiendo que muchas veces se agradece que esta se preste de manera espontánea", determina Marine.

"El mundo es de todos".

Marine Nikoghosyan.

Así comenzó a aportar su granito de arena en entidades como el Patronato Concepción Arenal, la asociación Alvixe contra la violencia de género o el movimiento 8-M. Su objetivo pasa por hacer entender la importancia de "poder vivir sin miedo" y superar debates más propios de otro siglo como "el color de piel o las fronteras" porque, sentencia Marine, "el mundo es de todos".

Vuelta de tuerca

Marine lanza un mensaje a todas las mujeres "para que no se rindan" y reflexiona sobre la situación a la que se enfrenta la población ucraniana que, según detalla, le está generando una honda preocupación.

"Cuando hay dolor, me duele el alma", sentencia Marine que después de la pandemia ha decidido dar un nuevo cambio de rumbo a su vida y ha vuelto a cursar estudios universitarios.

"Me he matriculado en Podología y la relación con alumnos y profesores es fantástica", explica esta armenia afincada en Narón (A Coruña) que se está esforzando en recuperar el hábito de estudio con el objetivo de poder seguir ayudando.

"Mi sueño es poder viajar a países como Armenia o África para ayudar", detalla Marine que tiene claro que frente al miedo hay que vivir y, sobre todo, "no cerrar los ojos" ante las injusticias.