El barco en Guernsey

El barco en Guernsey Fundación Atyla

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El buque histórico Atyla amarrará en aguas de Galicia este verano ¿Cómo subir a bordo?

Ofrece experiencias de una semana y viajes diarios de cuatro horas, estará en nueve puertos gallegos entre julio y septiembre

16 julio, 2023 05:00

La aventura suele ser uno de los géneros literarios más agradecidos por el público. A muchos les gusta imaginarse como un gran explorador, un conocido héroe, o un viejo marinero a punto de surcar los mares. Papeles que difícilmente pueden cumplirse en la vida real, a excepción del último. Siendo precisos, los gallegos pueden hacerlo entre el 17 de julio y el 21 de agosto.

Atyla es el nombre que recibe el único barco de madera español que hace viajes de aventura a nivel internacional. A pesar de que es de reciente creación, fue construido en los 80, su apariencia transporta a sus pasajeros a una época mucho más lejana. Su diseño está inspirado en el siglo XVIII y su estructura está compuesta totalmente de madera, de la denominada carpintería de ribera.

En verano el Atyla recorrerá la costa gallega en cuatro rutas por aguas del atlántico. Hay diferentes itinerarios para participar en la aventura:

  • Vigo-Combarro-Sada: Del 30 de julio al 5 de agosto
  • Sada-Viveiro-Ribadeo: Del 6 al 11 de agosto
  • Ribadeo-Corcubión-Muros: Del 13 al 19 de agosto
  • Muros-A Coruña en la Regata de Grandes Veleros Magallanes-Elcano: Del 21 al 26 de agosto

Las estancias que ofrece el barco para este verano en Galicia son de una semana. Algo que no es nada habitual. Generalmente el Atyla se embarca en aventuras de mínimo tres semanas entre los meses de marzo a septiembre. Las propuestas son variadas dependiendo el tipo de perfil interesado. La fundación informa y actualiza todas sus actividades en su página web.

En las travesías por aguas del atlántico, mediterráneo y cantábrico, participan cerca de 24 personas, además de la plantilla habitual del barco. Durante su estancia en la embarcación abandonan los teléfonos móviles, las distracciones y se centran únicamente en mantener con vida al barco y sus 9 velas.

Ruta por Galicia

Las diferentes rutas por Galicia del Atyla cuestan en el entorno de los 600 y los 1.000 euros. Si bien, es un desembolso potente, en su paso por la comunidad la embarcación ofrecerá visitas mucho más modestas, en el entorno de los 60 euros.

En total durante tres meses hará parada en cerca de nueve puertos gallegos. En cada uno de ellos ofrecerán 80 entradas para dar una vuelta de 4 horas por la costa gallega. Mientras los visitantes participan en las rutas, los tripulantes bajarán del barco para descubrir y disfrutar de los diferentes pueblos de Galicia.

La experiencia de vivir durante una o varias semanas en el barco puede describirse como "una experiencia guapísima". O por lo menos así lo hace Alfonso Garzón, jefe de operaciones de la fundación. "Nosotros nos dividimos el trabajo y hacemos turnos de guardia de cuatro horas cada día, más o menos. Además, vamos rotando las franjas horarias. En una semana puedes vivir la experiencia de capitanear el barco al amanecer, al atardecer y en noche cerrada", explica.

Para él la sensación favorita es "ver las estrellas sin ninguna contaminación, solo oscuridad". Si bien el paisaje es idílico, también hay que trabajar. Llevar el timón, marcar la posición del barco, revisar el motor o rellenar el cuaderno de bitácoras, son algunas de las muchas responsabilidades que tiene la tripulación.

Fundación Atyla

El Atyla no depende de ninguna empresa o entidad con ánimo de lucro. Nació en el 2013 de la mano de su presidente Rodrigo de la Serna Vicente. Al enterarse de que su tío, dueño del barco, falleció, decidió destinar la embarcación a una fundación que permitiese a cualquiera vivir la vida marinera de primera mano.

"Aquí dentro descubres tus inseguridades, miedos y límites", cuenta emocionado el Alfonso. Él mismo, que se embarcó en este viaje hace 10 años, dudaba del proyecto al inicio: "Pensaba que lo de navegar era una cosa de pijos, que te subías a tomar el sol y poco más". Nada más lejos de la realidad, dice. El fin del Atyla es que suba y viva la experiencia gente ajena a la marinería, precisamente para que conozca este deporte.

En sus diez años de historia ha recorrido más de 78 países y de 1.500 pasajeros han estado a bordo, según los cálculos de su jefe de operaciones. Una década en la que ha sobrevivido gracias al coste de cada viaje. El proyecto se financia con las contribuciones de quien se apunta a los viajes, así como usando el barco para eventos y festivales marítimos. Gracias a ello hacen frente al mantenimiento de la embarcación y a los costes que acarrea cada tripulante.

Vivir la experiencia gratis es posible

El desembolso que supone uno de sus viajes es acusado. Por ello, desde Atyla ponen a disposición de los interesados un programa de becas con el que viajar es totalmente gratis: "Sería una pena que nuestros viajes se limitaran a quienes pueden pagar el precio", explican.

Entre los requisitos para ser beneficiario está carecer de medios económicos para cubrir el viaje (acreditación de ingresos), mostrar méritos personales, rellenar un formulario de solicitud y estar dispuesto a participar en un vídeo posterior contando la experiencia. El dinero de la beca resulta de fondos propios.