¿Sabías que un FTV no sale de marcha pero sí va de carallada o de parranda y de paso se toma unos guarisnais? ¿Y que si va apurado no va con prisa sino a todo filispín? Si eres de Ferrol o conoces a alguien de aquí seguramente ya hayas oído algunos de estos términos. Estos son solo algunos de los más peculiares, pero hay muchos más. En Quincemil te revelamos algunos, para que no estés perdido cuando llegues, y comenzamos por la denominación de un buen ferrolano, un FTV, ferrolano de toda la vida.
En Ferrol nos gusta bajar a tomar un guarisnais, que puede referirse a una copa o una cerveza. Su origen se remonta, según cuenta la leyenda, a lo que decían los militares ingleses al brindar en los bares del puerto de A Graña. "The war is nice", gritaban. Se escribiría en español guar is nais, lo que dio paso al conococido sinónimo de bebida alcohólica.
A tomar un guarisnais se puede bajar a todo filispín, otra manera de españolizar el inglés. Para entender esta expresión hay que recordar los rótulos que lucían los barcos y que muchos trabajadores ferrolanos veían a diario. Full Speed, decían, a máxima a potencia. Al bajar a tierra firme los empleados hicieron propia esa expresión con un a todo filispín para referirse a las prisas. El término está tan presente en la ciudad que incluso ha servido para dar nombre a la emisora comunitaria Radio FilispiM.
Una obra para conocer las fuentes del habla local
El escritor y profesor ferrolano Guillermo Ferrández (1951) explica el por qué de muchas de las expresiones típicas de Ferrol en su libro El ferrolano: Un estudio del habla local, del que en diciembre de 2022 se publicó su 12º edición. En él explica las tres principales fuentes del habla local de Ferrol: la relación de diglosia entre el gallego y el castellano; los anglicismos; y las hablas de tránsito. Sin duda, es un buen regalo para los llegados de fuera que pretenden amar y entender esta peculiar ciudad.
En el segundo caso, explica el autor, la pérdida de Cuba y Filipinas obligó a una reorganización de la industrial naval y de la Marina de Guerra. Para ello fueron enviados a la ciudad muchos técnicos para poner en marcha la nueva construcción naval. Durante una veintena de años técnicos ingleses convivieron con los ferrolanos creando una importante colonia en la ciudad que dejó una huella lingüística aún patente.
En cuanto a la primera fuente, relata Fernández que en la comarca de Ferrol se produjo un alto grado de desgalleguización lingüística, debido especialmente a la fuerte presión del idioma oficial. Por su parte, en el tercer apartado, el autor incluye aquellas palabras instaladas en el habla local procedente de los sitios más dispares del país.
A continuación recogemos algunas de las más escuchadas por las calles de la ciudad. Si una de ellas es que eres un conacho, no te confíes, es un término despectivo que se emplea para referirse a una persona algo necia. Puedes pedir en cualquiera de las muchas panaderías de Ferrol un rico cornecho (bollo en forma de cuerno), casi seguro que no está reseso, y tomarlo mientras presencias un tangai (confusión, lío, follón o pelea).
Si alguien no recuerda el nombre de otra persona dirá "aquel nacho" (persona cualquiera) mientras quizá dé las últimas caladas a la pava (colilla). También en Ferrol tiramos el polvo (en lugar de la basura) y quitamos las entradas de un espectáculo. Tranquilos, no se quitan a nadie, significa sacar las entradas. De igual modo se inmotalizan los momentos quitando fotos y si no salimos bien pillamos una perrencha.
Pinacho es un trabajador no cualificado, que también podría ser un poco pelouro (torpe) y un mona (idiota). Si estás aconachado (despistado) ten cuidado, alguien podría decirte asombrado ¡arre bicho!
Camas rebatibles e hijos repunantes
Nuestras camas son especiales, son rebatibles (no abatibles) y no tenemos cosas, tenemos cosos. Además, el FTV no se tumba en el sofá, se tira repanchingado, y si está impaciente por algo dirá que le tarda mucho. Cuando se levante puede que llegue tarde, entonces dirá agobiado que le es mucha hora.
Cuando aterrices en Ferrol pronto escucharás a alguien decir que su hijo es un repunante. Tranquilo, no es que sean malos padres, es que aquí se refiere a quejica. Si están metidos en tarea dirán que fedellan en algo y si alguien resulta cansino le llamarán rallante.
Si encuentras a alguien hablando solo o murmurando por la calle déjalo tranquilo, estará rosmando, pero eso sí, no permitas que se refieran a esta urbe como villapodre, una forma despectiva de referirse a esta encantadora ciudad.
Éstos son solo algunos ejemplos del habla peculiar del ferrolano, pero para conocerlo en profundidad, y de paso a sus protagonistas, lo mejor es venir.