La boda de Daniela y Joaquín en el Pazo de Villar de Francos, en Carballo, fue una de las más espectaculares jamás celebradas en este lugar. La pareja se conoció en Valladolid trabajando en una bodega de vino, pero decidieron casarse en Galicia porque el novio es de Razo, una parroquia del litoral de Carballo donde está la emblemática playa del mismo nombre.

Para la ceremonia y el cóctel los novios combinaron sus aficiones para lograr una boda medieval: entraron a caballo, hubo espadas, duelos de esgrima medieval, e incluso artes marciales asiáticas como kung-fu y shorinji kempo. Al mismo tiempo, la boda fusionó tradiciones gallegas con otras ucranianas, país de origen de Daniela.

Daniela y Joaquín Fotografía Castro

Dos ceremonias y una tradición ucraniana

La boda tuvo lugar el pasado 22 de junio con dos ceremonias. Primero, una religiosa en la parroquia de Sofán de Carballo, y luego una civil en el propio pazo de Villar de Francos, a un par de kilómetros de la iglesia. Los novios salieron de la iglesia rodeados de espadas y entraron en la segunda ceremonia a caballo, ya que la equitación es una de las aficiones que comparten.

En la ceremonia civil se llevó a cabo un ritual ucraniano habitual en las bodas del país. La madre y el hermano de la novia esperaban a la pareja con un pan típico ucraniano. Los dos novios tuvieron que comer un trocito de pan cada uno, para luego brindar con un espumoso y tirar las copas hacia atrás una vez vacías. En la ceremonia también intervinieron amigos y familiares de la pareja, y a ella asistieron tanto gallegos como ucranianos, pero también amigos de lugares lejanos como la India o Escocia.

En la ceremonia había varias personas vestidas con trajes típicos ucranianos, y otras ataviadas con atuendos medievales. Dentro de los discursos de los amigos y familiares más cercanos, hubo momentos emotivos como el recuerdo de la abuela de Daniela, muerta en la Guerra de Ucrania.

Los novios entran a caballo en la ceremonia Fotografía Castro

Los novios entran en la ceremonia a caballo Fotografía Castro

Los novios llegando a la ceremonia civil Fotografía Castro

Los novios realizan el ritual ucraniano Fotografía Castro

Un cóctel con artes marciales, participando el novio en ellas

En el cóctel hubo muchas sorpresas. El novio es aficionado al mundo de las espadas y practica artes marciales, por lo que en el momento del cóctel hubo exhibiciones de esgrima medieval, kung-fu y shorinji kempo, disciplinas a las que Joaquín es aficionado. El novio incluso participó en estas exhibiciones, cambiando durante unos minutos el chaqué por el kimono.

El aperitivo contó también con música en directo y con los cócteles de Cousa Rica, además de con un divertido fotomatón de “1, 2, 3 Flashfotomatón”, usando como fondo un libro de madera creado especialmente para la ocasión, que narra la historia de cómo se conocieron los novios. Este libro fue diseñado por la empresa Esther Rey Eventos de A Laracha, coordinadora de todo el evento.

Exhibición de esgrima medieval en medio del cóctel Fotografía Castro

Exhibición de Kung Fu durante el cócel, con el novio en primer plano Fotografía Castro

Exhibición de Shorinji Kempo durante el cóctel. El novio, Joaquín, a la derecha Fotografía Castro

Una fiesta con sorpresas

Tras el cóctel y la cena llegó la hora de la fiesta, con un DJ de la empresa La Gramola y una serie de actividades para animar la fiesta. Con "El glitter de Piluca" se maquillaron los asistentes con diferentes brillos, y finalmente la "Hora Loca de Piluca" puso el broche final organizando una especie de desfile por una alfombra roja, en la que los invitados ucranianos desfilaron con sus trajes típicos, incluida la pareja.

Imágenes de la fiesta Fotografía Castro

Imágenes de la fiesta Fotografía Castro

Imágenes de la fiesta Fotografía Castro

lo largo de este verano, Quincemil hará crónicas de algunas de las bodas más originales de A Coruña y del resto de Galicia. Permanece atento a estas páginas cada lunes y martes.