Cuántos pasatiempos para un día de playa. Fuera del casi obligatorio chapuzón, hay infinidad de posibilidades para entretenerse: un buen libro en la toalla, unos tiros con el balón de fútbol, unos pases con el de fútbol americano o algún que otro remate sobre la red de voleibol. También jugar a las cartas, desde las míticas cartas de Uno con sus normas indeterminadas o la baraja española con un infinidad de variedades.

Hay quien también se atreve con la baraja francesa (de póker). Para estos últimos, aunque también sirve para la española, siempre queda chulo impresionar a todo el grupo con un truco de magia con los naipes. Se recomienda altamente practicar los trucos en privado antes de lanzarse a probarlos entre amigos.

El truco en el que no se hace nada

Existe una forma de hacer un truco de magia en el que el mago no hace nada. Simplemente hace falta un mazo de cartas completo y que el espectador se encargue de todo el trabajo. Lo primero es separar la baraja en dos mitades iguales, y eso se consigue poniendo los dos montones juntos, de manera que la carta superior de cada uno no se deslice al otro.

El público, ante los ojos cerrados del mago, escoge una carta de cualquiera de las mitades, la recuerda y la pone encima del montón que quiera. Se coloca el otro montón sobre la que tiene la carta escogida y solo queda contar. Se reparten una a una las cartas en cuatro montones y les da la vuelta. Sin decir su carta, el público indica al mago en qué montón está y descarta los otros tres. Se repite la operación y uno de los grupos quedará con un naipe más que los demás, por lo que se descarta.

Quedan tres grupos con tres naipes cada uno. El mago le indica al espectador que descarte la carta de arriba y de abajo en cada uno de los grupos y se quede solo con las del medio. Así quedan tres grupos y se apilan una sobre otra de derecha a izquierda. Se vuelven a descartar la superior y la inferior. La única que queda es la que elegida por el espectador.

La caza de los payasos

Este truco es perfecto para los fans de la ciencia ficción. La intrahistoria de se basa en uno de los villanos de moda, el Joker. Para empezar, la baraja debe contar necesariamente con tres jokers. Simplemente se abre como un abanico de cara al público y se pide a tres amigos que cada uno escoja una carta al azar y la muestre. Las tres se apartan de la baraja y se consideran las "víctimas de los tres Joker": Joaquin Phoenix, Heather Ledger y Jared Leto.

Como si de Batman se tratase, hay que buscar a los asesinos. Con el resto del mazo se hacen cuatro pilas más o menos del mismo tamaño. Así, por ejemplo, un montón puede tener diez cartas, otro nueve y los otros dos, quince (la cantidad concreta de cada uno no tiene que ser exacta).

Sobre el primero de los montones se pone un joker y, sobre esta, la mitad del siguiente. En el segundo grupo, igual, se pone encima una carta y sobre ella, la mitad del tercer montón. Y así igual con este tercer montón, poniendo la última carta elegida y encima de ella la mitad del cuarto grupo.

Con esta mecánica lista, el mago tiene que invitar a que un espectador apile el cuarto mazo sobre el tercero, estos sobre el segundo, y finalmente todo sobre el primero. Como añadido, otra persona puede hacer un corte completo de la baraja en tres. Así está todo listo para comenzar la búsqueda.

El mago toma el mazo en su mano y debe soltar una a una las cartas, mostrando primero una boca arriba y la siguiente (apilada en otro montón) boca abajo. Al mismo tiempo advierte a los espectadores que estén atentos y le paren cuando vean al Joker.

Por supuesto, los espectadores no deben encontrar ninguno entre las que se van mostrando boca arriba. Una vez terminado el primer escrutinio, se repite la acción con las que habían caído boca abajo, mostrando la primera boca arriba. En el tercer intento, la primera de las cartas debe soltarse boca abajo y, en el cuarto y último, de nuevo hacia arriba. Si el truco se hizo bien, únicamente quedarán tres cartas ocultas, precisamente los tres Jokers.

Encontrar los ases

Este truco es el más complicado de los tres, ya que tiene un requisito indispensable para quien no tiene ni idea previa de magia: preparar la baraja en casa. Una de las demandas que hacen a cualquier "intento de mago" es que encuentre una carta concreta en la baraja, así que no hay mejor respuesta que atreverse a localizar cuatro cartas, en concreto, los ases.

Antes de ir a la playa, el mazo debe partirse en dos mitades exactamente iguales de 26 naipes (la baraja francesa tiene 52). Una mitad debe colocarse cara arriba y la otra hacia abajo, mostrando el dorso. Esta mitad dada la vuelta hay que asegurarse de que los cuatro ases estén debajo del todo. La siguiente carta encima que vaya encima debe hacer una esquina ligeramente doblada para saber identificar que los ases están justo debado.

A continuación se dispone la mitad que está boca abajo sobre la que está boca arriba y guardamos todo el mazo en la caja, recordando cual de las mitades tiene los ases.

Ya en público, hay que sacar con mucho cuidado las cartas para que no se vea que la baraja está trucada. El mazo debe estar en todo momento sobre la palma de la mano, como si fuese un móvil, y dejando en la parte superior la mitad en la que se encuentran los ases.

El mago tiene que fardar un poco de sus habilidades y presumir de que "sería fácil encontrar cualquier carta en la baraja", pero quiere hacerlo más complicado. Se abre el mazo, mostrando al grupo que todas están aparentemente boca abajo. Sin embargo, solo se enseñan las primeras. A medida que pasan los naipes el movimiento es más lento hasta encontrar la cara marcada. En ese momento se corta la baraja en dos.

El mazo que acabamos de separar lo ponemos junto al que realmente tiene todas las cartas boca arriba salvo los ases, que estarán encima boca abajo ocultando a las demás. Se abre para mostrar que todo ese grupo de naipes no tiene ningún engaño. Así, con esa mitad boca arriba, se propone el reto de encontrar los cuatro ases, pero con todas las cartas mezcladas boca arriba y boca abajo por "es más difícil". El público no sabe que la otra mitad están todas boca arriba salvo los ases.

Se tiene que hacer una mezcla americana con mucho cuidado. Al dejar caerlos naipes de uno y otro montón, hay que hacerlo de manera que no se muestre la esquina de las cartas hacia los espectadores, ya que podrían ver que el truco. Los más habilidosos, que procuren dejar varias cartas entre los ases para que luzca más espectacular.

Con las cartas todas mezcladas solo queda "invocar a la magia" con soplidos, chasquidos y cualquier parafernalia antes de abrir toda la baraja y comprobar que solo cuatro cartas están boca arriba, precisamente los ases de picas, tréboles, corazones y diamantes.