Aunque cada vez se escucha más hablar del concepto "familias de acogida”, todavía existen una gran desinformación sobre ello. Ser familia de acogida, entre otras muchas cosas, significa abrir tu casa y tu corazón a un NNA que se encuentra bajo el amparo del Sistema de Protección de Menores.

En Quincemil hemos hablado con Carmen Dourado Rodríguez, Coordinadora de la Asociación Galega de Familias de Acollida (ACOUGO) para conocer más a fondo esta realidad. 

Sobre Acougo

Acougo nace de la mano de las familias acogedoras de Galicia con el objetivo de generar una red de apoyo y sensibilización que impulse al acogimiento familiar velando, por encima de todo, por los derechos de los niños e niñas del Sistema de Protección.

El objetivo es acercar a la sociedad esta realidad y, a partir de eso, tratar con las familias acogedoras para ofrecer preparación, orientación, acompañamiento… para dotarlas de competencias en cuanto al manejo y gestión de las necesidades específicas de los NNA acogidos.

Logo Acougo.

¿Adopción o acogida? Lo importante son los niños

Ambas son medidas del Sistema de Protección de Menores para proporcionar una familia a las niñas, niños y adolescentes (NNA). “Hay que diferenciar las medidas, pero no a las familias”, explica Carmen, “los formatos, el tiempo, los tipos de relación y comunicación, las necesidades… varían, pero el objetivo es el mismo: velar por los derechos fundamentales de los niños y niñas”.

La familia es imprescindible para el crecimiento de las personas.

Es importante recalcar que todas las niñas, niños y adolescentes que se encuentran en el Sistema de Protección tienen ya una familia, una historia, unas raíces… una vida que existe desde el momento que llegan a este mundo, sea cual sea la situación a la que deban enfrentarse o las medidas a las que tengan que recurrir. Estas medidas dependen de cada caso y son complejas de determinar, por ello profesionales de la Administración Pública son quienes toman esas decisiones basándose en informes y experiencias.

¿Qué tipos de acogidas existen?

La Ley diferencia tres tipos de acogimiento familiar:

  • Acogimiento de urgencia, como su propio nombre indica, tiene el objetivo de retirar al menor de su situación inmediatamente, generalmente para velar protección, mientras espera que la Administración tome una decisión sobre la medida que le conviene. Esta acogida no debe superar los seis meses.
  • Acogimiento temporal, se da cuando se estima que en un período menor a dos años, el o la menor podrá regresar con su familia biológica. Durante ese tiempo se elabora un “plan de caso” para lograr ese retorno y evitar un nuevo fracaso en la convivencia o poder resolver las circunstancias que dieron lugar a la retirada de la guarda o de la tutela del menor.
  • Acogimiento permanente, se trata de un acogimiento de duración indeterminada que puede durar hasta la mayoría de edad. Se da cuando el “plan de caso” no da resultado y no se puede garantizar la protección del menor con su familia biológica, a pesar de que el vínculo y relación con esta sigue estando presente, y se debe seguir trabajando esta relación por el bien de la niña o el niño.

Familias de acogida de Galicia.

¿Cuáles son los requisitos para ser familia de acogida?

Cualquier persona mayor de 25 años que pase un proceso de idoneidad otorgado por la la Xunta de Galicia. Dicho proceso está compuesto por entrevistas, procesos de formación, recopilación de documentación… Sintetizando, si puedes demostrar una estabilidad y disposición para poder hacerte cargo de un niño, niña, adolescente o incluso grupo de hermanos/as, podrías formar parte del conocido como “banco” de familias acogedoras de Galicia, siempre con el acompañamiento y formación en la materia.

¿Dónde viven los menores que no están con su familia biológica?

La mayoría de los menores que se encuentran en el sistema de protección viven en centros residenciales, conocidos como “centros de menores”. Por desgracia, estos lugares están rodeados de una connotación negativa ante gran parte de la sociedad. “Hay gente que piensa que como están en esos lugares, ya es un lugar adecuado para ellos, o simplemente, que están ahí porque han hecho algo”, expresa Carmen, “nada más lejos de la realidad”.

En estos centros, las necesidades de la infancia y adolescencia están bien atendidas y con el paso del tiempo cada vez se mejora más. “Las educadoras y educadores tienen formación específica, en su mayoría realizan un trabajo espectacular”, afirma Carmen. 

Actualmente se intenta que los centros tengan plazas reducidas para poder ofrecer una mejor atención en cuanto a los cuidados básicos (alimentación, sanidad) y también a nivel psicológico, afectivo y emocional. “Si bien es cierto que pese a todos los esfuerzos de hacer de estos centros un lugares con buen ambiente, no son un hogar ni tampoco una familia”, explica. Crecer en un hogar, rodeado de una familia, es fundamental para el desarrollo de las personas.

¿La familia biológica está presente?

Por lo general, durante el período de acogimiento, los niños, niñas o adolescentes mantienen el vínculo afectivo y jurídico con su familia biológica. Estos lazos son imprescindibles para el buen desarrollo del menor, así como para tratar de facilitar una vuelta segura a la vida con su familia de origen.

El objetivo de las familias de acogida es cuidar del menor mientras se dan las condiciones o tiempos necesarios para que pueda volver a convivir con su familia biológica. La finalidad, es que el menor esté amparado por una familia estable y responsable mientras que no puede estar con la suya.

En palabras de Carmen, “Las familias dispuestas a acoger o a adoptar son personas que deben estar dispuestas a abrir sus casas y corazones a una niña, niño o adolescente que tiene su historia, su familia de origen, pero que no puede crecer y vivir con ella, por eso necesitan de una familia a mayores que ejerza este papel”.

¿Se puede ayudar sin ser familia acogedora?

La respuesta más importante se esconde detrás de esta pregunta. Sí, existen infinidad de maneras de aportar ante esta realidad aunque no nos planteemos el acogimiento

El conocimiento del problema es sin duda el primer paso. La sensibilización y difusión del mismo para que llegue a la mayor parte de la sociedad es también crucial a la hora de paliar esta situación. Aportar nuestro tiempo, habilidades o recursos económicos, estructurales y materiales también es posible gracias a la gestión de Acougo.

Las niñas y niños del Sistema de Protección son responsabilidad de todas y todos como sociedad. Desde Acougo, Carmen ha querido señalar que cualquier aportación es bienvenida, e invita a todo aquel interesado a contactar con la asociación bien para informarse sobre las acogidas, ayudar a la difusión, participar en algún proyecto…

Para más información sobre el acogimiento familiar puedes visitar su web, Instagram, Facebook o contactar a través del teléfono 622 672 188 o por mail a info@acougo.gal.