Callejear por el casco histórico, visitar los museos de la ciudad, o subirse al tren turístico son los planes más típicos para hacer en familia en Santiago de Compostela. Pero con tantos días festivos por delante estas citas pueden convertirse en algo rutinario e incluso dejar de ser divertido.

Por ello, hoy queríamos ofrecer a las familias algunas opciones para conocer mejor la zona que rodea Santaigo además de dar opciones a los más pequeños de la casa de aprender y jugar en lugares distintos. La cercanía de la capital gallega con espacios naturales únicos y accesibles a menos de una hora de la ciudad hace que haya una gran oferta para disfrutar con los niños durante estos días festivos.

Galipark, en Padrón

Para los niños más aventureros, el sitio perfecto está en el Galipark, en el municipio de Padrón. El parque cuenta con más de 24.000 metros de superficie y está dotado de instalaciones para realizar todo tipo de actividades.

A una media hora de la capital gallega, los más pequeños podrán disfrutar del rocódromo, las tirolinas, aprender tiro con arco, batallar en el paintball, al laser tag o recorrer las alturas con los tres circuitos y 43 retos que se presentan en cada uno de ellos.

El parque ofrece pack de media jornada (cuatro horas) o para un día completo, así como itinerarios especiales para cumpleaños y primeras comuniones. Las tarifas comienzan a partir de 20 euros para los menores de 14 años y 30 a partir de esa edad. Las instalaciones incluyen duchas y servicios, así como parking y una cafetería- restaurante. El uso del equipo va incluido en la tarifa escogida.

Kayak en Agronovo, Vedra

Si en lugar de tierra prefieres el agua, en Vedra está la mejor opción y más cercana de Santiago. El río Ulla es lo que da vida a este pequeño pueblo, que cuenta también con una área recreativa en la que se ofrecen varios deportes acuáticos.

El más conocidos de ellos, y la razón por la que muchos se acercan hasta el río, es el kayak. La ruta sale desde Ponte Gundián y llega hasta el área recreativa de Agro Novo. Con rápidos muy divertidos, está considerado de dificultad media, por lo que lo mejor es hacer esta actividad con niños a partir de los ocho años.

Los instructores te enseñarán a remar con facilidad y durante tu trayecto en el río podrás ir contemplando los bosques típicos de esta zona de Galicia, con enormes robles, así como sauces y fresnos. El precio de la actividad sale a partir de 50 euros, e incluye tanto el equipo, como los guías y un reportaje fotográfico al final del trayecto.

Jardines del Pazo de Oca, en A Estrada

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Para los niños más tranquilos, a apenas 22 kilómetros de Santiago se encuentra el Versailles gallego, el Pazo de Oca. Localizado en la localidad pontevedresa de A Estrada, la casa señorial es conocida por sus espectaculares jardines.

El origen de este edificio se remonta al siglo XII funcionaba como una una torre defensiva miliar, pasó a ser de uso civil en el siglo XV. Dentro de las zonas destacadas está la capilla barroca, que tiene dos torres gemelas en la fachada y está unida al edificio principal por una vistosa galería.

Con todo, la parte más popular del recinto son sus jardines, que cuentan con varias combinaciones de estiles y un llamativo estanque de ocas. Es una de las paradas imprescindibles en la Ruta de las Camelias de Galicia, ya que cuenta con uno de los ejemplares más antiguos de la comunidad. En el paseo los niños podrán encontrar una gran variedad de plantas y árboles tanto autóctonos como exóticos.

La entrada al recinto cuesta unos 10 euros por persona y está abierto en temporada de verano todos los días de 10:00 a 14:00 horas por la mañana , y de 16:00 a 20:00 horas por la tarde.

Castro de Baroña, en Porto do Son

Castro de Baroña, Porto do Son, Galicia. Shutterstock

A algo menos de una hora está uno de los castro más famosos de Galicia, y situado en un entorno natural sin igual. Es un plan perfecto para realizar con niños algo mayores, ya que llegar hasta el lugar del complejo arqueológico requiere pasar por una zona de bosque.

La construcción del Castro de Baroña se remonta a la Edad de Hierro. Se estima que fue abandonado por el siglo I d.C, aunque todavía hoy se conservan gran parte de las fortificaciones, como los restos de las murallas que envolvían el recinto y los espacios reservados para las viviendas de los celtas que antiguamente vivían allí.

Una vez terminada la visita por el castro y si todavía quedan energías, las familias pueden desplazarse hasta el arenal de Area Longa. Muy recogida y rodeada por la naturaleza autóctona propia de la zona es una de las joyas mejor guardadas del municipio.

Museo Abelleiro, en Arzúa

Un último plan apra endulzar este puente de agosto es visitar O Enredo do Abelleiro, un museo viviente de miel en Arzúa, una de las localidades gallegas más conocidas por sus productos naturales.

Localizado cerca del embalse de Portodemuros, a menos de una hora de Santiago, el espacio está pensado para divulgar la importancia de la abeja, mostrando al historia de la apicultura y cómo ha ido cambiando a lo largo de los siglos. Los visitantes están acompañados por profesionales que les enseñarán los procesos de extracción, decantación y envasado de la miel que, por supuesto, podrán degustar.

Además de la visita general, los niños pueden atender un taller de creación de velas, así como visitar una colmena de verdad vestido de apicultor para ver a las abejas trabajar duro para crear la miel. Todo esto rodeados de un entorno natural lleno de plantas melíferas, medicinales y aromáticas.

La entrada para una visita general cuesta tres euros, mientras que los talleres suponen un añadido de otros tres euros. Todos los detalles y horarios se peuden encontrar en su web.