"Muchas veces como sociedad subestimamos la capacidad de los niños". Sonia Gómez Naya, presidenta de la Federación Gallega de Orientación, defiende que, cada vez más, la sociedad "sobreprotege" a los niños y les niega vivir experiencias únicas. Una de ellas, dice, es la de perderse en algún monte con la brújula como único aliado: una actividad en la que "aparte de trabajar físicamente, también trabajamos a nivel mental", resume.
La orientación es un deporte que tiene su origen en los países nórdicos, sin embargo, lleva décadas engatusando a los residentes de España. Esta disciplina llegó al país en 1975 e, inicialmente, estaba vinculada con los entrenamientos militares. No obstante, en la década de los 90 se fue popularizando y convirtiendo en un deporte más.
Las competiciones cada vez tienen más participantes de todas las edades. Incluso niños pequeños. En Galicia existen, según datos de la federación. 23 clubs de orientación y "prácticamente todos" cuentan con socios menores de edad. Los niños, asegura Sonia Gómez, son el pan de cada día de los clubs: "Los organizamos por edades y les dejamos salir solos al monte desde los 11 años, antes van siempre acompañados por un adulto".
"Sobreprotegemos a los niños como sociedad"
El funcionamiento de este deporte es sencillo. Los participantes únicamente cuentan con un mapa, una brújula y una pinza magnética que los geolocaliza y cronometra. El objetivo es completar el recorrido lo más rápido posible. Para ello, dice Sonia, es imprescindible correr, pero, sobre todo, razonar.
Hay a padres que dejar a sus hijos solos en un monte con 11 años les parece una locura. Sin embargo, el deporte es seguro, ya que son pequeños circuitos bien delimitados. "Ahora mismo estamos en una sociedad que sobreprotege a los niños, los tenemos en una cajita de cristal. Somos el único deporte en el mundo que realmente dejamos libertad e independencia a los niños", explica la presidenta de la federación.
Precisamente lo más complicado para seguir aumentando la adherencia a este deporte es convenceer a los padres: "Muchas ganas tenemos que ganarnos su confianza y causar buena impresión", detalla Sonia. Actualmente, en Galicia hay 690 licencias deportivas de orientación y cada año aumentan un poco más. Ella siempre recomienda probar, madrugar, dar una oportunidad a la naturaleza y, como no, llevarse a toda la familia, niños incluidos.