Desde las pintorescas villas marineras a los pueblos rurales de montaña, el norte de España se encuentra repleto de rincones con encanto a los que escaparse y descubrir en un fin de semana de desconexión. Más allá de las fronteras con Galicia, en el límite natural de Castilla y León con Cantabria se enmarca un pueblo considerado por muchos como el más bonito y turístico de la provincia de Burgos: la pequeña localidad de Orbaneja del Castillo, cuya belleza y particularidad reside en que se trata de la única villa de España atravesada por una preciosa cascada. Este espectacular salto de agua que ronda los 25 metros de altura brota desde la Cueva del Agua entre caseríos de mampostería caliza, miradores y hasta varias pozas de azul turquesa intenso que se dibujan bajo la atenta mirada del gran cañón del río Ebro.
Cabe señalar que este municipio burgalés se encuentra enclavado en plena comarca del Páramo y el valle de Sedano, una tierra encantada que alberga en todo su territorio el verdadero alma de los pueblos castellanos. De hecho, debido a su enorme riqueza natural, paisajística y patrimonial, la antigua villa medieval de Orbaneja del Castillo también puede presumir de ostentar el título de Conjunto Histórico-Artístico ya desde el año 1931.
Además, entre las callejuelas del municipio se enmarca uno de los conjuntos de arquitectura popular y montañesa mejor conservados de toda Castilla y León, destacando las viviendas construidas como en bancales entre el manantial y sobre unas cuantas terrazas estrechas de piedra toba enclavadas en un singular paisaje kárstico.
El encanto único de un pueblo cascada
En Orbanejo del Castillo, el rumor del agua marca el carácter de este mágico pueblo enmarcado en el corazón de Burgos. De hecho, la cascada que atraviesa el callejero local se ha convertido en uno de los grandes atractivos turísticos de esta localidad y su espectacularidad se ve multiplicada sobre todo en época de deshielo, durante la primavera.
Lo más curioso es que este pintoresco pueblito se encuentra cobijado entre las paredes rocosas del cañón del Ebro, cuyas aguas se cuelan entre la famosa Cueva del Agua para dar forma a un extraordinario salto de agua de unos 25 metros de altura. El acuífero del que provienen estas aguas se localiza en el subsuelo del Prámo de Bricia, dividiendo a este enclave de encanto medieval en dos mitades: la Villa y Puebla. Además, el paisaje del circo rocoso que rodea a la localidad es sin duda otro de sus reclamos, destacando el caso del bautizado como "Beso de los Camellos".
El escenario que configura esta cascada en Orbaneja del Castillo se ha convertido en una de las escenas más fotografiadas de todo Burgos, con sus terrazas escalonadas y pozas cristalinas perfiladas entre musgos y líquenes. Además, la arquitectura popular de este pueblo de montaña se integra en el paisaje de una forma única. De hecho, el carácter montañés y el color peculiar de su casco urbano viene dado también por el material utilizado para la construcción de las distintas viviendas, erigidas a base de bloques de piedra toba.
Lo cierto es que la fuerza del riachuelo era aprovechada en el pasado por un buen número de molinos de agua de los que apenas ha quedado rastro. Lo que sí se conserva en la actualidad son las singulares estructuras de la Casa de los Canes, el Palacio de la Casa Fuerte, cuya estructura reposa sobre lo alto de una roca; y de la Casa de los Pobres, un antiguo hospital que hunde sus raíces en siglo XVI.
Qué ver más allá del manantial y el casco histórico
Al margen del casco histórico y la famosa cascada que atraviesa el callejero, el municipio de Orbanejo del Castillo tiene mucho más que ofrecer al viajero. Para empezar, esta localidad burgalesa se erige como un auténtico paraíso para los amantes del senderismo y la naturaleza.
Uno de los grandes atractivos que se puede encontrar en los alrededores del núcleo poblado son las cuevas, siendo la más importante la ya citada Cueva del Agua. Este es el punto exacto del que brota la surgencia que divide al pueblo en dos mitades y que es perfectamente visible desde la plaza principal, el último punto del complejo kárstico de Orbaneja. La realidad es que en otros niveles superiores a este podemos encontrar alguna que otra cavidad de interés como la Cueva del Níspero, de apenas unos tres kilómetros de longitud, aunque la mayoría inundados; o la del Azar, en cuyo interior se pueden observar distintas muestras de arte rupestre del Neolítico.
Más allá de las cuevas, por los alrededores de Orbaneja del Castillo también se extienden varias rutas de senderismo que permiten al visitante descubrir el encanto de este rincón de la comarca del Páramo. Una de las más famosas es la conocida como GR-99 Camino Natural del Ebro, un itinerario de largo recorrido (dividido en su totalidad en 42 etapas) que se adentra en los mágicos paisajes que este gran curso fluvial va dibujando entre los valles del norte de España. También la Senda de los Chozos es otro de los trayectos más transitados entre aquellos viajeros que llegan a la localidad burgalesa, pues se trata de una ruta sencilla, de apenas cinco kilómetros, que parte de la Cueva del Agua y sigue la estela de los antiguos chozos de pastoreo de la zona.