En el coruñés concello de Negreira, a sólo 20 km al oeste de Compostela y justo en el límite con Ames, se encuentra la parroquia de Portor, que acoge uno de los más bellos e interesantes conjuntos etnográficos de Galicia. Es A Ponte Maceira, que a partir de diciembre de 2019 se incluye entre “los pueblos más bonitos de España”, siendo la primera localidad coruñesa que forma parte de esta red de pueblos, compartiendo este honor con las también gallegas Mondoñedo y Castro Caldelas.
A Ponte Vella, símbolo de A Ponte Maceira
Lo cierto es que A Ponte Maceira alberga en su pequeño tamaño incuestionables y variados encantos que la hacen merecedora de incluirse en la prestigiosa lista nacional. El primero de ellos es A Ponte Vella, su magnífico puente románico remodelado durante la Edad Media, que cruza el río Tambre a su paso por la localidad. Se dice que es un puente romano, aunque tal afirmación suele aplicarse en Galicia a cualquier obra similar. Los historiadores coinciden en datarlo en el s. XIV y en fechar su reconstrucción en el s. XVIII para subsanar una serie de desperfectos provocados por los frecuentes desbordamientos del Tambre, pero ninguno niega que su base pueda ser romana.
Aquí mismo, en el puente, dicen que se produjo un “milagro”: cuando los soldados romanos perseguían a los discípulos de Santiago que habían pedido un lugar digno para enterrar a su maestro, el puente se vino abajo, dejando fuera a los perseguidores romanos y permitiendo escapar a los cristianos.
Arquitectónicamente el puente se compone de cinco arcos apuntados de diferentes alturas y dimensiones, con el arco central de mayor amplitud, lo que confiere al puente su aspecto medieval. Dispone de dos vanos pequeños a modo de aliviaderos y varios contrafuertes o tajamares que permiten aliviar la presión de las aguas del Tambre , que golpean con fuerza el puente cuando crece su caudal. La Ponte Vella se alzó con sillares de granito, cimentados sobre la roca madre que surge del río, lo que le ha permitido mantenerse en pie a lo largo de los siglos y ser escenario de distintos acontecimientos históricos, como la batalla entre las tropas del Conde de Altamira y la Mitra compostelana. Su calzada tiene más de 3 metros de ancho.
El pueblo es importante paso de peregrinos, de aquéllos que no dan por finalizado su Camino al llegar a Santiago y continúan sus andanzas hasta Fisterra, cruzando A Ponte Maceira en la etapa que los llevará hasta Negreira, donde harán noche.
El entorno del río Tambre
Sin duda, la llamada Ponte Vella es el gran protagonista de este pueblo, que forma parte de un conjunto etnográfico cuyos otros elementos conviene no menospreciar. Junto al puente observamos el hermoso entorno del río Tambre, que dibuja en esta zona un paisaje rural espectacular. Le acompaña la vistosa presa y un grupo de molinos de agua junto al río, además del señorial Pazo de Baladrón.
Este pazo, conocido también como Pazo de Quintáns, es de propiedad privada, por lo que acceder a él no es fácil. Fue construido entre 1945 y 1955 y está formado por un edificio principal y varias dependencias de distintas épocas. El edifico más alto, que haría las funciones de torre, es el más antiguo, aunque la parte más destacable de la casa es la torre. El conjunto aparece enmarcado por un muro de piedra decorado con pináculos y se integra a la perfección en el entorno rural que lo rodea.
Además del pazo y el puente, lo realmente interesante de A Ponte Maceira es pasear por su calle principal, tapizada en piedra, admirando la arquitectura tradicional gallega de sus viviendas, también de piedra y adornadas con balcones, sus no más de dos cruceiros, hórreos y palomares, además de la capilla de San Brais, alzada en el s. XVIII, que en su origen estuvo dedicada a la Virgen del Carmen y a la que en el s. XX se le añadió un ábside semicircular de estilo neorrománico.
A Ponte Maceira es un enclave rural precioso, digno de visitar en cualquier época del año, pero cada mes de julio cuando cobra un encanto especial. Es entonces cuando tiene lugar la llamada Noite en vela, en la que se celebra un concierto iluminado por más de 500 velas que engalanan el puente, haciendo que su legendaria belleza se multiplique.
Emma Sexto