Rincones de Galicia: Santuario da Virxe da Barca en Muxía, un templo de leyenda
Vinculado al Camino de Santiago que muchos peregrinos alargan hasta llegar a Fisterra, nació una pequeña ermita de leyenda situada en un marco incomparable junto al mar y que se ha convertido en uno de los mayores atractivos para visitar Muxía.
26 febrero, 2021 06:00Cuenta la leyenda que el Apóstol Santiago llegó un día hasta la costa de Muxía, desanimado por el poco interés que su discurso despertaba en las gentes del noroeste de la Península Ibérica, en su mayoría paganas. Fue entonces, mirando al profundo y salvaje océano, cuando vio una barca acercarse navegando hacia él. Asombrado, comprobó que tanto la barca como su vela y el timón eran de piedra.
Lo más sorprendente fue ver descender de la barca a la Virgen María, escoltada por una legión de ángeles, que se dirigió a Santiago con palabras de aliento, animándolo a continuar con la evangelización de Galicia. Los ángeles elevaron la figura de la Virgen hacia el sol naciente y en la orilla quedó, abandonada, su barca de piedra.
De esta barca quedaron tres rocas perfectamente reconocibles para los fieles que visitan este santuario, ¿te suenan? : La Pedra de Abalar, la Pedra dos Cadrís y la Pedra do Timón.
Las tres piedras sagradas del Santuario da Virxe da Barca
En Costa da Morte se tiene la firme creencia de que estas piedras tienen funciones sagradas. A la Pedra de Abalar, que correspondería al cuerpo de la barca, se le atribuyen propiedades adivinatorias. Hay que intentar subirse a ella y, tras formular una pregunta, lograr que sus más de 8 metros de largo y casi 7 de ancho, oscilen. Si es así, la respuesta es afirmativa; si la piedra permanece inmóvil, será negativa. La piedra está dañada hoy en día, por lo que es difícil seguir manteniendo la curiosa tradición.
La Pedra de Abalar también ha servido durante siglos para determinar la culpabilidad o inocencia de una persona ante un delito: si la piedra abala, el sospechoso es inocente, y si no, es culpable.
La segunda de las grandes piedras, la Pedra de Os Cadrís, representa la vela de la barca y dispone de un hueco en su parte inferior que hay que intentar traspasar para curar el lumbago y otros problemas de espalda, tal como se hace en otros santuarios de Galicia, como el de Pastoriza.
La Pedra do Timón es la única a la que no se le atribuyen poderes sagrados, pero muy cerca se halla la romántica Pedra dos Namorados, donde los amantes se juran amor eterno.
El Santuario da Virxe da Barca, un lugar de culto
Cuando se alcanza el Santuario da Virxe da Barca se tiene la sensación de estar ante un lugar muy especial, no sólo por lo sagrado del templo, si no por su espectacular enclave a pie de mar. Es un templo muy querido por los habitantes de Muxía, que lo han cuidado y reconstruido con mimo cada vez que ha sufrido una desgracia. Como el incendio de 2013, acaecido el mismo día de Navidad, que calcinó en techo y uno de los valiosos retablos del interior.
El santuario se ubica a medio km de la villa de Muxía, en el mismo lugar donde ya en el s. VI había una ermita. En el s. XV la nueva capilla se anexionó a la parroquia de Muxía y ya eran tantos los peregrinos y romeros que llegaban hasta allí que hubo que construir un Hospital de Peregrinos.
Ya en el s. XVIII se construyó el santuario actual, de estilo barroco y líneas clasicistas, con 325 metros cuadrados de superficie y planta de cruz latina. La sencillez de su exterior contrasta con el excelso paisaje que desde allí se contempla, todo un lujo para la vista.
La historia cultural de Muxía está íntimamente vinculada al santuario y las mágicas piedras que lo rodean, que han convertido a Muxía en uno de los centros de peregrinación más importante de Galicia, además de atraer cada vez más turismo a este bello enclave de Costa da Morte. A eso contribuye también la romería dedicada a la Virxe da Barca, que cada mes de septiembre se celebra en el templo, con procesión incluida.
Muxía también ha querido rendir homenaje a la tragedia del Prestige con la monumental escultura A Ferida, situada en 2003 en el Mirador Pena da Boixa con vistas al santuario y al litoral muxián.
Alrededores del santuario, más lugares mágicos
Pero no sólo en el Santuario da Virxe da Barca residen las leyendas de Muxía. En sus inmediaciones se encuentra la Fonte da Pel, muy cerca de la ruta de peregrinación a Santiago, donde los caminantes y enfermos se lavaban antes de entrar en el santuario para evitar contagiar la lepra.
En el mismo punto se ven dos enormes piedras que albergan un habitáculo, la Sala do Perello, que se dice estaba habitada por un sastre y que domina las vistas de este imponente tramo costero.
En el santuario se inicia un sendero que nos lleva hasta la cima del Monte Corpiño, a 68 metros de altitud, otro buen mirador para admirar el núcleo urbano de Muxía, con Cabo Vilán al frente, además del Monte Facho y las playas de Leis y O Lago.
Muxía es tierra de magia y de leyendas, y eso se palpa en su puerto, en sus calles, que merece la pena pasear antes de emprender la vuelta a casa, con el convencimiento de haber contemplado uno de los lugares con más encanto de la Galicia costera.
Emma Sexto