Conocida por su amplio litoral costero, sus pueblos marineros y su gastronomía del mar, Galicia se empeña en recordar que también dispone de un interior de gran encanto con pueblos y paisajes de montaña que nada tienen que envidiar a los de costa. Hay tantos que nos ha costado elaborar esta lista, en la que probablemente muchas otras poblaciones de interior merecerían estar por derecho propio.

1. Mondoñedo y su catedral arrodillada

Mondoñedo (Foto: turismo.gal)

No sólo es considerado uno de los pueblos más bellos del interior de Galicia, si no que el señorial Mondoñedo forma parte de la red de Los pueblos más bonitos de España. No es para menos, pues su conjunto monumental es exquisito. 

El principal reclamo turístico de Mondoñedo, además de sus famosas tartas, es su Catedral, conocida como “la catedral arrodillada” por su obvia desproporción, cuya fachada mezcla diferentes estilos y en la que destacan sus dos torreones barrocos. Pero Mondoñedo reserva al visitante lo mejor de su arquitectura en su casco histórico y en los pintorescos barrios que lo rodean, como el Barrio dos Muiños, en su pequeña judería y sus calles de aspecto medieval.

Las incontables rutas de senderismo que rodean la villa y la visita a la Cova do Rei Cintolo ponen el toque natural y, en el caso de la segunda, aventurero, a una escapada a este municipio, rey no sólo de las tartas si no de la monumentalidad, en la Mariña Central lucense

2. Melide, el centro geográfico de Galicia

 Melide (Foto: turismodemelide.com)

Considerado el centro geográfico de Galicia e importante paso del Camino de Santiago, en Melide se come uno de los mejores pulpos de interior que puedas probar en tierras gallegas

Hay muchos motivos por los que visitar Melide. Entre sus atractivos destaca su patrimonio arqueológico, pues en el municipio se han encontrado numerosos castros de la Edad de Hierro e importantes objetos que hoy se exponen en el museo de la localidad. La villa de Melide también alberga muestras de monumentalidad como iglesias, pazos barrocos y fuentes dignas de reseñar. 

Su incesante paso de peregrinos, por ser cruce de los Caminos Primitivo y Francés, convierte a Melide en centro del movimiento cultural de la comarca que, unido a su exquisita gastronomía formada por pulpo y queso artesanal, hacen de este municipio coruñés un punto de interés en cualquier viaje por la provincia de A Coruña. 

3. Padrón, tierra de Rosalía

Panorámica de Padrón (Foto: Shutterstock)

Otro de los pueblos que merece formar parte de esta selección es Padrón. Conocido por sus famosos pimientos de Herbón, por su patrimonio arquitectónico religioso, por su vinculación con el Camino y sobre todo, porque según la leyenda aquí fue donde arribaron los restos del Apóstol Santiago en su viaje desde Palestina, Padrón tiene mucha historia. 

También destaca por ser la tierra natal de dos importantes figuras literarias, Rosalía de Castro y Camilo José Cela, ambos con sendos museos en la localidad. Aquí dejaron su huella imborrable y convirtieron Padrón en una importante cuna de la literatura gallega, algo que se percibe en cada una de sus calles y plazas y en la admiración con la que sus habitantes cuidan de su recuerdo.

4. A Ponte Maceira, unida al Camino

A Ponte Maceira (Foto: turismo.gal)

En frasco pequeño se guardan los mejores perfumes y este parece ser el caso de A Ponte Maceira, una aldea medieval en el Concello de Negreira con un pequeño casco histórico que es capaz de albergar en tan reducido tamaño una iglesia, un pazo señorial, un puente de origen romano que hoy cruzan los peregrinos en su camino hacia Fisterra y un caudaloso río, el Tambre, frenado por una represa. 

La asociación Los pueblos más bonitos de España reparó en su belleza y desde diciembre de 2019 forma parte de la prestigiosa lista junto con otros dos pueblos gallegos también merecedores de esta consideración: Mondoñedo y Castro Caldelas. 

5. Monforte de Lemos, capital de la Ribeira Sacra

 Ponte Vella de Monforte (Foto: monfortedelemos.es)

La Ribeira Sacra es el principal motivo que mueve al viajero que se desplaza hasta Monforte de Lemos , al sur de la provincia de Lugo, motivado por el bello paraje natural del Miño y del Sil, sin grandes expectativas sobre este pueblo. Pero al llegar a Monforte se encuentra con un bello y espectacular casco histórico con vestigios judíos, varios museos con manifestaciones artísticas de interés, un bello puente medieval que cruza el río Cabe y un entorno natural a su alrededor digno de conocer. 

Por si no fuera suficiente, sus excelentes vinos con denominación de origen Ribeira Sacra y sus tapas elaboradas con productos locales convencen a quien visita Monforte de que allí merece la pena quedarse. 

6. Castro Caldelas, otro de los pueblos más bonitos del interior de Galicia

Castro Caldelas (Foto: turismo.gal)

Es el tercer pueblo gallego que se incluye en Los pueblos más bonitos de España. Será por el encanto de sus empinadas callejuelas, por sus galerías blancas y casas blasonadas o por su castillo medieval del s. XIV. 

Además quien se disponga a visitar las inmediaciones de Castro Caldelas descubrirá un municipio rico en viñedos y bosques mágicos regados por caudalosos ríos, un impresionante cañón sobre el Sil bajo sus espectaculares miradores, un importante patrimonio formado por arquitectura religiosa y monumental y una gastronomía de corte tradicional que hacen de este rincón de la Ribeira Sacra una perfecta base para visitar el resto de la comarca. 

7. Allariz, piedra y agua

Ponte de Vilanova en Allariz (Foto: turismo.gal)

Con uno de los cascos históricos más bonitos y bucólicos del interior de la comunidad, para muchos gallegos Allariz es considerado, sin miramientos, el pueblo más bello de Galicia

La imagen icónica del ourensano Allariz es su puente románico junto al Arnoia, río que cruza la villa y se convierte en uno de los espectadores de la vida diaria de la localidad con su permanente presencia. A su alrededor nacen espacios naturales, playas fluviales y zonas de ocio que hacen las delicias de vecinos y visitantes. El pequeño casco histórico de Allariz, repleto de reminiscencias medievales y un pintoresco Barrio Judío, junto con el Ecoespazo O Rexo y sus aldeas históricas, hacen que Allariz se proclame como el perfecto impás en nuestro paso por la provincia de Ourense. 

8. Ribadavia, en tierras del Ribeiro

Ribadavia (Foto: Emma Sexto)

Ya en tiempos de los celtas, los primeros pobladores de Ribadavia, se descubrió el potencial de Ribadavia como tierra de minas, oro y aguas termales ricas en minerales, siendo en la actualidad uno de los centros termales más importantes de Galicia. 

Además de este atractivo, el también ourensano pueblo (o villa) de Ribadavia cuenta con muchos otros, desde su Castillo de los Sarmiento hasta su histórico Barrio Judío, donde el tiempo parece haberse detenido en cada una de sus callejuelas. Por si fuera poco, es zona de viñedos, que se disponen sobre valles y laderas y dan como fruto uno de los caldos con denominación de origen más exquisito de la comunidad gallega: el Ribeiro

9. O Cebreiro, pallozas únicas

O Cebreiro (Foto: turismo.gal)

Si hay un símbolo indiscutible del paisaje de Os Ancares ese es la palloza, de la que en Pedrafita y en el núcleo de O Cebreiro hay una amplia representación. Aquí encontramos un nutrido conjunto de pallozas, que se concentran en los alrededores de la iglesia del pueblo y a lo largo de la única calle de la localidad. 

Con un interesante museo etnográfico, la emblemática iglesia de Santa María A Real con su leyenda del Santo Grial (el segundo templo más visitado de Galicia tras la catedral) y todas sus viviendas y su calle principal tapizadas en piedra, O Cebreiro no tiene apenas parangón como representante de la arquitectura típica de la montaña gallega. 

10. O Piornedo, la joya de Os Ancares lucenses

O Piornedo (Foto: turismo.gal)

Pero si hay una aldea que conserva la esencia de Os Ancares gallegos, de la vida en la montaña y de las tradiciones esa es O Piornedo. Quizá por su especial situación, a 1100 metros de altitud, alejada de todo, y por la dificultad de alcanzar la zona en algunas épocas del año en las que la carretera llega a cortarse por lluvias o intensas nevadas, O Piornedo ha logrado preservar su modo de vida

La aldea entera es un magnífico conjunto etnográfico formado por casas de montaña, pallozas, hórreos y alpendres, construcciones características de estos pueblos de alta montaña. Las pallozas, de época prerromana, son su elemento más llamativo, con su base de piedra y su singular techumbre vegetal que evita que entre al interior hasta la nieve más espesa. 

Todo el conjunto constructivo, son su pequeña iglesia coronando el pueblo y el enclave natural que lo rodea, la hacen merecedora de pertenecer a los pueblos más bonitos del interior de Galicia. 

Emma Sexto

https://unmundoinfinito.com/