La pandemia y las dificultades que se presentaron para poder viajar inspiraron al argentino afincado en Galicia desde hace más de 20 años, Gonzalo Volunterio, a comprarse una caravana y customizarla a su gusto para sentirse en "una casa sobre ruedas". El éxito cosechado por el resultado entre la gente que veía la furgoneta (muchos quisieron comprarla y acabó vendiéndola) le hizo reflexionar y decidió crear "La Vie au Van", una empresa a la que dedica el tiempo libre que le deja su trabajo en Inditex.
"Inspirar a la gente para vivir la vida en una furgoneta". Esta es la filosofía de este joven de 39 años que se dedica a "camperizar" furgonetas y caravanas con materiales sostenibles para crear "un hogar sobre cuatro ruedas", siempre aportando su toque personal con un "estilo rústico y vintage" con el que la gente pueda identificar que una furgoneta "es de Gon", tal y como él mismo cuenta. "Hago un trabajo diferente a lo que hay por ahí. Camperizo y hago todo a mano e intento no limitarme a poner en la furgoneta una cama y un baño, que eso lo puede hacer cualquiera", sino crear un hogar", explica.
Para realizar esta labor no utiliza nada industrial ni comprado a granel, sino que apuesta por materiales como madera de buena calidad que corta con serrucho, lija, barniza y pinta a mano, además de crear muebles a medida que se adapten al espacio disponible en cada vehículo y originales suelos, cuyo colorido recuerda a los baldosines típicos de Andalucía o Portugal. "Creo casas sobre ruedas con estilo rústico y vintage y las decoro yo mismo porque no quiero que todas las furgonetas sean iguales", apunta.
Aprendiz de carpintero y sensación de "casa rural"
La primera furgoneta que transformó Volunterio fue totalmente a mano, y para suplir sus escasos conocimientos sobre carpintería se ayudó de un amigo profesional que le ha enseñado lo que sabe. "No tenía mucha experiencia en este ámbito y sabía lo que quería, pero no trasladarlo a la furgoneta", rememora, a la vez que deja claro que "cuando la gente vea las furgonetas le gustaría que supieran que son obra suya y no una simple furgoneta camperizada". "Camperizar lo hace cualquiera poniendo una cama y algunos utensilios más", dice.
A la hora de customizar, en su forma de trabajar no contempla, por ejemplo, panelar los muebles de la cocina, y en cuanto a los recubrimientos que suelen ir incorporados en los modelos Camper, Volunterio no los pone porque opta por poner madera que pinta "para dar un toque de color". "Hacer las cosas a mano lleva más tiempo pero no encarece el precio, sino que significa que lleva mucho más mimo, porque intento darle cariño a las cosas. Hago muebles a medida con un toque personal y quiero que el resultado final de sensación de calidez", cuenta.
"Hay caravanas súper bonitas y equipadas y el otro día hice un viaje en una pero no me dio esa sensación de calor, estás como en un hotel, y lo que quiero yo es que la gente con las furgonetas vaya como a una casa rural", argumenta. Entre sus trabajos más inmediatos, se encuentra el transformar una antigua ambulancia Mercedes, cuyo interior ha vaciado por completo para iniciar el proyecto desde cero. "Quité todo lo que había hasta quedar en la chapa y voy comprando todos los elementos para camperizarla poco a poco. Llevará cama, cocina, inducción con dos fuegos, electricidad en 12 voltios para ser autosuficiente (con 220 megavatios para enchufar un ordenador sin problemas, entre otros), iluminación led directa e indirecta, baño químico, ducha de agua caliente exterior o microondas.
Además, el fundador de la Vie au Van también está esperando a que llegue a Galicia la furgoneta que ha comprado un amigo de Narón y que viene desde Alemania. "Esa furgoneta necesita mucho cariño, yo no hago chapa pero todo lo que va dentro tiene que ser acorde con lo de fuera. La camperizaré y luego la llevará al chapista que haga su labor acorde al aspecto interior", detalla.
Pintura a la tiza y equipamiento según las necesidades
Uno de sus rasgos distintivos a la hora de trabajar es que lo hace con pintura a la tiza, un elemento muy recurrente para pintar sobre muchas superficies diferentes (madera, cemento, plástico, cristal…) y generar diversos efectos en los muebles. Una técnica que pudo probar en su primera experiencia con las furgonetas gracias a una Volkswagen antigua que compró. De momento, ha camperizado tres furgonetas y sus clientes son de Galicia y Madrid, aunque subraya que "esto no deja de ser un hobby, una afición que le gusta compartir con la gente" porque considera que se le da bien. "Algunos días salgo de trabajar a las 15:00 y me pongo a ello y hasta las 23:00 no llego a mi casa", admite.
En cuanto a las tarifas, Volunterio expone que "dependen de los tamaños de las furgonetas y del equipamiento", sobre lo que matiza que también influyen las necesidades de cada persona. "Algunos prefieren microondas si tienen niños, otros una nevera más grande para meter cuatro cajas de Estrella Galicia y algunos espacio para cafetera de cápsulas a mayores al disponer de corriente", ejemplifica. "A partir de 700 euros se pueden hacer muchas cosas", concreta.
"Boom" de las caravanas
Antes de la pandemia y en este 2021 incluso más, Volunterio asegura que se está viviendo un "boom de las caravanas", dado que hay mucha demanda, lo que ha provocado que en muchas ocasiones posibles compradores se hayan echado atrás por lo desorbitado de los precios. El modo de trabajar en La Vie au Van es sencillo: los clientes hacen la solicitud especificando el tipo de vehículo que quieren transformar, para a continuación, que Volunterio les haga un boceto con su propuesta en función de los gustos personales de los propietarios, todo ello enmarcado dentro del estilo de Gonzalo, que se orienta sobre todo a lo rústico.
"No hago esto por ganar dinero, le dedico mi tiempo porque me encanta e intento hacer los trabajos que encajan con lo que sé hacer y que me inspiran", concluye ilusionado y enfocado en este nuevo proyecto que ha nacido, en parte, gracias a la crisis sanitaria del coronavirus.