En Galicia es muy fácil ir a la playa, pero muy difícil elegir a cuál. Con 1.498 kilómetros de costa y más de 900 arenales, hay una gran variedad de playas para todos los gustos. Algunas de ellas se han hecho famosas y todo el mundo quiere conocerlas, como la Playa de Rodas o Las Catedrales.
Además tenemos playas de gran belleza, menos frecuentadas que sus competidoras “las mejores playas de Galicia”, que también merecen estar en esa selección. Ponen el nivel muy alto, aunque no son ninguna de esas playas que cada verano queremos visitar porque aparecen en algún listado de imprescindibles. Aunque, sin duda, podrían formar parte de él.
1. Playa de Os Castros-Illas, Ribadeo
Que la Playa de las Catedrales es una de las mejores playas de Galicia es una obviedad. Que se ha convertido en un monumento natural y ha perdido su función como destino playero, también. Ya no es posible tumbarse al sol o bañarse tranquilamente en la bella y salvaje Augasantas y hasta hay que solicitar un permiso para bajar hasta ella en temporada alta.
Pero muy cerca hay una playa que podría figurar entre las mejores de la Mariña Lucense: la Playa de Os Castros-Illas, un arenal de unos 200 metros de extensión atrapado entre formaciones rocosas similares a las de su vecina más célebre.
De oleaje moderado, algo ventosa y con baja ocupación, tiene el encanto de que se accede a ella cruzando una cueva. Sólo se puede visitar con marea baja.
2. Playa de Caolín, O Vicedo
El municipio de O Vicedo es otro de los paraísos costeros de la provincia de Lugo. Conocido por la ruta panorámica O Fuciño do Porco, alberga algunas de las playas más bonitas de Galicia. Las playas de Xilloi y Area Longa son las más famosas, pero quizá desconozcas que entre estas playas hay una pequeña cala que no desmerece en belleza.
Es la Playa de Caolín, situada muy cerca del límite con la provincia de A Coruña. Es muy resguardada, de arena fina y aguas color esmeralda. Su reducido tamaño hace que se llene pronto, por lo que hay que ir temprano para disfrutar del “Caribe gallego” al que recuerda esta fascinante playa.
3. Playa de Lumebó, Ferrol
Acaba de saltar a la palestra gracias al diario británico The Times, que la nombrado una de las “mejores playas de España”, pero hasta ahora la Playa de Lumebó en Ferrol era una auténtica desconocida.
A ello contribuye su aislamiento: sólo se puede llegar a ella con marea baja a través de una ruta exigente debido a lo escarpado del terreno. Muy protegida del viento gracias a las caprichosas formas que la rodean, la pequeña cala de Lumebó es un reducto salvaje sin ningún tipo de servicios donde vivir el atardecer es una experiencia única.
4. Playa de Niñóns, Ponteceso
Si no conoces la zona es posible que tardes en llegar a la Playa de Niñóns, uno de los secretos mejor guardados de Costa da Morte. Situada entre montes y arboledas, es una playa con zonas de sombra y muy tranquila.
Su forma de media luna y su enclave lejos de cualquier área urbanizada convierten a esta playa salvaje en un lugar lejos de masificaciones, perfecto para disfrutar de un apacible día de playa.
5. Playa de Rebordelo, Cabana de Bergantiños
Llegamos a otra playa escénica de Costa da Morte situada en uno de sus municipios menos visitados. Es la Playa de Rebordelo, en Cabana de Bergantiños, un arenal de 200 metros de extensión rodeado de naturaleza virgen y con oleaje moderado.
Dispone de un área de aparcamiento y un pequeño merendero, pero eso es todo lo que encontrarás que te recuerde a la civilización. Por esta bonita playa pasa el Camiño dos Faros en su tercera etapa que va de Ponteceso a Laxe, por lo que puedes aprovechar para hacer un tramo de este sendero y contemplar la playa desde lo alto.
6. Playa de Soesto, Laxe
El municipio de Laxe cuenta con playas de película como su arenal urbano, conocido como Playa de Laxe, en el que el color de las aguas y de la arena parecen de otro planeta. O la extensa Playa de Traba, un espacio protegido de alto valor ambiental que cuenta entre las mejores playas gallegas.
En medio está la Playa de Soesto, no tan conocida como las anteriores. Con sus 1.000 metros de longitud es una playa amplia, está rodeada de montañas y ubicada en un entorno agreste, lo que la convierte en una playa tranquila.
Es algo ventosa, frecuentada por aficionados al surf, con zona de aparcamiento y merendero. Al encontrarse en mar abierto puede haber fuerte oleaje y corrientes y hay que bañarse con mucha precaución.
Para contemplar la Playa de Soesto conviene subir al Petón do Castro, que ofrece unas vistas espectaculares de Soesto y su entorno.
7. Playa de Lariño, Carnota
Es la última playa de Costa da Morte antes de entrar en el municipio de Muros y, como le sucede a Soesto, lo tiene difícil para destacar entre los dos grandes arenales entre los que se sitúa: la Playa de Carnota y la Playa de Area Maior.
Sin embargo, la Playa de Lariño goza de una situación privilegiada y se convierte en una de las mejores de la zona gracias a su bello entorno dunar y a la presencia del Faro de Lariño, actualmente hotel, que la convierte en una auténtica postal.
8. Playa de Castiñeiras, Cangas
O Morrazo es una de las comarcas de Galicia con las playas más bonitas. Es el caso de la Playa de Castiñeiras en la Ría de Aldán, que se ve eclipsada por otras de la zona como las playas de Barra y Melide.
La Playa de Castiñeiras forma parte de una sucesión de pequeñas calas separadas por rocas. Es una playa muy acogedora, de aguas cristalinas y no muy frías por su ubicación, muy recogida, por lo que es ideal para el baño y muy adecuada para ir en familia.
9. Playa de Figueiras, Islas Cíes
Son el paraíso isleño de Galicia. Las Islas Cíes cuentan entre sus arenales con la que fue declarada en 2007 por The Guardian como “la mejor playa del mundo”. La Playa de Rodas es la estrella indiscutible del Parque Nacional Marítimo-terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia. Y es una playa espectacular, de eso no hay duda.
Pero las Islas Cíes cuentan con otras playas menos frecuentadas que también merecen estar en los primeros puestos de las listas de mejores playas de Galicia. Entre ellas destaca la Playa de Figueiras, también llamada Playa de los Alemanes por ser la preferida de los turistas germanos que visitaban las islas en los años 70.
El arenal de Figueiras cuenta con 350 metros de longitud, es una playa resguardada, de aguas turquesa y arena blanca y fina. Una verdadera sorpresa para quien viaja a las Cíes con el convencimiento de que sólo hay una playa bonita.
10. Playa do Almacén, Isla de Sálvora
No es fácil acceder a Sálvora, una isla deshabitada que sólo se puede visitar en excursión y con guía, pero merece la pena llegar hasta ella por muchos motivos, uno de ellos son sus playas.
Sálvora cuenta con tres playas que son auténticas joyas naturales. Dos de ellas están resguardadas de las visitas y sólo se puede acceder a una: la magnífica Playa do Almacén es un paraíso de arena blanca y fina y aguas transparentes, aunque muy frías.
Lo que hace especial esta playa son las edificaciones que la rodean, de reciente construcción: el Pazo de Sálvora o Pazo de Goyanes, que hoy acoge un pequeño museo, la Capilla de Santa Catalina, vieja taberna de pescadores convertida en templo y una estatua de piedra que parece estar oteando el horizonte marino, la Sirena Mariña, rodeada de leyendas.
Emma Sexto