Señalada como una de las esculturas más bizarras, ya no solo de Galicia, sino de España, los percebes de Aguiño, en el municipio coruñés de Ribeira, se han convertido en una de las obras de arte más llamativas de la zona.
Lo que empezó como una pretensión de hacer honor a los voluntarios que ayudaron a limpiar el mar durante la tragedia del Prestige, se acabó convirtiendo en algo diferente. El creador de la escultura, Gonzlao Sarasquete, natural de Ribeira, y afincado en Palma de Mallorca, lo explica de la siguiente manera: "Fue un proyecto que me negué a hacer porque quería fuera para el Prestige, pero al final se hizo sobre el percebe".
El hundimiento del petrolero Prestige, en noviembre de 2002, en la costa gallega, a apenas unas millas de las illas Cíes, provocó una "marea negra", que llenó de fuel buena parte de las Rías Baixas, haciendo peligrar decenas de ecosistemas y la subsistencia de buena parte de la gente del mar. Con todo el incidente también es recordado por la actitud con la que los gallegos se lanzaron a proteger el espacio natural más preciado. Miles de personas pasaron meses limpiando de chapapote las playas y su trabajo culminó en el movimiento Nunca Máis, que consiguió un cambio en la legislación para prohibir que petroleros monocasco naveguen en las costas españolas.
La obra, formada por cuatro estatuas blancas de cuatro metros de alto, es una representación naturalista del producto estrella de la parroquia, el percebe de Aguiño. Aunque parecen distintos, el grupo de moluscos salió del mismo molde y están todos hechos de hormigón técnico.
Sarasquete cuenta que, cuando el alcalde le dijo que iba a abrir un concurso para la escultura sólo si él se presentaba, lo hizo participando con la obra "más animal" posible para así no ser seleccionado. Aún así, lo consiguió, y se dispuso a construir la escultura Mar bravo, mar limpo.
La escultura se inauguró oficialmente en la fiesta del percebe en 2015, con una placa que lo califica como un tributo a los hombres y mujeres que con su esfuerzo y coraje engrandecen el mejor percebe del mundo. Sarasquete va más allá en la explicación y señala que es a la vez un recuerdo a la comunidad marinera pero sobre todo es un recuerdo para ,como reza su nombre, mantener el mar limpio.
"A mi manera recordé a los voluntarios del Prestige. Los percebes son blancos, un color que simboliza la pureza, para precisamente honrar que el amor tiene que permanecer limpio y cuidado. Sin él así no tendríamos ni percebes, ni marisco ni muchas cosas", señala el escultor.
A pesar de todo, no fue una escultura fácil técnicamente. "Cada uno de los bichos pesa más de 8.000 kilos. Fue un reto", dice Sarasquete. El proceso de colocar la estructura de metal, y rellenar el molde con el hormigón técnico blanco requiere mucha paciencia y precisión técnica, sobre todo para evitar burbujas de aire, que estropeen el acabado final de la escultura.
La recepción del conjunto ha sido, cuando menos, variada. A la mayoría le da igual, a algunos les encanta, y a algunos vecinos, que esperaban que la obra ganadora tuviera la firma de un aguiñense, les horroriza. "La gente es como es, me han llegado a decir que las llaman las picholas de Aguiño, pero es que los percebes tienen esa forma, no hay más vuelta".
A pesar de que el escultor es más conocido por su trabajo abstracto y no tanto naturalista, no se arrepiente de haber erigido un monumento que al final tiene como objetivo recordar un mensaje importante, que es el de cuidar del entorno natural que soporta la economía de las familias del lugar. “No me importa que medios como El País lo hayan incluido en su lista de esculturas más bizarras, en esa misma lista están el Ángel caído del Retiro o Mamá del Guggenheim de Bilbao, que son piezas muy buenas de artistas importantes”.
Otras esculturas en honor a la gente del mar
En la comarca de Barbanza no es inusual encontrarse con monumentos que buscan homenajear a los trabajadores del mar. En el mismo Aguiño, no muy lejos de la escultura de los percebes, está la Aguja, una estatua en honor a la labor de las redeiras, así como la escultura de piedra de los marineros recogiendo sus redes en la dorna.
En A Pobra do Caramiñal, en el paseo marítimo de Os Areos hay una estatua en honor a la mujer trabajadora del mar, mientras que en Muros hay una mujer mayor que representa las muertes perdidas en el Atlántico.