Si hay algo que caracteriza a Mondoñedo es la icónica imagen de la estatua sendente de Cunqueiro disfrutando eternamente de las mejores vistas a la catedral. El templo, conocido como “la catedral arrodillada” por su baja altura, es el tesoro monumental del municipio lucense que en verano queda eclipsado por la proximidad de otras catedrales, esta vez naturales.
La Playa de las Catedrales es la estrella de la Mariña Lucense en temporada estival, pero en otoño toca mirar también al interior y descubrir nuevos caminos, rincones y sendas.
Una de ellas es la Ruta da Auga de Mondoñedo, un recorrido circular de poco más de 10 kilómetros de baja dificultad, que lo hace ideal para dar un paseo familia y combinar con una visita al casco histórico de Mondoñedo.
Nuestra caminata comienza en A Fonte Vella, a escasos minutos andando de la catedral. Es el primer contacto con el agua de la ruta a través de esta fuente, que ordenó construir el obispo Diego de Soto en 1548. En ella desembocaban varios manantiales que proporcionaban agua a la villa durante gran parte del año. Es una construcción monumental, no en tamaño pero sí en estilo, con su arco abovedado coronado por el escudo imperial de Carlos V.
Curiosamente la fuente está justo enfrente de la casa donde nació el escritor Álvaro Cunqueiro, que afirmaba que esta desprendía “aroma a hierba recién cortada y con él podría elaborarse un perfume de otoño”.
Pasamos cerca del Barrio dos Muiños, con su característico puente y sus talleres de artesanía, y comenzamos a subir hacia zona boscosa donde se mezclan especies arbóreas autóctonas con otras invasoras como el eucalipto. Aunque el camino va en ascenso, la inclinación es suave y no entraña dificultad, pero sí permite contemplar la villa de Mondoñedo desde lo alto, con sus tejados de pizarra dominando el paisaje.
Seguimos nuestro paseo y vamos cruzando varias aldeas, como las diminutas Valiñadares (que toma el nombre del río que riega este valle) o Supena, que nos deleitan con su arquitectura tradicional gallega.
Si continuamos el ascenso llegaremos hasta una de las cuevas kársticas más sonadas de Galicia y la más grande de la comunidad. Es la Cova do Rei Cintolo, un sorprendente lugar en el que la acción del agua fue erosionando la roca y originando galerías, corredores y distintas salas con formaciones rocosas de gran belleza: estalactitas, estalagmitas, columnas, coladas…
Resulta increíble pensar que la cueva estuvo habitada en el pasado como así atestiguan algunos restos humanos encontrados en ella que corresponden al Paleolítico Superior, además de objetos como una punta de flecha de sílex.
La ruta puede ser la excusa ideal para visitar la Cova do Rei Cintolo, pero hay que hacerlo mediante visita guiada y reserva previa. El coste es de 15 euros y la edad mínima para acceder es de 11 años.
Saliendo de la cueva nos quedan sólo dos kilómetros, haciendo un tramo asfaltado y parte del “Sendero de las Siete Vueltas”, para desviarnos hasta uno de los enclaves más bonitos de esta ruta: el Salto do Coro.
El Salto do Coro es una pequeña cascada de 15 metros de altura en caída muy vertical que desemboca en una poza. En verano tiene muy poco caudal de agua por lo que merece la pena hacer esta ruta en otoño, cuando empiezan las primeras lluvias, o en primavera: la “fervenza” llevará más agua y lucirá más. Una vez hemos admirado la cascada emprendemos el camino de vuelta reincorporándonos al Rego de Valiñadares rumbo al Barrio dos Muiños hasta alcanzar de nuevo A Fonte Vella, el punto de inicio.
El casco histórico de Mondoledo nos espera. Es altamente recomendable visitar el interior de la Catedral Basílica de la Asunción, construida por el Obispo Martiño entre 1230 y 1248, que acoge dos imponentes órganos del s. VIII y varias pinturas murales del s. XIV, además de un completo Museo Catedralicio.
El Seminario de Santa Catalina del s. XVII con su importante biblioteca, la Iglesia Nueva o los restos de las murallas medievales del s. XIV -Porta da Fonte, Porta de Batitales, Porta da Cruz, Porta das Angustias- son otros de los elementos del patrimonio histórico de Mondoñedo a los que nos podemos acercar.
No olvidemos tampoco que en la villa nacieron ilustres personajes. Además de Cunqueiro, Leiras Pulpeiro, Pacheco y Pascual Veiga, autor de la música del Himno Galego, descansan en el Cementerio Vello, que dispone de áreas de paseo. La siempre animada Alameda, el Santuario dos Remedios con sus vistas al valle y una buena tarta de Mondoñedo ponen el broche de oro a este improvisado paseo por el casco viejo mindoniense tras culminar una de las rutas senderistas más frecuentadas de la zona: la Ruta da Auga.
Emma Sexto