La naturaleza puede ser realmente fascinante y Galicia, por suerte, conforma un increíble mosaico de paisajes naturales que se extiende desde la costa hasta la montaña. De entre todos ellos, los bosques gallegos se presentan como auténticos remansos de paz y belleza en los que poder adentrarse y desconectar de los ritmos frenéticos e inmortalizar con la retina algunas de las escenas más bonitas de toda la región.
Aunque cualquier momento del año resulta idóneo a la hora de realizar una ruta de senderismo entre bosques, el otoño y sus colores suponen una de las épocas más especiales a la hora de sumergirse en la naturaleza gallega. Así que antes de que el invierno llame a nuestra puerta para quedarse, en esta breve guía os proponemos un recorrido para descubrir algunos de los bosques con más encanto de Galicia para despedir el período otoñal.
Fragas do Eume (A Coruña)
El Parque Natural de las Fragas do Eume es probablemente uno de los espacios naturales más conocidos, mágicos y visitados de toda Galicia; además de ser uno de los bosques atlánticos de ribera mejor conservados a nivel europeo. El parque está formado por más de 9.000 hectáreas de terreno, siguiendo el curso del río Eume entre las localidades de Cabanas, As Pontes, A Capela, Pontedeume y Monfero. Por todo el territorio se reparten numerosas rutas de senderismo que recorren los principales miradores y puntos más emblemáticos de las Fragas do Eume, tales como el Monasterio de Santa María de Monfero o el Castillo de Andrade.
Devesa de Nimo (Noia, A Coruña)
La Devesa de Nimo en Noia es un paraje idílico de bosque mixto que ocupa unas 150 hectáreas de terreno en los márgenes del río Tambre, especialmente en el tramo que va desde Brión hasta la central hidroeléctrica. El lugar, de gran valor ecológico y ambiental, presenta diferentes formaciones de ribera como robles, sauces, acebos y avellanos entre otras especies arbóreas. En el entorno también conviven una gran variedad de helechos, hongos y líquenes, así como una importante fauna salvaje formada por nutrias, garzas o jabalís.
Fraga de Cecebre (Cambre, A Coruña)
Unos de los enclaves más singulares de A Coruña nos traslada hasta la localidad de Cambre, donde se ubica la Fraga de Cecebre, un rincón repleto de historias y naturaleza que nos hace sumergirnos en el universo literario de de Wenceslao Fernández Flórez y su bosque animado. De hecho, existe una pequeña ruta señalizada que recorre algunos de los lugares más emblemáticos de su obra.
Bosque Encantado de Aldán (Cangas, Pontevedra)
Bosque Encantado de Aldán, Finca de Frendoal o Casa do Conde… No importa el nombre por el que es conocido este enclave de Cangas do Morrazo, sino la magia que desprende cada rincón de su territorio debido a sus paisajes y antiguas leyendas. Además, este bosque típico atlántico atesora una belleza única e inherente, a pesar de mostrar un estado de conservación algo descuidado. De hecho, y paradójicamente, ese mismo estado de abandono es uno de los encantos principales del bosque de Aldán, sobre todo en puntos como el castillo de apariencia medieval oculto entre la vegetación.
Fraga de Catasós (Lalín, Pontevedra)
Uno de los enclaves naturales de mayor encanto de Galicia se encuentra en la localidad de Lalín, muy cerca de la sierra do Candán. Hablamos de la Fraga de Catasós, también conocida como Carballeira de Quiroga, que fue declarada Monumento Natural y reconocida como Espacio Natural de Interés Local (ENIL) por su enorme riqueza y valor medioambiental. Este bosque caducifolio de carácter atlántico se encuentra repleto de robles y castaños centenarios, y por ello la fraga forma parte del Catálogo de Árboles Singulares de la comunidad gallega.
Monte Aloia (Tui, Pontevedra)
Considerado el tesoro natural del municipio de Tui, el Monte Aloia conforma el primer Parque Natural de Galicia ―y el más pequeño de los existentes―, declarado como tal en el año 1978. Este conjunto montañoso se sitúa en el límite sur de la conocida como sierra do Galiñeiro, ocupando una extensión de tan solo 750 hectáreas. El Monte Aloia dispone de una extensa red de caminos, con hasta seis impresionantes miradores y varios merenderos distribuidos por todo el enclave para que sus visitantes puedan disfrutar plenamente de la naturaleza.
Bosque de Carballido (A Fonsagrada, Lugo)
Sin lugar a dudas la provincia de Lugo alberga algunos de los enclaves naturales con mayor encanto de Galicia. Uno de los más destacados es el bosque do Carballido, que se localiza en el lugar de A Fonsagrada. Además, el entorno ha sido declarado Lugar Forestal de Importancia Comunitaria (LIC) y Zona de Especial Protección de los Valores Naturales. En este punto se encuentran los singulares barrancos de pizarra del río Rodil, así como también una sucesión de espectaculares valles fluviales de gran diversidad ecológica.
Bosque da Fervenza (O Corgo, Lugo)
El centenario Bosque da Fervenza es otra de las mejores opciones para disfrutar de la naturaleza y despedir el otoño en Galicia. Esta fraga atípica se encuentra enmarcada dentro de la Reserva da Biosfera Terras do Miño, en los límites territoriales del municipio de O Corgo, justo en la desembocadura del río Neira. Además, cabe destacar que se trata de un bosque autóctono que el río inunda de forma periódica, con robles de más de 300 años e imponentes alisos que dan lugar a un paisaje muy singular repleto de lagunas, charcas e islas fluviales.
O Courel (Lugo)
Situado en el sureste de la provincia de Lugo, la cordillera montañosa de O Courel se extiende a lo largo de 21.020 hectáreas por los municipios de Folgoso do Courel, Quiroga y Pedrafita do Cebreiro. Una de las zonas de mayor riqueza natural y paisajística de la sierra es la conocida como Devesa da Rogueira, reconocido como Sitio Natural de Interese Turístico y que conforma una de las reservas botánicas más interesantes e importantes de Galicia. De hecho en el año 2020 obtuvo la calificación otorgada por la FSC (Forest Stewardsip Council) por su gestión y conservación de la biodiversidad.
Teixadal de Casaio (Carballeda de Valdeorras, Ourense)
Situado en el municipio ourensano de Carballeda de Valdeorras, concretamente en el Macizo de Pena Trevinca, el Teixadal de Casaio está considerado el bosque más antiguo de Galicia y uno de los más importantes de Europa, ya que se trata de uno de los pocos que puede presumir de tener los tejos más grandes y mejor conservados. De hecho, algunos de estos más de 400 ejemplares de tejos de más de 400 años de antigüedad, si bien el origen del bosque se remonta al período Terciario. Se trata de un lugar aislado y de difícil acceso ―muy ligado también a las minas de wolframio y la historia de los maquis―, y es por ello que merece la pena alcanzar este espacio de gran riqueza natural.
Bidueiral de Gabín (Montederramo, Ourense)
Integrado en la Red Natura 2000, el Bidueiral de Montederramo, o de Gabín, es un enclave conocido por ser uno de los bosques de abedules, con vegetación eurosiberiana, más meridional de Europa. Situado entre la Ribeira Sacra y el Macizo de Quixa-Manzaneda, se trata de un conjunto boscoso que suma una gran importancia ecológica ya que entre sus límites se integran cientos de especies arbóreas ―también de flora y fauna― como los abedules, pero también otras como acebos, servales, arándanos o robles. Existe una ruta homologada (PR-G 182: Ruta do Bidueiral de Gabín) que asciende hasta el Pico de San Mamede, un sencillo itinerario de 9 kilómetros que recorre el interior de esta arboleda hasta la cima.
Bosque Santa Cristina de Ribas de Sil (Ourense)
En el corazón de la Ribeira Sacra, en la ladera sur del Cañón del Sil, se puede contemplar un imponente bosque formado por la silueta de miles de castaños y robles. En mitad de esta frondosa arboleda se oculta una joya medieval con siglos de historia: el Monasterio benedictino de Santa Cristina de Ribas de Sil, cuyo origen se remonta al siglo IX, si bien no se consideró monasterio como tal hasta el XII. Existen varias rutas que permiten recorrer este mágico bosque, una de las más extensas parte desde la plaza del Barquillero de Parada de Sil hasta la edificación ―en total, más de 18 kilómetros.
Souto de Rozavale (Manzaneda, Ourense)
En la localidad ourensana de Manzaneda, a lo largo de dos hectáreas de superficie boscosa, se extiende un espacio verde protegido de gran valor natural y paisajístico. Hablamos del Souto de Rozavales, declarado Monumento Natural por la Xunta de Galicia en febrero del año 2000. Uno de los elementos más destacados del lugar son los numerosos castaños centenarios que pueblan el espacio, entre ellos el Castaño de Pumbariños ―incluido dentro del catálogo de árboles singulares de Galicia―, un ejemplar cuyo perímetro supera los doce metros y que alcanza los 8 metros de altura. Además, la zona se encuentra repleta de bancos y mesas de madera que permiten a sus visitantes disfrutar una jornada completa entre naturaleza.