Imaginando una selección rigurosa que pone el foco en verdaderos espectáculos de la naturaleza o en aquellos logros arquitectónicos y culturales que, de un modo u otro, han definido a la humanidad, hablar de las siete maravillas del mundo sería quedarse corto si fijamos la vista en Galicia. Y es que, desde la serpenteante costa atlántica y cantábrica hasta el interior más montañoso de Lugo y Ourense, el territorio gallego alberga entre sus límites un sinfín de rincones dignos de ser conocidos o visitados, cuanto menos, una vez en la vida. Reducir esta lista a siete maravillas sería dejar atrás un sinnúmero de tesoros que deberían formar parte de toda hoja de ruta de cualquier viajero que decida recorrer la comunidad. Es por ello que, en esta ocasión hemos querido darnos la licencia de crear un ranking particular de reliquias de Galicia e incluir hasta 15 rincones mágicos que todo gallego o visitante debería descubrir en alguno de sus próximos viajes por la región.
La playa das Catedrais (Ribadeo)
Enclavada en el límite occidental de la vertiente cantábrica de la Mariña Lucense, la playa das Catedrais se ha convertido en uno de los lugares más visitados del norte gallego. Este tesoro natural de Ribadeo sorprende a todo visitante tanto por su enorme sigularidad como belleza. El espectáculo visual que se produce en este arenal resulta especialmente extraordinario cada vez que baja la marea, pues la estampa generada conforma un paisaje mágico repleto de arcos naturalares, escarpados y pequeños acantilados e incluso varias cuevas marinas. Las curiosas formaciones rocosas de la playa das Catedrais alcanzan los 90 pies de altura, cuya semejanza con los elevados arcos de las catedrales góticas es la razón por la cual esta extensa lengua de arena recibe dicho nombre de forma popular.
La muralla Romana de Lugo
De entre todas cuantas existen en el mundo, el centro urbano de Lugo alberga la muralla romana más antigua y mejor conservada de nuestros tiempos. Dichos muros cercaban hace siglos a la antigua ciudad de Lucus Augusti, constituida como tal en el año 13 a.C. Lo cierto es que la muralla lucense fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco ya en el año 2000, en gran medida debido a su enorme valor, belleza y riqueza histórica. Los restos que todavía se mantienen en pie tienen una longitud de 2.266 metros y se encuentran coronados por 85 imponentes torreones. Además, como dato curioso cabe destacar que la archiconocida Gran Muralla China de Qinhuangdao se encuentra hermanada con su versión reducida en Galicia desde el año 2007.
El Souto da Retorta (Viveiro)
En el corazón verde de Viveiro se esconde un monumento natural que merece la pena descubrir por su enorme belleza e importancia a nivel continental. Hablamos del Souto da Retorta, también conocido como eucaliptal de Chavín, un paraje único a orillas del río Landro que alberga en su interior algunos de los eucaliptos más altos y viejos de toda Europa. De entre los más de 600 ejemplares gigantes que allí conviven (muchos de ellos superan incluso los 80 metros de altura), destaca el curioso caso del bautizado como "O Avó de Chavín", considerado hasta el momento el de mayor envergadura de su especie en Galicia. Lo cierto es que hasta hace sólo unos años, el ejemplar también mantenía dicho título en Europa, pero la aparición de un eucalipto mayor en Portugal y la reducción de su tamaño por culpa de un hongo han hecho perder el liderazgo a O Avó del Souto da Retorta.
Punta Fuciño do Porco (O Vicedo)
La costa norte de Galicia presume de tener un mirador que parece sacado de una auténtica escena de Juego de Tronos. Hablamos de Punta Fuciño do Porco, un enclave mágico que en apenas unos años se ha convertido en uno de los rincones más visitados de toda la Mariña Lucense e incluso de Galicia. Lo cierto es que este lugar de la costa de O Vicedo constituye un verdadero espectáculo visual, pues la extraordinaria senda entre pasarelas de madera que atraviesa varios acantilados, arenales y cuevas marinas ofrece a su vez una de las mejores vistas del norte gallego, con un horizonte marcado por el mar cantábrico y la ría de Viveiro.
Acantilados de Vixía de Herbeira (Serra da Capelada)
A Serra da Capelada alberga en sus límites otro de los grandes hitos de la naturaleza gallega, pues es precisamente en su línea de costa entre las rías de Cedeira y Ortigueira donde se enmarcan los acantilados con mayor cota sobre el nivel del mar de la Europa Continental. Estos escarpados precipicios conocidos como Vixía de Herbeira alcanzan los 613 metros de altura en su punto más alto, unas dimensiones que los convierten en los cuartos de Europa (si tenemos en cuenta las islas) tras los de Hornelen, Cabo Enniberg y Croaghaun. Además, las vistas desde este punto de la Serra da Capelada ofrecen una estampa espectacular de la Costa Ártabra, con la naturaleza agreste recorriendo la costa y el feroz océanos rompiendo contras las rocas más cercanas a la tierra.
Las Fragas do Eume
Considerado como uno de los bosques atlánticos de ribeira mejor conservados de Europa, las Fragas do Eume deberían estar incluidas en la ruta de cualquier viajero por el norte de Galicia. Este singular espacio boscoso abarca más de 9.000 hectáreas que se extienden por los municipios coruñeses de Cabanas, A Capela, As Pontes de García Rodríguez, Monfero y Pontedeume. Además, todo el área de parque natural ha sido declarada como Zona Especial de Conservación (ZEC). Más allá de su alto valor natural y medioambiental, As Fragas do Eume es del mismo modo un ejemplo de enorme riqueza histórica y paisajística, ya que dentro de sus límites también podremos encontrar varios históricos monasterios y miradores que permiten disfrutar del espectáculo de esta joya de la provincia de A Coruña.
La Torre de Hércules (A Coruña)
La Torre de Hércules no sólo es uno de los grandes símbolos arquitectónicos de la ciudad de A Coruña, sino que constituye a su vez uno de los hitos más importantes de la historia, ya que se trata del faro romano en funcionamiento más antiguo del mundo. Lo cierto es que este vigía coruñés es uno de los mejor conservados de la época romana clásica y es por ello que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2009. Sobre los orígenes de la Torre de Hércules cabe destacar que el monumento hunde sus raíces entre finales del siglo I y principios del II. En cuanto a su estructura, la torre en cuestión alcanza los 58 metros de altura, unas dimensiones que la convierten en el tercer faro más alto de España. Con todo, es importante matizar que de sus cerca de 60 metros de altura, hasta 39 metros se corresponden con la obra romana mientras que los otros restantes forman parte de una restauración posterior llevada a cabo en el siglo XVIII.
La Catedral de Santiago de Compostela
La imagen de la Catedral de Santiago es la primera en la que, inevitablemente, pensarán muchas personas al mencionar Galicia. Y es que este majestuoso templo de culto católico es uno de los grandes emblemas de la comunidad gallega, convirtiendo a la capital de Galicia en una Ciudad Santa y Patrimonio de la Humanidad. Se trata además de la obra más sobresaliente del arte románico en España así como el punto final de todas cuantas rutas xacobeas existen. Más allá de la extraordinaria riqueza arquitectónica de su fachada, en su interiror, el Pórtico da Gloria ideado por el Mestre Mateo está considerado una obra cumbre del arte universal que toda persona debería ver por lo menos una vez en la vida.
El cabo del fin del mundo (Fisterra)
Viajar al fin del mundo también es posible en la costa atlántica de Galicia, pues allí se encuentra un cabo y mirador natural bautizado desde la Antigüedad como finis terrae. En el cabo Fisterra se emplaza uno de los faros más occidentales y emblemáticos de Europa, desde hace años también lugar de peregrinación de cientos de personas que tras alcanzar Santiago de Compostela deciden continuar su aventura hasta este rincón sagrado, pues forma parte del epílogo del camino a Fisterra y Muxía. Además, al encontrarse en un punto intermedio entre las Rías Baixas y la Costa da Morte, el cabo coruñés destaca por unos paisajes salvajes que abren paso ante un mar feroz y embravecido que rompe contra los acantilados que rodean al emblemático Faro de Fisterra.
La Fervenza do Ézaro (Dumbría)
Galicia también presume de tener la única cascada de Europa que termina en el mar. Enclavada en plena Costa da Morte, la Ferveza do Ézaro arroja las aguas del río Xallas directamente al océano Atlántico tras un largo recorrido y un tramo final marcado por un salto de agua de más de 40 metros de altura. Un auténtico espectáculo de la naturaleza que, por su singularidad y extraordinaria belleza, convierte a este rincón de Dumbría en una de las paradas obligatorias de todo viajero a su paso por Galicia. Además, en el entorno también se encuentra un increíble mirador natural que permite disfrutar de una de las vistas más bonitas de la Costa da Morte, con la desembocadura del río Xallas, las laderas rocosas del Monte Pindo y el Atlántico en el horizonte.
La villa marinera de Combarro
Enmarcado en el corazón de las Rías Baixas, la parroquia de Combarro conforma la verdadera esencia de la arquitectura marinera en el territorio, considerado a su vez como uno de los pueblos con más encanto de Galicia. La verdad es que esta emblemática villa destaca por su pintoresco conjunto histórico, con la mayoría de sus casas marineras, balcones de piedra y hórreos tradicionales situados en primera línea con vistas al mar. De hecho, los turistas que visitan este mágico destino se sorprenden por la belleza inherente de un callejero repleto de plazas, cruceiros, flores y bifurcaciones que conducen hasta un sinfín de escenarios de ensueño.
Las Islas Cíes
Hace unos cuantos años el diario británica The Guardian declaró al arenal de Rodas como una de las mejores playas del mundo y desde entonces esta no ha encontrado rival en toda la faz de la tierra, liderando todo tipo de rankings universales sobre los rincones costeros más paradisíacos. Esta es una gran razón para visitar las islas Cíes, pero no la única, pues este archipiélago gallego destaca por su gran riqueza y alto valor natural, ecológico, paisajístico y ambiental. Un lugar mágico que se ha convertido en uno de los destinos más visitados de Galicia y que todos sus visitantes adoran por la enorme variedad de paisajes y ecosistemas que le dan forma, entre ellos un buen número de playas paradisíacas y sistemas dunares, escarpados acantilados, majestuosos faros y por supuesto, sus hábitats marinos.
La Ribeira Sacra
La Ribeira Sacra está considerada uno de los grandes tesoros naturales y el secreto mejor guardado de la Galicia interior. Este destino mágico a medio camino entre las provincias de Lugo y Ourense destaca por la enorme riqueza natural, paisajística y patrimonial que se extiende a orillas de los majestuosos ríos Miño y Sil. Cientos de viñedos dispuestos en pronunciados bancales, bodegas emblemáticas, miradores de vértigo y un sinnúmero de monasterios de origen romano recorren el grueso de estos cañones de la Ribeira Sacra dejando a su paso algunos de los rincones más mágicos de toda la región.
Campamento romano de Aquis Querquennis (Bande)
Al sur de la provincia de Ourense, en los límites territoriales de la parroquia de Baños de Bande se encuentra Aquis Querquennis, un enclave mágico donde la naturaleza y la historia emergen en su máximo esplendor a orillas del río Limia. Lo cierto es que este antiguo campamento militar, en ocasiones hundido bajo las aguas del embalse de As Conchas, es parte del testimonio vivo del paso de los romanos por Galicia. Las legiones del Imperio Romano se asentaron en este rincón del mapa para llevar a cabo la construcción de la bautizada como Vía Nova, una antigua ruta que entrelazaba los lugares de Bracara Augusta (actual Braga) con Asturica Augusta (Astorga). En las proximidades del yacimiento también se localizan unas termas romanas al aire libre que fueron utilizadas ya en el siglo I y que en la actualidad se presentan como el lugar ideal para un baño termal gratuito entre aguas con propiedades mineromedicinales.
El Teixedal de Casaio (Carballeda de Valdeorras)
En el interior de Ourense, el macizo de Pena Trevinca esconde entre sus montañas otra de las reliquias de la naturaleza más importantes de Galicia: el bosque de tejos más grande y mejor conservado de Europa así como el único en su especie que queda en el territorio. Esta arboleda ourensana cuenta con más de 400 de estos singulares ejemplares que alcanzan edades superiores a los 500 años, por lo que se trata también de uno de los bosques más antiguos de la región. Si bien es cierto que el Teixedal de Casaio se encuentra situado en una zona de difícil acceso, con rutas extensas y fuertes pendientes y desniveles en la mayoría de los tramos, la visita al lugar sin duda merece mucho la pena. Además, muy cerca del bosque se encuentran las lagunas glaciares de Ocelo y A Serpe, cuyo origen se remonta a millones de años atrás en el tiempo.