Galicia conforma un auténtico paraíso costero que roza las aguas del atlántico y el mar cantábrico formando a su paso un sinnúmero de paisajes y ecosistemas espectaculares. Lo cierto es que la costa gallega se extiende a lo largo de 1.498 kilómetros desde O Baixo Miño hasta las Rías Altas convertido en el más largo de la costa española y el único tramo articulado por numerosas rías. Es por todo ello que el litoral gallego tiene tanto que ofrecer al visitante, repleto de ensenadas, marismas e incluso sistemas dunares que han sido dibujados por la acción del viento y los océanos a lo largo de los siglos. Y es precisamente en aquellos puntos en los que el mar se adentra en la tierra donde los faros se perfilan como los grandes guardianes y protagonistas de estos horizontes marinos.

De todos cuantos destinos costeros existen en Galicia, la Costa da Morte se presenta como uno de los más mágicos y visitados de Galicia. Enmarcada en el noroeste de la provincia de A Coruña, este rincón del territorio se caracteriza por mostrar al mundo toda la fuerza, bravura y belleza del Atlántico. Una de las mejores opciones a la hora de descubrir el encanto de este singular geodestino gallego es hacerlo a través de una ruta conocida como "O Camiño dos Faros", una senda serpenteante que recorre más de 200 kilómetros en 8 etapas diferentes desde Malpica al Cabo Fisterra y que va descubriendo a cada paso algunos de los faros y puntos de interés más emblemáticos de la Costa da Morte. 

Etapa 1: Malpica-Niñóns (21,3 Kilómetros)

Atardecer en el Faro de Punta Nariga, Malpica de Bergantiños. Shutterstock

El punto de partida de O Camiño dos Faros se encuentra en los alrededores del Puerto de Malpica de Bergantiños, junto al pequeño vigía que da luz a este rincón rocoso al norte de la Costa da Morte. Una vez superado el núcleo marítimo de la localidad, la ruta pone rumbo hacia la Playa de Niñóns recorriendo a su paso cerca de 22 kilómetros. Se trata de un trayecto increíble repleto de desniveles y naturaleza mágica, que atraviesa hasta seis tranquilos arenales (Area Maior, Seaia, Seiruga…) y bahías, distintos cabos, montes y acantilados, el paraíso de las islas Sisargas y el emblemático faro de Punta Nariga, el más moderno de toda Galicia que fue puesto en funcionamiento en el año 1998. La estructura en cuestión fue diseñada por César Portela, la cual simula la proa de un barco y  alcanza los 50 metros de altura así como unas 22 millas náuticas con su resplandor. 

Etapa 2: Niñóns- Ponteceso (27,1 Kilómetros)

Faro do Roncudo en el horizonte, Costa da Morte. Foto: Shutterstock Shutterstock

Poco más de 27 kilómetros separan los increíbles paisajes que se extienden desde Niñóns a Ponteceso. En esta segunda etapa de la ruta, el primer tramo se asienta entre pequeñas ensenadas y calas paradisíacas antes dar paso a los escenarios más salvajes y conquistar puntos como el Puerto de Santa Mariña, la espectacular Costa da Tremosa y los acantilados del Cabo Roncudo. De hecho, después de dejar atrás la aldea de O Roncudo hay que seguir la estela de un antiguo camino de percebeiros para descubrir el feroz litoral que rodea a los bajos da Tremosa, un paraíso para los surfistas que empezó a hacerse famoso por la ola gigante que se produce en el citado lugar. La senda también recorre el Monte da Facha y se aproxima al estuario del río Anllóns, aunque sin lugar a dudas el Faro do Roncudo es el gran protagonista de esta fase del Camiño dos Faros. El vigía que salvaguarda las aguas de la ría de Corme e Laxe fue construido en el año 1920 con una altura de 11 metros, en un entorno agreste y mágico rodeado por cientos de piedras de granito. 

Etapa 3: Ponteceso-Laxe (25,3 Kilómetros)

Estuario del río Anllóns. Foto: Shutterstock Estuario-río-Anllóns

La desembocadura del río Anllóns marca el comienzo de esta tercera etapa de O Camiño dos Faros, un recorrido entre el patrimonio y la naturaleza salvaje de este rincón de la Costa da Morte. Una vez superados puntos como la bonita senda do Anllóns y el conocido como rego dos Muíños, el itinerario se adentra en la cara más histórica de estos 25 kilómetros de ruta, visitando las construcciones ancestrales de Borneiro y Dombate. A continuación, el itinerario asciende hasta el Monte Castelo de Lourido, cuya cima situado a unos 312 metros sobre el nivel del mar ofrece una espectacular panorámica del estuario del río Anllóns y la villa de Laxe. El camino vuelve entonces a descender la cumbre para recorrer la costa de Cabana, repleta de curiosas furnas y arenales con encanto que conducen a Punta do Cabalo y el municipio de Laxe, el punto final de esta etapa.

Etapa 4: Laxe-Arou (18,0 Kilómetros)

Playa de los Cristales de Laxe. Foto: Shutterstock Shutterstock

En el ecuadro del Camiño dos Faros se encuentra este sencillo y encantador recorrido que separa Laxe de Arou. Desde el puerto de la localidad coruñesa, la senda hace una pequeña parada en la iglesia de Santa María da Atalaia antes de ascender al Monte da Insua y visitar el Faro de Laxe. Una vez superado el entorno de la Furna da Espuma, el itinerario hace escala en la singular Praia dos Cristais, un rincón mágico donde la naturealeza ha convertido la basura en un auténtico monumento. El periplo sigue avanzando desde el Peñón de Soesto hasta la paradisíaca Playa de Traba y su laguna repleta de vida y naturaleza. Otro de los puntos más emblemáticos de esta cuarta etapa por la Costa da Morte se encuentra en el tramo final de la misma, a la altura de Camelle y el famoso Museo de Man

Etapa 5: Arou-Camariñas (23,8 Kilómetros)

Duna rampante de Monte Branco, Camariñas. Foto: Shutterstock Shutterstock

Una de las dunas rampantes más altas de Europa, el famoso Cementerio dos Ingleses cerca de Cabo Tosto o el característico Faro de Vilán son sólo algunos de los puntos de interés que se extiende en el trayecto que va desde Arou a Camariñas, un municipio cuya identidad está construido alrededor de los encajes de bolillos. A lo largo de casi 24 kilómetros, los senderistas del Camiño dos Faros podrán descubrir un sinfín de paisajes vírgenes y entornos mágicos marcados por la historia de este rincón de la Costa da Morte. Desde las playas de Lobeiras o Trece hasta el Puerto de Santa Mariña, la Ermita da Virxe do Monte o el Castillo do Soberano. 

Etapa 6: Camariñas-Muxía (32,6 Kilómetros)

Santuario da Virxe da Barca, Muxía. Foto: Shutterstock



La sexta etapa conforma el recorrido más largo dentro de esta extensa ruta siempre con vistas al horizonte marino de Galicia. Lo cierto es que la ría de Camariñas es el principal escenario por el que transita la senda entre suaves paisajes, tranquilos arenales y pintorescas aldeas. Ya en el segundo tramo de la ruta, la desembocadura del río Grande y la famosa Playa do Lago son los lugares más destacados antes de alcanzar la pequeña localidad de Muxía. De hecho, una vez en en el municipio, el imponente Santuario da Virxe da Barca y el Paseo de la Memoria dedicado al desastre del Prestige se presentan al viajero como dos de los lugares más especiales e importantes de esta etapa. 

Etapa 7: Muxía-Nemiña (25,3 Kilómetros)

Faro del Cabo Touriñán. Foto: Wikipedia

El penúltimo trazado de la Ruta dos Faros descubre a cada paso la costa agreste y salvaje que se extiende desde Muxía hasta el Faro Touriñán. De hecho, se trata del tramo más rudo de todo el camino, superando todo tipo de montes, furnas y puntas antes de alcanzar el entorno de la idílica playa de Moreira. A partir de este bonitor arenal, la etapa se va suavizando con caminos mucho más llanos hasta llegar al punto más occidental de la España peninsular: la zona de la Illa do Castelo y el emblemático vigía que desde el año 1898 guía a las embarcaciones durante la travesía por estas peligrosas aguas. El punto final a esta etapa lo pone la playa virgen de Nemiña, situada en un entorno privilegiado de la ría de Lires y que logra conquistar a todos aquellos enamorados del surf. 

Etapa 8: Nemiña-Cabo Fisterra (26,9 Kilómetros)

Fisterra, en el límite entre las Rías Altas y las Rías Baixas. Foto: Shutterstock Shutterstock

El trazado entre Nemiña y el Cabo Fisterra pone el broche de oro a un recorrido de más de 200 kilómetros por el grueso de la Costa da Morte. Los acantilados y los arenales vírgenes se van sucediendo en una etapa donde la historia gallega también alcanza un valor destacado, como en el caso particular de Punta do Rostro, testigo del fatídico naufragio de Cason o también el Castro marítimo sin excavar de Castromiñán, un importante vestigio de la Edad de Hierro. En los últimos kilómetros del recorrido a espaldas de Fisterra, desde la cima de Cabo da Nave el viajero podrá observar el último acantilado, playa y monte antes de lograr conquistar el entorno presidido por el vigía final de este Camiño dos Faros. Los acantilados de Corticeiras, el feroz arenal de Mar de Fora y el místico Monte do Facho configuran el paisaje y los caminos hasta el bautizado como el cabo del fin del mundo